Un entramado familiar radicado en Ogíjares vendía en todo el mundo psicofármacos por valor de 12 millones de euros
La Guardia Civil ha desmantelado un entramado familiar que desde Ogíjares distribuía mundialmente más de cien tipos de las conocidas como Nuevas Sustancias Psicoactivas (NPS), un nuevo tipo de estupefacientes o psicofármacos sobre los que no existe la misma regulación que sobre las drogas, por valor de 12 millones de euros. Se han practicado ocho detenciones, todos de la misma familia y españoles, excepto un francés.
El entramado, sofisticado para la distribución en internet y el uso de la Deep Web y las criptomonedas, se basaba en el diseño ideado por una mujer de 65 años con conocimientos en dirección de empresas. El marido de su hija era el líder de la organización, gracias a sus contactos con un ciudadano austriaco, y un nieto de otro hijo suyo era el químico que 'cocinaba' todas las sustancias que luego se vendían a más de cien países de todos los continentes excepto África.
"Habían conseguido desde Granada una amplia red de clientes con el funcionamiento de una serie de páginas web, ya clausuradas, creando un gran impacto mediático en redes sociales y foros vinculados a este tipo de mercado ilícito", ha explicado este jueves el teniente coronel Javier Rogero, jefe del Grupo de Delincuencia Organizada de la Unidad Central Operativa (UCO), encargado de dar detalles de la operación 'Dryer' junto al capitán José María Zalvide, jefe de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Almería.
Un paquete sospechoso
La investigación se inicia en 2015 con la interceptación de un paquete en Hof (Baviera) por parte de la policía alemana, conteniendo varios tipos de estas nuevas sustancias psicoactivas sobre las que en 2017 se declaró una emergencia de salud pública debido a que causaron 64.000 muertes sólo en EEUU.
El envío se realizó desde un apartado de correos de Ogíjares. Era desde aquí desde donde operaba una organización criminal responsable de un gran movimiento de paquetes y sobres postales con sustancias estupefacientes camufladas como otros productos de marcas reconocidas cuya comercialización es legal, tales como aditivos para el cemento o productos contra la humedad.
Tras esta operativa se escondía un amplio conglomerado de empresas, con su réplica en otro laboratorio en Valencia y sociedades en varios países, algunas de ellas offshore, cuyo objeto era dar una apariencia de legalidad a la actividad ilícita que realizaban y blanquear los beneficios económicos obtenidos.
Las sustancias psicoactivas se adquirían 'vírgenes' desde países asiáticos, principalmente China. Un cambio de regulación legal y un endurecimiento de las penas en estos países supuso que la organización instalara un laboratorio en Ámsterdam, que servía de unidad productora. Para ello contrataron a dos ingenieros químicos y adquiriendo material científico por valor de más de 200.000 euros.
Desde este laboratorio se diseñaban y producían las sustancias estupefacientes, derivadas posteriormente a otros dos laboratorios instalados en Alhendín y La Pobla de Vallbona (Valencia), que estaban directamente gestionados por la organización y en los que se llevaba a cabo el tratamiento final al producto, envasado y distribución al consumidor final.
Uso de bitcoin
El medio de pago preferido por la organización era a través del Bitcoin y así se lo hacían saber a sus clientes, a los que recomendaban hacer el pago mediante este sistema, garantizando con ello el anonimato de ambas partes. Además, una vez recibido el pago de bitcoins por la compra de las NPS, estos eran redistribuidos en diferentes "wallets", dificultando en gran medida el seguimiento de este tipo de transacciones.
Para convertir esos beneficios en dinero efectivo, los investigados utilizaban el tradicional sistema de la "Hawala", a través de distintos intermediarios con otras organizaciones criminales, llegando a hacer transacciones de hasta 700.000 euros, dinero que posteriormente era depositado en cajas fuertes de empresas especializadas.
La red utilizaba un hotel de Madrid como punto de conexión entre el dinero en efectivo, aportado por un ciudadano pakistaní que es objeto aún de una investigación, y la conversión en bitcoins. Los investigadores han podido intervenir 509 de estas criptomonedas, lo que suponía al cambio unos 4,5 millones, la mayor incautación de este tipo de criptomoneda en Europa y una de las mayores del mundo. También se han recuperado 137.000 euros en IOTA y 30.000 euros en LUMEN y embargado numerosas cuentas bancarios por valor de dos millones de euros, vehículos de alta gama y 650.000 euros en efectivo.
José María Zalvide, jefe de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Almería, ha destacado que la organización recaía sobre un entramado familiar con apariencia de vida normal, sin grandes lujos. No tenían antecedentes. Han sido detenidos ocho miembros de la familia, seis en Granada y otros dos en Valencia.
Tanto Francisco Javier Bello, jefe de Área Regional de Andalucía de Vigilancia Aduanera, como Werner Verbruggen, del Project Manager AP Synergy de Europol, han alertado sobre las consecuencias para la salud de este tipo de productos sintéticos, recordando que los clientes son normalmente jóvenes veinteañeros. "Productos como el fentanyl", han avisado, "suponen un gran problema para las fuerzas policiales europeas porque provocan sobredosis fácilmente".
La operación ha sido desarrollada por el EDOA de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, Equipo Contra el Crimen Organizado de Baleares de la UCO, Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en Almería y Policía de Austria, con la coordinación de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil y Europol (Sustrans y Synergy), participando unidades de la DEA (EEUU) y ZKA de Alemania, así como la Agencia Española del Medicamento.
Sustancias y otros efectos requisados en la operación. g.c.
Opiáceos sintéticos: Más de 64.000 muertes en EE.UU
Entre las sustancias que desde allí se distribuían, se encontraban más de 100 tipos distintos de NPS: cannabinoides sintéticos, depresivos, disociativos, estimulantes como anfetaminas o catinonas, nootrópicos, psicodélicos y opiáceos sintéticos, suponiendo estos últimos un problema de extrema gravedad en países desarrollados como EEUU. Tal es así, que en octubre de 2017 se declara una emergencia de salud pública en ese país por las miles de muertes ocasionadas por el consumo de este tipo de sustancias, mas de 64.000 en 2016, siendo considerada como la mayor epidemia de su historia.
Deep Web, Criptomoneda y Red Hawala
La oferta de las NPS se realizaba exclusivamente a través de páginas web cuyo acceso estaba restringido a usuarios invitados previamente y que eran redireccionados desde foros especializados en la materia y que, normalmente, operaban bajo el amparo de la Deep Web. De acuerdo al estudio y seguimiento realizado en estos foros, dos de las páginas web gestionadas por la organización gozaban de una gran reputación, siendo de las más conocidas y exclusivas mundialmente en este ámbito. Ello contribuía, no solo a la protección de su negocio ilícito, sino también a la de sus propios clientes, los que a su vez, y en base a las cantidades adquiridas, también podían llegar a ser distribuidores menores de las mismas.
Los medios de pago ofertados por las páginas web a sus clientes eran plataformas de pago virtuales como Paypal, Payward o Payvision, que eran ingresados en cuentas bancarias vinculadas a sociedades de la organización, o mediante transferencias de criptomonedas, principalmente Bitcoin (BTC).
El medio de pago preferido por la organización era a través de BTC y así se lo hacían saber a sus clientes, a los que recomendaban hacer el pago mediante este sistema, garantizando con ello el anonimato de ambas partes. Además, una vez recibido el pago de Bitcoins por la compra de las NPS, estos eran redistribuidos en diferentes “wallets”, dificultando en gran medida el seguimiento de este tipo de transacciones.
Para convertir esos beneficios en dinero efectivo, los investigados utilizaban el tradicional sistema de la “Hawala”, a través de distintos intermediarios con otras organizaciones criminales, llegando a hacer transacciones de hasta 700.000€, dinero que posteriormente era depositado en cajas fuertes de empresas especializadas.
Explotación de la operación
El día 7 de marzo se realizaron registros simultáneos en diversas localidades de Granada, Valencia, Madrid y Seitzersdorf (Austria), deteniendo a todos los integrantes de la organización delictiva, compuesta por 8 personas de nacionalidad española, austriaca y francesa.
En los registros se desmantelaron dos laboratorios de tratamiento, envasado y distribución de NPS, donde se encontraron más de 100 clases distintas de estas sustancias que pesaron alrededor de 112 kg y que se encontraban perfectamente clasificadas, con su formulación química y dispuestas para la venta, la mayor parte de ellas en envases de 250 mg y 500 mg. Los laboratorios estaban perfectamente equipados técnicamente y distribuidos por dependencias con funciones especificas tales como envasado, encapsulado, tratamiento de las muestras, pesaje o análisis. Asimismo, en el laboratorio de Valencia fueron localizadas 788.606 dosis de LSD, dispuestas en blotters y listas para el consumo, siendo la mayor incautación histórica de este tipo de droga en la UE. En total, el valor de las sustancias incautadas podrían haber alcanzado los 12 millones de euros.
En las viviendas de los dos principales objetivos, en Austria y Granada, se encontraron decenas de soportes informáticos, ordenadores y sistemas de encriptación, sirviendo como base para la dirección y gestión del entramado societario y económico. Así, especialistas del Grupo de Delitos Telemáticos de la Unidad Central Operativa y de la Policía Austriaca pudieron incautar 509 BTC, lo que suponía al cambio unos 4.500.000 €, siendo hasta el momento la intervención de mayor valor de este tipo de criptomoneda en Europa y una de las mayores del mundo. También se han recuperado 137.000 € en IOTA y 30.000 € en LUMEN.
De manera paralela, se han embargado numerosas cuentas bancarias con un valor aproximado de 2.000.000 €, 3 propiedades inmobiliarias con un valor cercano al millón de euros, 10 vehículos de alta gama y se han intervenido más de 650.000€ en efectivo. En total se han recuperado propiedades y activos con una valoración aproximada de 8 millones de euros, estimándose que la organización criminal podría haber blanqueado y reinvertido dinero por un valor de más de 40 millones de euros, habiendo quedado suspendidas las actividades de cuatro sociedades mercantiles que servían de instrumentos jurídicos para delinquir.
Asimismo, se ha procedido al bloqueo y cierre de las páginas web desde las que se distribuían los productos, creando un gran impacto mediático en redes sociales y foros vinculados a este tipo de mercado ilícito.
Nuevas Sustancias Psicoactivas (NPS)
Las Nuevas Sustancias Psicoactivas (NSP) son un nuevo tipo de estupefacientes o psicofármacos, que no siempre están fiscalizadas como drogas ilícitas, pero cuyo su consumo puede plantear un problema de salud pública comparable a la que presentan las sustancias catalogadas como tales en las convenciones internacionales. Los mecanismos de fiscalización a nivel mundial, europeo (UE) y nacional son complejos y suelen prolongarse en el tiempo, por cuanto exigen de pruebas e informes técnicos exhaustivos y por ser necesario el consenso de la comunidad científica.
Los cannabinoides sintéticos producen en el consumidor efectos similares a los de la marihuana y sus derivados. Y las catinonas sintéticas son utilizadas como sustitutivos de las anfetaminas, MDMA o cocaína. La promoción, venta y adquisición de este tipo de sustancia se efectúa principalmente a través de internet y sus principales clientes son jóvenes que las consumen en entornos de ocio.
Los diferentes organismos internacionales, tales como la OMS, la ONU o la UE, o a nivel nacional la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional contra la Droga, alertan del uso creciente de estos productos y los riesgos para la salud que ello supone. En la actualidad 620 nuevas sustancias son objeto de vigilancia por parte del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA).