El Ayuntamiento ofrece sus radares para garantizar los nuevos límites de velocidad que reclama para Circunvalación y Ronda Sur
El Ayuntamiento de Granada ha formalizado su petición de establecer con carácter permanente el límite de 90 kilómetros hora, tanto en la Circunvalación como en la Ronda Sur, en su tramo urbano, rebajándolo, de manera excepcional, a 80 kilómetros hora cuando haya episodios de alta contaminación. El anterior gobierno socialista dirigió una carta a Fomento, pero no obtuvo respuesta, según ha explicado el portavoz del bipartito y responsable de Movilidad, César Díaz (PP), quien confía en que ahora se dé respuesta a esta petición municipal aprobada este viernes en Junta de Gobierno Local.
El concejal ha hecho hincapié en que informes técnicos avalan esta decisión y certifican "el impacto negativo" para la calidad del aire que tiene la alta intensidad de tráfico que se registra en estas dos vías.
En ese sentido ha subrayado que el tráfico en la ciudad es "moderado", con numerosas calles que tienen implantado el límite 30, y que no son una fuente de polución, especialmente el caso del centro. El mayor foco de contaminación en la ciudad, como ha reconocido, es el transporte urbano, con una flota obsoleta como es conocido, que ahora se renovará escalonadamente con vehículos híbridos. Donde está el problema, ha agregado, es en las rondas. Según los datos que ha recordado, en la Circunvalación se registra una intensidad media diaria de 175.000 vehículos; una cifra que es de 75.000 en el caso de la Ronda Sur.
Si se logra la respuesta positiva de las dos administraciones que son competentes en esas vías, la capital está dispuesta a ofrecer sus medios propios para garantizar que se cumplen los límites de velocidad. De esta manera, Díaz ha ofrecido los radares fijos y móviles para que los conductores no los rebasen.
Ha defendido la incidencia que esta reducción de la velocidad tendrá para la calidad del aire. Como ejemplo ha indicado que solo con los dos nuevos autobuses de tecnología híbridas ya incorporados a la flota urbana, se consigue reducir en 48 kilos de CO2 las emisiones anuales a la atmósfera.
Para Díaz estos nuevos límites servirán para rebajar la boina negra que permanentemente se puede observar sobre Granada, y que es consecuencia en buena parte, ha indicado, de la orografía de la ciudad y también de la posición de estas dos grandes vías para el tráfico del área metropolitana. También, y en ello ha incidido, para mejorar la seguridad. "Si somos capaces de limitar la velocidad y que esta sea constante en todo el tramo, estamos convencidos de que podremos reducir la siniestralidad y evitar los reiterados alcances que son motivo de retenciones kilométricas".
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