59.500 personas apoyan la justa causa por Rubio
Rubio, un espléndido labrador, perro guía de la ONCE, fue hallado muerto el pasado domingo 28 de agosto, en el fonde un barranco, tras huir aterrorizado por el estruendoso ruido de un cohete lanzado en las fiestas de la Virgen del Rosario de Monachil.
Pero también, abrió el debate sobre la necesidad de suspender cohetes y petardos por las graves molestias y consecuencias, a veces trágicas, en personas sensibles y mascotas, como señalaba Juan Navarro
La historia de Rubio y el profundo vacío que dejó al que fue durante 6 años y ocho meses su lazarillo, Juan Navarro, lo contó El Independiente de Granada en el reportaje titulado Una causa justa por Rubio, una de las informaciones más leídas y compartidas durante el verano.
Pero también, abrió el debate sobre la necesidad de suspender cohetes y petardos por las graves molestias y consecuencias, a veces trágicas, en personas sensibles y mascotas, como señalaba Juan Navarro.
Rubio fue hallado sin vida, avanzada la tarde del aquel fatídico último domingo de agosto, en el fondo de un barranco en Monachil. Al mediodía, el estrépito de un cohete provocó el terror en el perro de asistencia que, despavorido, huyó de la vivienda, en el pueblo de Monachil, que se volcó en su búsqueda y en la de otras mascotas que sufrieron similar impacto por el estallido.
Juan Navarro y su perro guía Rubio. APORTADA POR JUAN NAVARRO
Eran las fiestas de la Virgen del Rosario, concentradas de jueves a domingo. El viernes, después de que Rubio sufriera un ataque de pánico por el estallido matinal de otro cohete, Juan Navarro contactó con el Ayuntamiento de Monachil para trasladar la queja y la posibilidad de que suspendieran los cohetes, por su perro guía, pero también, por las personas mayores, con enfermedades cardiacas o con trastornos del espectro autista.
Inesperadamente, un total de 59.500 personas han firmado ya la petición
Desde el Ayuntamiento, le ofrecieron la posibilidad de presentar una instancia con la queja y petición, pero le informaron de la imposibilidad de suspender los cohetes, puesto que las fiestas patronales ya estaban en marcha.
Una reflexión necesaria
Entristecido por la pérdida, pero arropado por los suyos, en días de duelo dedicados a cumplimentar los trámites de baja de Rubio y solicitar un nuevo perro guía, Juan Navarro lanzaba, entonces, una reflexión necesaria que extendía más allá de la trágica muerte de su perro de asistencia, que le había ayudado a desplazarse con seguridad y en las tareas del hogar.
Y así planteaba no mantener hábitos o costumbres que, como el lanzamiento de cohetes, perpetúan el sufrimiento a determinados colectivos, amparados por una supuesta tradición o cultura
Y así planteaba no mantener hábitos o costumbres que, como el lanzamiento de cohetes, perpetúan el sufrimiento a determinados colectivos, amparados por una supuesta tradición o cultura.
Apelaba a la conciencia, para tratar de organizar fiestas populares solidarias y empáticas, que buscaran una forma lúdica de disfrutarlas, sin ruidos innecesarios, para el disfrute de todas y todos, que no molesten a nadie ni causen el menor daño y citaba, con conocimiento de causa, porque hay abundante información sobre ello, que el estruendo de los cohetes puede afectar gravemente, entre otras, a personas mayores, con enfermedades cardíacas, o con trastornos del espectro autista, a bebés. O a cualquiera que se sobresalte innecesariamente.
Reacción de solidaridad
La desaparición y trágica muerte posterior de Rubio, y la estampida de perros tras los cohetes, provocó la protesta de la vecindad y una gran movilización de solidaridad en el pueblo para encontrar al perro guía de Juan Navarro y al resto de canes, que vagaban desorientados. Uno de ellos fue hallado a más de 10 kilómetros de la vivienda de sus dueños.
¿Qué aportan los cohetes y petardos?, ¿qué gracia o valor añadido añaden a un festejo? ¿Acaso no es posible celebrar unas fiestas lúdicas y solidarias eliminando ruidos innecesarios?, fueron algunos de los mensajes en redes sociales tras el suceso
¿Qué aportan los cohetes y petardos?, ¿qué gracia o valor añadido añaden a un festejo? ¿Acaso no es posible celebrar unas fiestas lúdicas y solidarias eliminando ruidos innecesarios?, fueron algunos de los mensajes en redes sociales tras el suceso.
Una de las reacciones de solidaridad se concretó en la plataforma de peticiones más grande del mundo, Change.org, con el título: El perro guía Rubio ha muerto huyendo de los petardos ¡NO MÁS PIROTECNIA!
Inesperadamente, un total de 59.500 personas han firmado ya la petición que señala:
En las fiestas de Monachil Rubio escuchó los ruidos de los fuegos artificiales y petardos, entró en pánico, salió de casa tan asustado que acabó cayendo por un barranco y murió. Otros muchos animales se pierden también asustados por culpa de los fuegos artificiales y los petardos. A algunos los han encontrado, pero otros se quedaron desaparecidos o fueron atropellados. Los perros suelen ser las mascotas más afectadas: se esconden, tiemblan de miedo, huyen, se desorientan…
Además, no solo los animales son perjudicados por la innecesaria pirotecnia. Las personas con autismo, por ejemplo, se ven también muy afectadas por los fuegos artificiales.
Por favor, firma aquí para pedir el fin de las fiestas con pirotecnia en Monachil y en el resto de municipios de España.
No más terror para nuestras mascotas y para tantas personas afectadas. No más convertir las fiestas de un pueblo en una pesadilla para tantos”.
El éxito ha sido tal que, posteriormente, se amplió la petición, con el objetivo de alcanzar las 50.000 firmas, para las que queda muy poco.
La ampliación de la petición indicaba:
Desde el Ayuntamiento de Monachil, el alcalde, José Morales, expresó su solidaridad con Juan Navarro y lamentó la muerte de su perro guía. Y, aunque de momento no suspenderá la pirotecnia, sí se comprometió a autorizar en los festejos del pueblo, el mínimo de cohetes. Y avisar con suficiente antelación del día y la hora en los que se producirán los lanzamientos de cohetes, para lo cual lo especificarán en las guías de las fiestas y lo comunicarán en el municipio.
Monachil, según el alcalde, es probablemente el municipio que menos cohetes autoriza del Área Metropolitana de Granada, donde se suelen escuchar habitualmente pirotecnia de municipios cercanos, incluso de la capital granadina, como en las recientes fiestas del Zaidín o de la Virgen de las Angustias
Monachil, según el alcalde, es probablemente el municipio que menos cohetes autoriza del Área Metropolitana de Granada, donde se suelen escuchar habitualmente pirotecnia de municipios cercanos, incluso de la capital granadina, como en las recientes fiestas del Zaidín o de la Virgen de las Angustias.
La causa justa por Rubio no cesa y continúa.
Se lo debemos a Rubio, y a Juna Navarro, pero también a los muchos perros guía que lo sufren, mascotas, y, sobre todo, a tantos colectivos de personas afectadas.
Si quieres firmar la petición lo puedes hacer en el siguiente enlace:
La historia de Rubio y Juan Navrraro, que despertó conciencias: