'La experiencia de la nueva política'

Blog - Reflexiones del Por Venir - Chema Rueda - Miércoles, 20 de Abril de 2022
Modificación de Pinturas Fuertes (Política) (2021) por Quintín Rivera Toro
Modificación de Pinturas Fuertes (Política) (2021) por Quintín Rivera Toro

En los años 2014 y 2015 se produjo la institucionalización, el aterrizaje o la llegada a las responsabilidades públicas de los llamados movimientos sociales alternativos que funcionaban, de una manera u otra, más soterrada o explícita, en España, desde la crisis de 2008 y siguientes. Amparados en las devastadoras consecuencias de ésta y en la falta de respuesta ofrecida por las fuerzas políticas tradicionales de izquierda, fueron surgiendo asambleas, colectivos, plataformas, mareas, en definitiva se fueron articulando causas políticas a través del trabajo en red, hasta la eclosión que supuso la ocupación pacífica de las plazas de nuestras ciudades en la primavera del año 2011, y la posterior conversión de toda esa fuerza reivindicativa en un movimiento político y electoral que, como he señalado al principio, alcanzó la representación parlamentaria y en algunos casos, el poder municipal en 2014 y 2015.

Huyendo de clichés que pretendían identificar a Podemos o su entorno como el "adversario" del socialismo democrático, e intentando ver la manera general de que la oferta programática de las izquierdas fuera más rica y estuviera en condiciones de obtener mayorías políticas y parlamentarias, que, al final, todas y todos hemos compartido que es cómo se cambia la vida de la gente

Sin duda muy resumida y simplificada, me ha parecido interesante esbozar esta introducción para situar el contexto de mis reflexiones, que pretenden, también de forma escueta, señalar algunas consecuencias derivadas de esa llegada a la representación parlamentaria y ejecutiva y cómo ésta ha podido, en su caso, marcar diferencias con la práctica política anterior, y si esas posibles diferencias han redundado en una mayor calidad política y democrática y, sobre todo, en la adopción de medidas beneficiosas para los sectores sociales más desfavorecidos.

Siempre he procurado quedarme con lo que de positivo para la izquierda política haya tenido o tenga la llamada "nueva política". Huyendo de clichés que pretendían identificar a Podemos o su entorno como el "adversario" del socialismo democrático, e intentando ver la manera general de que la oferta programática de las izquierdas fuera más rica y estuviera en condiciones de obtener mayorías políticas y parlamentarias, que, al final, todas y todos hemos compartido que es cómo se cambia la vida de la gente. No siempre fue así, pero creo que ahora está claro que será así o no será, pese a que persisten creencias, minoritarias e infantiloides, que se resisten a vivir en el mundo real.

Visualizar ante la ciudadanía a través de un programa político, una oferta electoral que recoge gran parte (nunca lo será todo) de toda aquella corriente movilizadora que, ridículo sería negarlo, despertó conciencias y agitó algunos cimientos de nuestra sociedad

Por tanto, siempre he considerado como positivo, que todo aquel movimiento que empezó como asambleario, de base, de "panfleto", seguramente disperso en sus objetivos, pero también seguramente muy cercano a determinadas demandas y reivindicaciones sociales, fuera adoptando la forma y la organización (con sus errores y sus desajustes) de una fuerza política que pretende aglutinar sensibilidades diferentes para ofertar una única propuesta electoral, buscando alianzas territoriales y programáticas para influir en la esfera política a través de los mecanismos constitucionales y legales de búsqueda de mayorías. Ese proceso, insisto con todos sus errores y desajustes, creo que fue positivo y un logro de la nueva política. Visualizar ante la ciudadanía a través de un programa político, una oferta electoral que recoge gran parte (nunca lo será todo) de toda aquella corriente movilizadora que, ridículo sería negarlo, despertó conciencias y agitó algunos cimientos de nuestra sociedad.

Quizá mi visión sea menos complaciente o comprensiva al respecto del camino recorrido desde esa llegada a las instituciones a partir de 2015. Puede que la ciudadanía que se integró en el instrumento político, ansiosa de recuperar protagonismo y cauces de participación perdidos, porque se cansó de "delegar" en sus representantes, no sienta que ha recuperado ese protagonismo, ni que se le haya devuelto esa "delegación". Y perciba (es también natural en un sistema parlamentario como el nuestro) que el protagonismo principal recae en el instrumento electoral y se encuentra sujeto a la estrategia general, poco dada a aceptar singularidades ni particularidades, por así decirlo.

Visualizar ante la ciudadanía a través de un programa político, una oferta electoral que recoge gran parte (nunca lo será todo) de toda aquella corriente movilizadora que, ridículo sería negarlo, despertó conciencias y agitó algunos cimientos de nuestra sociedad

Quizá aquellas nuevas alternativas con su arsenal de ilusiones y anhelos se han convertido en referencias orgánicas e institucionales a un ritmo demasiado rápido para según que expectativas. O puede que no se haya interiorizado con la suficiente profundidad que la inserción en el sistema político constitucional puede llevar aparejadas algunas decepciones, sin duda más fáciles de sobrellevar cuando todo es grito, gesto o soflama. Pero también que ese sobrellevarlas no incide, de ninguna manera, en la mejora de las condiciones de vida de la gente.

Quizá convenga hacer un esfuerzo didáctico y explicativo sobre lo que significa, en un sistema parlamentario, y también en nuestro régimen local, la priorización de políticas frente a la acumulación de propuestas; la negociación de las preferencias presupuestarias frente al imposible estiramiento hasta el infinito del presupuesto. En definitiva, la periodificación del programa político a cumplir, en función de las circunstancias parlamentarias, de las coyunturas económicas y sociales, que nunca son elegidas y siempre son sobrevenidas, de los compromisos europeos e internacionales y del juego político que siempre ofrece un escenario fraccionado. Aprender a convertir la (comprensible) frustración de una expectativa hoy, en una (inteligente) oportunidad política mañana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen de Chema Rueda

Nacido en Guadix (Granada) en 1963, por tanto de la generación de "A hard days night" y "Satisfaction". Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada y funcionario de Administración Local, grupo A, trabaja en el Edificio de Los Mondragones. Fue concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Granada (desde 2003 y hasta junio de 2015. Ha sido Secretario General del PSOE de la ciudad de Granada entre 2008 y 2017 y Miembro del Comité Federal del PSOE desde 2017 a 2021. Actualmente es miembro del Comité Director del PSOE-A. Me apasiona escribir (lo que pienso), debatir y participar en la vida pública, desde todos los ángulos posibles. Me duelen bastantes cosas de la vida y de la política actual, y no pienso dejar de intentar arreglarlas. Me apasiona la vida, la amistad, la Alpujarra y el Atlético de Madrid.