Atrevernos a expresar nuestros deseos

Blog - La buena vida - Ana Vega - Viernes, 22 de Abril de 2016

A menudo, los deseos y necesidades de los demás nos parecen más legítimos y apremiantes que los propios; la mayoría de las veces nos esforzamos en conseguir colmar las peticiones de los que nos rodean y nos sentimos incapaces de pedir que se cumplan las nuestras para las que siempre habrá tiempo.

Puede ser mucho más grave; en ocasiones, ni siquiera hemos dedicado el tiempo suficiente a pensar para poder definir de forma clara qué es aquello que deseamos o necesitamos.

Será un ejercicio muy recomendable hacer una lista que recoja nuestros deseos y necesidades físicas, emocionales, intelectuales, sociales, espirituales, morales y éticas. Una vez dedicado el tiempo suficiente a completar la lista, es necesario intentar traducir esto que queremos a palabras;el último peldaño a escalar consistiría en elaborar peticiones claras y precisas.

Es aconsejable formular estas peticiones siempre en lenguaje afirmativo; esto es, decir “quiero que…”, en lugar de “no quiero que…”. Los mensajes en positivo calan más. Será muy útil preparar nuestras peticiones por escrito para ensayarlas por adelantado.

Para ello será preciso recapitular lo siguiente:

  • Qué persona puede facilitarme lograr lo que quiero o necesito.
  • Qué quiero o necesito exactamente que haga o deje de hacer esa persona para ello.
  • Qué plazo le pongo, en qué momento o cuando necesito que lo haga.
  • Qué otras personas están implicadas en esta petición, si es que las hay.

Bien, ahora estamos en condiciones de resumir todos estos elementos en nuestra petición concreta.

Si queremos reforzarla podemos especificar nuestra percepción y experiencia de lo que está ocurriendo; qué no nos satisface y cómo nos hace sentir para, a continuación pedir lo que deseamos que ocurra y manifestar nuestras expectativas.

Para que nuestra petición sea más eficaz recordaremos no culpar nunca a la persona a la que interpelamos de cómo nos sentimos en la situación que queremos cambiar; esto es,…cuando tú haces/no haces….yo me siento…; en lugar de …tú tienes la culpa de que me sienta…cuando haces/no haces…

No debemos hacer más de dos peticiones, que sean simples en nuestra formulación; elegir el momento adecuado para hablar con la persona y emplear un lenguaje verbal y no verbal asertivo, manteniendo el contacto visual y empleando un tono seguro.

Lograr lo que nos proponemos, fluir haciendo lo que nos gusta y rodearnos de lo que nos produce bienestar nos acerca a la felicidad. Como adultos somos conscientes de que todo esto no llega sólo por desearlo; es necesario trabajar y esforzarnos para que suceda. En la medida en que desarrollamos lo que deseamos, nos realizamos

Se trata de una carrera de fondo, donde no faltarán obstáculos; pero cada paso dado nos fortalecerá. Si es necesario, empecemos ensayando ante el espejo y luego lo haremos en las distintas circunstancias que lo requieran en la vida rea

Imagen de Ana Vega

Licenciada en Filosofía. Experta en Género e Igualdad de Oportunidades y especializada en temas de Inteligencia Emocional. Con su blog, La buena vida, no pretende revelarnos nada extraordinario. Tan solo, abrirnos los ojos un poquito más y mostrarnos que la vida puede ser más llevadera.