las candidaturas aprobadas cuestionan el papel de la militancia en el proceso

El PSOE de Granada se abona a las listas poco 'primarias'

Política - Juan I. Pérez - Domingo, 10 de Marzo de 2019
La listas del PSOE de Granada a las Generales, como antes las de la capital, para las municipales, desoyen el voto de la militancia en las asambleas.

José Entrena, Susana Díaz, Pedro Sámnchez y Francisco Cuenca, el pasado lunes. PSOE

Por más que se apliquen correctores en la dirección provincial, las listas del PSOE de Granada a las Generales no responden al pronunciamiento de la militancia expresadas en las asambleas, salvo en escasos escogidos. Como también se obvió en la capital granadina para confeccionar la lista final para las municipales con las que concurrirán los socialistas.

Nada nuevo en la organización socialista provincial, desde que se implantaron las primarias.

Comprobar cómo candidatas y candidatos que parecían relegados por la militancia figuran en puestos de salida produce desconcierto. Como comprobar que las preferencias de afiliadas y afiliados han sido desatendidas.

El nuevo PSOE resultante del 39 Congreso Federal, que ratificó a Pedro Sánchez por segunda vez como cabeza del partido, dejó al menos un par de cosas claras: el giro a la izquierda y la recuperación de la militancia, como eje de la organización. Aquellas primarias significaron el fin de los aparatos, esas estructuras orgánicas de poder que dan y quitan, mientras que las jefaturas territoriales quedaron seriamente cuestionadas por la fuerza del voto secreto en las urnas.

Fue la militancia quien derrotó en aquellas primarias no solo a Susana Díaz, sino a todos los barones y a la inmensa mayoría de líderes socialistas regionales y provinciales que con la misma fuerza se volcaron con la presidenta andaluza, como denostaron a Pedro Sánchez, a quien forzaron a dimitir en el vergonzoso comité federal del 1 de octubre de 2016.

En Granada se deciden siete diputados y tres senadores.

Repite en la lista de Granada al Congreso, Elvira Ramón, ahora en el dos, tras encabezarla. En su momento, se abstuvo en la votación que dio la presidencia del Gobierno a Mariano Rajoy en la legislatura recién acabada. Ha contado con reducido apoyo de afiliados.

Como cabeza de lista, José Antonio Montilla, cuya vida política está estrechamente vinculada a Carmen Calvo, quien le nombró delegado de Cultura (2000-2002) cuando era consejera, y, 18 años después, lo recupera como secretario de Estado de Relaciones con las Cortes.

Pese a formar parte de la segunda fila del Gobierno de Pedro Sánchez, Montilla, experto en constitucionalismo, como su mentora, Carmen Calvo, ni mucho menos es sanchista, muy al contrario.

Montilla fue además ejecutor necesario de la defunción de CajaGranada, como mano derecha de Antonio Jara y secretario general de la entidad. Cuando Jara abandonó la entidad por la puerta de atrás, le sucedió al frente de la Fundación Caja Granada.

Y como era de esperar, de número tres al Congreso, José Antonio Rodríguez Salas, ex alcade de Jun, y fontanero de La Moncloa.

El autoproclamado portavoz del sanchismo en Granada fue el que negoció con la dirección provincial los cargos, tras la moción de censura que aupó a Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno. El más llamativo, la sorprendente subdelegada del Gobierno en Granada, Inmaculada López Calahorro.

Rodríguez Salas es el artífice de que Granada cuente con la única representante del Gobierno de la nación en toda Andalucía y, probablemente en todo el país, que arremetió con dureza contra Pedro Sánchez en las primarias, a favor de Susana Díaz.

Ahora, al ir al Congreso, pese al nulo apoyo de la militancia, se cobra lo suyo.

Y regresa a Granada, después de que su marcha fuera sentida con alivio y hasta como una patada hacia arriba de quien atesora mejor fama fuera que en la provincia.

Algunos se sonrojaron maliciosamente cuando conocieron que el junero se encargaría de velar por las fake news, paradojas de la vida, para quien se ha labrado su reconocimiento por su apuesta decida por twitter, con hechos ciertos, inflados o bajo sospecha.

De lo poco apoyado por las asambleas, finalmente en la candidatura, la presencia en la lista del Senado de Sandra García, exdelegada del Gobierno andaluz, si bien fue votada masivamente para el Congreso.

Acompañan a Sandra García, el ex parlamentario andaluz y exalcalde de Las Gabias, Francisco Javier Aragón y Alejandro Zubeldia, exgerente de IDEA, otro escasamente apoyado por sus compañeros y compañeras.

Se quedan fuera socialistas que gozaban del respeto y el apoyo de la militancia, expresada en las asambleas, como Emilia Morcillo o Chema Rueda.

La lista de Cuenca desoye a la militancia

Pero si la de las Generales poco han tenido en cuenta la decisión de los militantes, la lista con la que concurrirá el actual alcalde, Francisco Cuenca, a las municipales es paradigma de desatender la preferencia de los y las que sostienen el partido.

¿Si las direcciones desoyen a la militancia, cómo pueden pedir luego el apoyo de la ciudadanía?

Cuenca, también secretario general del PSOE de la capital, cerró su lista con Ana Muñoz, como número dos, y José María Corpas, de número tres.

Y esa decisión, pese a que Ana Muñoz, la actual concejala de Empleo, Desarrollo Sostenible e Igualdad, ocupó el duodécimo lugar en la votación en la asamblea y Corpas, décimo tercero.

A la actual concejala de Seguridad y Protección, Raquel Ruz, la más votada por la militancia, Cuenca la relegó al cuarto lugar, mientras que a Eduardo Castillo, responsable de Juventud, Deporte y Participación Ciudadana, al séptimo, pese a ser el según do preferido por la militancia.

Igual ocurre con María de Leyva, concejala de Cultura, que ocupa el octavo lugar de la candidatura, pese a que fue la cuarta con más votos.

Pese a que el comunicación oficial del PSOE de la capital habló de unanimidad de la ejecutiva en la aprobación de las listas, al menos, tres miembros de la dirección discreparon por la candidatura, que cuando fue conocida en los distritos fue recibida con sorpresa y cierta decepción. Como sorprendió y molestó por igual que Cuenca, antes de que se celebrara esa asamblea, ya diera por incoporados, como fichajes estrella, a un buen número de independientes. 

¿Si las direcciones desoyen a la militancia, cómo pueden pedir luego el apoyo de la ciudadanía?

Puede que por ello, cada vez es menor la presencia de afiliados y afiliadas socialistas en las asambleas de la capital, como en la última, en la que Cuenca tuvo que escuchar duros reproches, como a ignorar la limitación de mandatos.