ARTÍCULO DE OPINIÓN DE MANUEL ALBERTO PÉREZ SÁNCHEZ, DOCTOR EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

La Orientación no tiene quien le escriba

Política - Manuel Alberto Pérez Sánchez - Jueves, 25 de Abril de 2019
Manuel Alberto Pérez Sánchez, doctor en Ciencias de la Educación, indaga en todos los programas electorales para analizar las propuestas de los partidos sobre Educación y, en concreto, en el ámbito de la Orientación, una parcela que el autor considera vital en el sistema educativo. No te pierdas sus conclusiones.
Aulas vacías.
P.V.M.
Aulas vacías.

Por primera vez en mucho tiempo, el acontecimiento del año no tiene un pronóstico claro. Y no me refiero al partido del 1 de junio que se jugará en el estadio del Atleti, -la final de la UEFA Champions League-, sino al resultado de las elecciones del próximo 28 de abril que marcará la vida política del país los próximos cuatro años. Pero no busquen que en la campaña electoral se hable de educación. Parece que la formación de las nuevas generaciones no entra en las agendas de nuestros políticos ni de los medios de comunicación, que generalmente no las introducen entre los bloques a debatir. Es necesario malgastar dioptrías buceando en los programas electorales para conocer cuáles son las medidas que propone cada partido en relación a tan importante fin.

Pero no busquen que en la campaña electoral se hable de educación. Parece que la formación de las nuevas generaciones no entra en las agendas de nuestros políticos ni de los medios de comunicación, que generalmente no las introducen entre los bloques a debatir. Es necesario malgastar dioptrías buceando en los programas electorales para conocer cuáles son las medidas que propone cada partido en relación a tan importante fin

Como primer apunte y a pesar de que en mi centro desarrollamos el programa Aldea, no sé si arrojarlas al contenedor de papel o al orgánico.

Llama la atención la escasa atención que ocupa la educación en los diferentes programas; al menos si lo comparamos con otros temas. Otra idea importante es comprobar que la mayor parte de las medidas parecen una suerte del traje nuevo del emperador pero al revés, con mucha parafernalia pero vacía por dentro: “modernizar la FP”, “potenciar el prestigio del profesorado”…  En la misma línea, aparecen otras propuestas que parecen el colmo de la profundidad pero que no son más que fuegos artificiales como cursos de inglés en julio para todo el alumnado que propone Ciudadanos (¿como castigo para los que suspendan? ¿como premio para los que aprueben? ¿solo para los hijos de sus votantes?) y la asignaturas de Constitución y Feminismo que proponen Ciudadanos y Podemos, respectivamente. A estas alturas, se debería saber que los conflictos sociales no se arreglan a golpe de asignatura. Hay problemas más profundos.

Puede que el primero sea acabar con el penelopismo, o esa costumbre de las personas encargadas de los Ministerios de Educación de tejer y destejer lo realizado por los anteriores. En los últimos cuarenta años hemos tenido siete leyes educativas. En el mismo tiempo, han habido tres papas y un solo Bob Dylan.

PSOE y Ciudadanos hablan de un pacto. Debería ser un objetivo claro de todos los partidos, porque a este ritmo acabamos, como las matrículas, con todas las combinaciones de siglas posible.

Resulta preocupante que el PP abogue a las claras por favorecer la enseñanza concertada. Que un partido con vocación de estado prime lo privado de lo público es una contradicción que haría las delicias de Wittesgtein

Resulta preocupante que el PP abogue a las claras por favorecer la enseñanza concertada. Que un partido con vocación de estado prime lo privado de lo público es una contradicción que haría las delicias de Wittesgtein. Y es que la educación, como la sanidad, no puede ser en ningún caso un negocio sino un servicio público. Me viene la anécdota de Faraday: buscando apoyos para sus estudios sobre electricidad, logró convencer a William Gladstone, a la sazón ministro británico de finanzas, sobre la bondad de su invento con un razonamiento de peso para un político: podría ser gravada con impuestos. El argumento del derecho de las familias a elegir centro se pervierte en la realidad en el derecho de los centros a elegir familias. En la vecina Málaga hay un colegio que conoce muy bien el consejero Javier Imbroda: Maristas. Su patio de recreo está separado por un delgado muro del patio del colegio público Virgen de Gracia. Un dron podría filmar el ocio de los chicos y chicas de un lado y otro. Aparentemente iguales. Si nos acercáramos, notaríamos las diferencias, cuando pertenecen a la misma zona de escolarización. Y es que a la hora de la verdad, un alumno con dificultades de aprendizaje, con necesidades educativas especiales, con diversidad funcional, con problemática social… debe abrocharse hasta arriba su North Face de Decatlhon: en un centro concertado pasará frío, mucho frío. Los centros concertados, nacieron con la LODE de Maraval en 1985, normativa que nació con fuerte rechazo de los colegios privados pero que, a la larga, les ha traído pingües beneficios.Y conviene recordar que, como los Opencor, surgieron para necesidades concretas.

Apenas se encuentran aspectos fundamentales para la mejora de la educación como una mayor financiación, superior al 5% del PIB. Una apuesta clara por la escuela inclusiva. Mayor autonomía de los centros. Mejor formación del profesorado. Sistema de acceso más adecuado. Mayor número de profesionales. Bajada de la ratio. Adelgazamiento del curriculum…

En esta hermenéutica de la papelera, apenas se encuentran aspectos fundamentales para la mejora de la educación como una mayor financiación, superior al 5% del PIB. Una apuesta clara por la escuela inclusiva. Mayor autonomía de los centros. Mejor formación del profesorado. Sistema de acceso más adecuado. Mayor número de profesionales. Bajada de la ratio. Adelgazamiento del curriculum…

Se antoja inadmisible que ningún partido contemple en sus medidas una apuesta clara y rotunda por la orientación educativa. Contemplada como una medida extraordinaria para el éxito escolar; con el alumnado, las familias, el profesorado y los equipos directivos; con actuaciones para atender la atención a la diversidad, la orientación académica y vocacional, las estrategias de aprendizaje, el desarrollo personal, emocional y humano… El informe Reducing Early School Leaving elaborado por la Comisión Europea en 2013 habla de un sistema fuerte de orientación como importante factor de prevención del abandono escolar y, por tanto, garante del éxito educativo. En la actualidad la orientación se encuentra constreñida entre unos requerimientos que crecen a ritmo aritmético y unos recursos que lo hacen a ritmo homeopático.

Tanto en equipos como en departamentos, año tras año crecen las funciones, aumentan los protocolos, son mayores los requerimientos y ahoga la burocracia. Habría que diferenciar las ideas de las ocurrencias, pero con unas y otras acaba cayéndole algo al profesional de la orientación. Y como decía Vlad El Empalador al prisionero búlgaro que hacía objeciones al poste torcido: “es tontería que bregues”.  Porque las delegaciones provinciales, que sí aumentan sus plazas, conforman el sistema: una nubecilla de logreros abriendo y cerrando válvulas para que mantenga siempre la temperatura óptima en una especie de copa del mundo del felpudo.

Tanto en equipos como en departamentos, año tras año crecen las funciones, aumentan los protocolos, son mayores los requerimientos y ahoga la burocracia. Habría que diferenciar las ideas de las ocurrencias, pero con unas y otras acaba cayéndole algo al profesional de la orientación

Cierto que, como en todos los empleos, hay profesionales de la orientación, de la atención a la diversidad y médicos escolares aquejados del síndrome de Oblomov: en la novela de Goncharov, el protagonista no sale de la cama hasta la página 150, intentando evitar los problemas  y las obligaciones que le llegan del exterior.  Como algunos profesionales de la educación que han equivocado su vocación: con su talento deberían estar en un monte detectando con enorme exactitud la localización de las trufas.

La situación más preocupante la padecen los profesionales que trabajan en los equipos de orientación educativa. Multiplicadas las funciones por el número de centros que atienden, en los que a duras penas dan abasto para realizar el trabajo correctamente, abocado a relegar lo importante por ceder a lo urgente. Y mucho, mucho trabajo burocrático. 

Podemos entender el olvido de la administración si atendemos a que se rigen por una normativa de… 1995.  Un año en que se fumaba en los platós, Martes y Trece hacían sus chistes sobre violencia de género y había en España solo 400.000 ordenadores conectados a internet. Desde entonces no ha habido ningún intento serio por reordenar la orientación en primeria. Sí existió un Plan de Éxito Escolar, aprobado por la consejera De la Calle (la misma que declaró que su nieta de tres años no necesitaba un orientador) en el que, entre otras medidas con mucho celofán, abogaba por la extensión de la orientación en este crucial etapa. Me lo creí. Pero también me he creído siempre que Los Planetas compusieron Un buen día para mi.

Los centros de educación infantil y primaria que se han ido inaugurando los últimos años cuentan con numerosas instalaciones: aulas de informática, de usos múltiples, biblioteca, sala del AMPA… pero en ningún caso se ha contemplado la creación del aula para el equipo de orientación. Estos profesionales tienen que mendigar su espacio en unos centros ya de por sí masificados

Los centros de educación infantil y primaria que se han ido inaugurando los últimos años cuentan con numerosas instalaciones: aulas de informática, de usos múltiples, biblioteca, sala del AMPA… pero en ningún caso se ha contemplado la creación del aula para el equipo de orientación. Estos profesionales tienen que mendigar su espacio en unos centros ya de por sí masificados.

Todo esto da lugar a que los orientadores de EOE están divididos: unos optan por el apaga y otros por el vámonos (a un instituto). Resulta penoso comprobar la diferencia de puntos de acceso a un destino y a otro. No sé si es más triste que la administración no haya reparado o que lo sepa pero no tome medidas al respecto.

Así llevamos años y años. Con reclamaciones, cartas y recogidas de firmas para conseguir lo que diversos organismos, como la UNESCO y COPOE recomiendan: un profesional de la orientación por cada 250 alumnos y alumnas. Últimamente no paro de escuchar una canción que dice: “si esperé toda la vida, ¿qué más da un poco más?”

Es cierto que la escuela no hace magia, ya que forma parte de la sociedad y no podemos cambiar la primera si no atendemos a la segunda en su globalidad. De ahí la importancia de votar en las próximas elecciones.  Noto la campaña crispada y algo de miedito dan los que acaban en los mítines dando vivas a España, a la policía y a la guardia civil.  Estaría más a gusto en un mundo en el que se loara a profesionales sin armas: de la medicina, de la ciencia, del arte, de la docencia… No soy muy de símbolos y banderas. Sí que me emociono cuando cantan la Marsellesa en Casablanca, pero es que ante el fascismo, como Bogart, hay que tomar partido.  En caso contrario, podemos acabar comiendo lo mismo que el coronel del libro de García Márquez al que le he pedido prestado el título de este artículo.

Manuel Alberto Pérez Sánchez es doctor en Ciencias de la Educación.