El laboratorio de las derechas cumple un año, sin despejar dudas
Con el peor resultado de su historia, el PP con Juan Manuel Moreno al fin pudo gobernar Andalucía, gracias a la suma de Ciudadanos, tras su espectacular subida, y para lograr la mayoría absoluta aritmética, con la necesaria colaboración de la ultraderecha, que irrumpió con fuerza en Andalucía, como advertencia de lo que más tarde llegaría.
Con ansia, el autollamado ‘gobierno del cambio’ bipartito del PP y C´s se formó con rapidez con una amplia agenda de promesas que harían cambiar el rumbo de Andalucía, gobernado históricamente por los socialistas, con claros síntomas de cansancio e incapacidad de renovar estructuras y mensajes
Con ansia, el autollamado ‘gobierno del cambio’ bipartito del PP y C´s se formó con rapidez con una amplia agenda de promesas que harían cambiar el rumbo de Andalucía, gobernado históricamente por los socialistas, con claros síntomas de cansancio e incapacidad de renovar estructuras y mensajes.
Susana Díaz, sucesora en la presidencia de la Junta y en PSOE andaluz de Manuel Chaves y José Antonio Griñán -condenados, más tarde, por la dura sentencia de los ERE- precipitó los acontecimientos, adelantando las elecciones autonómicas en una estrategia que el tiempo le demostró fallida, tras romper C´s el pacto de gobierno suscrito con el PSOE, más pensando en su propio crecimiento que en la realidad que apuntaba la marcha del último gobierno.
Pero el PSOE de Susana Díaz también tuvo su culpa, al revelar serios problemas para gobernar en coalición o con pacto de gobierno, lo que requiere templanza para encajar piezas y diálogo entre socios. Primero, tras fracasar el binomio con IU y luego, con Ciudadanos.
Hace un año, la inercia no le fue suficiente al PSOE, al perder 14 diputados, demasiados para tan siquiera poder plantear un complicado gobierno de izquierdas -dadas las pésimas relaciones con Podemos e IU, juntos y por separado- con Adelante Andalucía, la confluencia de los dos partidos, que sumó 17 escaños, 9 menos que en las de 2015 en las que cada uno de ellos concurrió bajo sus siglas -Podemos, 15; IU, 9-.
Tras los presuntos casos de corrupción que arrastraba la larga etapa socialista -ERE, Faffe..-,el nuevo gobierno de las derechas hizo desde el primer momento la regeneración como bandera, más impuesta por C´s que por el PP, dado que en el panorama nacional ya arrastra lo suyo.
Juan Manuel Moreno y Juan Marín. Portavoz Gobierno Junta
Al año de aquellas elecciones, los tirones de la ultraderecha -algunos, esperpénticos- no impiden la estabilidad de la Junta de Andalucía, cuyos partidos que componen el bipartito, PP y C´s, funciona como islas independientes, sin meterse en áreas del otro. Pero la estabilidad no es un bien en sí mismo, sino dependiendo de las políticas que se aplican.
Al año de aquellas elecciones, los tirones de la ultraderecha -algunos, esperpénticos- no impiden la estabilidad de la Junta de Andalucía, cuyos partidos que componen el bipartito, PP y C´s, funciona como islas independientes, sin meterse en áreas del otro. Pero la estabilidad no es un bien en sí mismo, sino dependiendo de las políticas que se aplican.
¿Cambio?, ¿qué cambio?
Y en lo esencial, en este tiempo, muy poco en el haber del Gobierno del ’cambio’ que realmente haya modificado para bien la calidad de vida de la mayoría de andaluzas y andaluces. Y por el contrario, se percibe retrocesos, entre ellos, el más criticado por su alcance la Igualdad y la lucha contra la violencia machista, con un más que tibio apoyo.
Hasta en el Gobierno de la Junta reconocen la lentitud de los cambios prometidos.
A bombo y platillo, muy al modo de este bipartito que tanto criticaba la propaganda de los anteriores gobiernos socialistas y poco tardaron en practicarlo, prometieron una ’gran bajada’ de impuestos, que no ha llegado a la población, salvo la inmediata eliminación del polémico impuesto de sucesiones, de la que las derechas hicieron casus belli, y sin entrar en si solo beneficia a las rentas altas, la incidencia de las familias beneficiadas es escasa.
Visita del vicepresidente de la Junta, Juan Marín, al Ayuntamiento de Granada. IndeGranada
También han procedido a eliminar algunos entes de lo que consideraban chiringuitos, pero comparado con el ímpetu con el que se comprometieron a acabar con la administración paralela se han quedado muy cortos. De alguna forma, también le han visto la utilidad para situar al frente de ellos, y dentro, a algunos de los suyos
También han procedido a eliminar algunos entes de lo que consideraban chiringuitos, pero comparado con el ímpetu con el que se comprometieron a acabar con la administración paralela se han quedado muy cortos. De alguna forma, también le han visto la utilidad para situar al frente de ellos, y dentro, a algunos de los suyos.
En doce meses, hasta 31 altos cargos han dejado sus puestos, la mayoría por desavenencias políticas, todo un récord. Casi todas las consejerías alcanzadas por las marchas. De Cultura, lo más relevante es que asumió Memoria Democrática, antes, en Presidencia, y su intención de cobrar por visitar los museos andaluces.
Sí es, desde luego un logro, aprobar dos presupuestos en un año, a la espera también del de 2020, pero como con la estabilidad, es su contenido y no el hecho de aprobarlos. Como ejemplo, la provincia de Granada, en la que apenas hay partidas significativas para los grandes proyectos pendiente que a este ritmo, tendrán que aguardar para mandatos venideros, lo que, por otra parte, es ya costumbre en la tierra.
Pero lo peor, sin duda, es la gestión sanitaria, educativa y la de empleo, tanto, que parece grotesco un año después recordar para desmemoriados promesas como la creación de 600.000 nuevos puestos de trabajo -Andalucía seguirá a la cola de España, la educación gratuita hasta los 3 años o los tratamientos oncológicos con tratamiento en 30 días.
Pero lo peor, sin duda, es la gestión sanitaria, educativa y la de empleo, tanto, que parece grotesco un año después recordar para desmemoriados promesas como la creación de 600.000 nuevos puestos de trabajo -Andalucía seguirá a la cola de España, la educación gratuita hasta los 3 años o los tratamientos oncológicos en 30 días.
Salud, gestionada por el PP, y Educación, por Ciudadanos, -estandartes de cada uno de los dos partidos- son ejemplo de lo bien que se vive en la oposición sin responsabilidad de gobierno. No solo aumentan las listas de espera quirúrgicas y de especialidades, las protestas se han generalizado por toda Andalucía, con la percepción que para nada ha mejorado, por mucho que culpen a la herencia recibida.
La fulminante destitución del gerente del SAS, Miguel Moreno Verdugo, conocido por los recortes en su etapa en Castilla-La Mancha, es un síntoma. Le han buscado acomodo al frente del Hospital de la Axarquía, con el descontento de sus profesionales. Y ya no le quedan más cortafuegos al criticado -también desde el PP- consejero Jesús Aguirre. En Granada, las protestas de la Junta de Personal se han llevado por delante al director gerente del Virgen de las Nieves, y la continuidad del del PTS -que ha cambiado por enésima vez de nombre para llamarse Clínico, con la confusión que genera a pacientes- está en el aire.
Nada de lo que presumir tampoco en Educación, con más ratios por aula, problemas con los comedores y la comunidad educativa, con la amenaza que se vive en Granada de la enseñanza en el medio rural. Tanto clamar por la España vaciada.
La Junta en Granada
En Granada, y ya que el PP hizo bandera con la cansina demagogia que le dio réditos, tan granadina es la gestión de la Alhambra ahora como antes, al igual que en Sierra Nevada. Y tan abierto el monumento a Granada, ahora que antes. Y la gestión de ambos es tan sevillana como antes, porque depende, de la Junta de Andalucía. Y para los puntillosos, pues antes eran los dos responsables de Granada y ahora solo uno. Pura demagogia.
En Granada, y ya que el PP hizo bandera con la cansina demagogia que le dio réditos, tan granadina es la gestión de la Alhambra ahora como antes, al igual que en Sierra Nevada. Y tan abierto el monumento a Granada, ahora que antes. Y la gestión de ambos es tan sevillana como antes, porque depende, de la Junta de Andalucía. Y para los puntillosos, pues antes eran los dos responsables de Granada y ahora solo uno. Pura demagogia.
La presencia política en Granada de la Junta de Andalucía ha decaído, probablemente porque hay poco que vender. Es la consejera de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, Marifrán Carazo, la cara más visible del Gobierno andaluz, cuyos consejeros han visitado la provincia, incluido el presidente y vicepresidente. Aún se mantienen casi inéditos para la ciudadanía, por desconocimiento, algunos consejeros o coordinadores de instituciones. Y a la espera del prometido nuevo despegue del Parque Tecnológico.
Carazo, junto a los delegados y coordinados provinciales. Prensa Junta
Compromisos con la Capitalidad Cultural de Granada o el proyecto IFMIS-DONES han sido renovados, heredados de la etapa anterior. Pero en el caso de la aspiración europea, apenas se ha visto reflejado en los presupuestos.
Y frente a las críticas de la derecha a lo casos de enchufismo, en la misma Delegación de la Junta, en Gran Vía, ya suman dos. Primero fue el ahora alcalde de Albolote, Salustiano Ureña, quien fue colocado en el Gabinete de Prensa, hasta que fue candidato popular, sin que se le conozca relación con los medios de comunicación. Y en su reemplazo, una sobrina del presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno.
Como denunció el PSOE andaluz y medios regionales, Alicia Medina Villena es hija de una prima hermana de la esposa de Moreno. Posee titulación por una escuela privada, carece de experiencia en medios pero llevó las redes de Nuevas Generaciones.