La duda capital de Moreno Bonilla
Desde que Juan Manuel Moreno Bonilla es presidente del Gobierno andaluz no se le ha visto dudar en nada. Desde pactar con la ultraderecha para que fuera su muleta parlamentaria, lo primero en esta legislatura, hasta aplicar los recortes en sanidad para privilegiar a la privada, beneficiar a los centros escolares concertados, situar en riesgo Doñana, los dudosos contratos exprés en pandemia o enterrar la Memoria Democrática…
Una de las principales habilidades de Moreno Bonilla es no parecer que las decisiones más impopulares de su Gobierno, que quiebran la imagen de moderado del presidente del PP-A y de la Junta, sean suyas, sino de sus consejeros, lo que es radicalmente falso, tanto como lo de elegir la fecha electoral que más beneficie a Andalucía, dado que el único interés que va a salvaguardar es el suyo propio y el de su partido
Una de las principales habilidades de Moreno Bonilla es no parecer que las decisiones más impopulares de su Gobierno, que quiebran la imagen de moderado del presidente del PP-A y de la Junta, sean suyas, sino de sus consejeros, lo que es radicalmente falso, tanto como lo de elegir la fecha electoral que más beneficie a Andalucía, dado que el único interés que va a salvaguardar es el suyo propio y el de su partido.
Pero en la única decisión que depende exclusivamente del presidente de la Junta de Andalucía, Moreno Bonilla, duda: la convocatoria de las elecciones autonómicas.
Pese a que siempre ha mantenido su determinación para agotar la legislatura y, por tanto, convocarlas en diciembre, en realidad, no ha dejado de buscar excusas para adelantar los comicios, ante el viento favorable que le empuja pero que, ante el inevitable hundimiento de Ciudadanos, le obligaría a cogobernar con la extrema derecha, si es la lista más votada.
La presidenta del parlamento de Andalucía, la ciudadana Marta Bosquet, despidió la sesión del pasado jueves con un “adiós por si caso”, agradeciendo el trabajo de la legislatura. Si Moreno Bonilla convocase las elecciones el 12 de junio no habría nuevo pleno.
En todo caso, Moreno Bonilla debe avisar con un mínimo de 54 días de la fecha electoral.
Estas son las ventajas e inconvenientes para Moreno Bonilla convocar las elecciones en junio o noviembre, los dos meses que baraja.
Junio
La primera fecha posible es el 12 de junio, -para el 5 de junio ya no daría tiempo-. Moreno Bonilla debe disolver la Cámara autonómica el martes 19 de abril, después de la Semana Santa. Por entonces ya puede tener más datos de si el efecto Núñez Feijóo beneficia o no al PP-A. El inconveniente es que es demasiado pronto para venderlo como un simple adelanto electoral.
La segunda fecha es el 19 de junio, para lo que tendría que disolver el Parlamento el 26 de abril. Cualquiera de las fechas de junio permite que el nuevo Gobierno cuente con un Presupuesto de 2023 antes de iniciar ese año. Y aunque no sea un inconveniente decisivo, ese domingo se celebran muchas fiestas de Corpus, como en Granada.
Pero el principal inconveniente para el PP de convocarlas en junio es que no se podría celebrar el pleno de la comisión de la Faffe, cuyo resultado se anularía desde un punto de vista oficial. Y los conservadores se quedarían sin la condena política a los tres últimos presidentes socialistas, que es lo que buscan
Pero el principal inconveniente para el PP de convocarlas en junio es que no se podría celebrar el pleno de la comisión de la Faffe, cuyo resultado se anularía desde un punto de vista oficial. Y los conservadores se quedarían sin la condena política a los tres últimos presidentes socialistas, que es lo que buscan.
El mayor beneficio apunta a que sí podría aprobar un presupuesto para 2023, dado que hay tiempo suficiente hasta final de año. Y, sobre todo para el PP, que el líder socialista andaluz, Juan Espadas, aún es muy poco conocido y, más a la izquierda, no tienen ni candidata o candiato.
Para el 26 de junio ya hay vacaciones escolares, por lo que hay familias que se trasladan ya a su lugar de veraneo.
Julio y agosto son inhábiles en Andalucía para celebrar elecciones.
Octubre
2, 9, 16, 23 y 30 de octubre. Tras un buen verano, que redundará en la economía y el empleo, cualquier domingo de octubre es propicio para celebrar las elecciones. Si fuera el 19 de octubre, Moreno Bonilla disolvería la Cámara el último día de agosto.
En octubre, para beneficio del PPA, sí se conocerá la sentencia de los ERE, que afectarían a Manuel Chaves y José Antonio Griñán.
Pero octubre presenta el inconveniente de que, difícilmente, podría aprobarse el presupuesto de 2023 en tiempo. El nuevo Parlamento se constituye a las dos semanas de las elecciones, pero después hay que negociar el Gobierno y la investidura del presidente, sin que exista un tiempo límite.
Y puede ser complicada la elección del próximo presidente o presidenta de Andalucía.