Hace falta mucho feminismo
A veces ocurren cosas como esta, se alinean los astros, intervienen las diosas o el azar y dos hechos, aparentemente inconexos y sin relación alguna, se ponen a la par sobre el tablero de la realidad y nos obligan a reflexionar sobre ellos, a pensar en algo que no estaba en nuestra agenda.
La película 'Nevenka' dirigida por Icíar Bollaín narra la historia de la concejala del Ayuntamiento de Ponferrada que, a sus 24 años, es víctima de acoso por parte del entonces alcalde, su compañero en el PP Ismael Álvarez
El 27 de septiembre, hace apenas un mes, se estrenaba en los cines de nuestro país la película “Nevenka”. Dirigida por Iciar Bollaín y, a la vez, inspirada en el libro de Juan José Millás “Hay algo que no es como me dicen” (2004), la película narra la historia de Nevenka Fernández, concejala del Ayuntamiento de Ponferrada que, a sus 24 años, es víctima de acoso por parte del entonces alcalde, su compañero en el Partido Popular Ismael Álvarez. En septiembre del año 2000 pide la baja laboral a causa de una depresión y en marzo de 2001 presenta una denuncia por acoso sexual. Cuando ella decide denunciar nadie en su entorno la apoya, el contexto social de Ponferrada le da la espalda y los medios la someten a juicio público. Aunque el alcalde es juzgado y condenado, quien huye es ella, que traslada su residencia a Inglaterra y, mas tarde, a Irlanda.
Hasta el 30 de mayo de 2002 no llegó la sentencia, tras casi tres años. El alcalde es condenado a 9 meses de prisión y al pago de una multa de 6480 euros (rebajados finalmente a 2000) y una indemnización de 12000 euros. Esta es la primera vez que un político es condenado por acoso sexual en nuestro país.
Tras la sentencia, Ismael Álvarez dimitió de todos sus cargos, pero siguió al frente de sus negocios de hostelería y ocio nocturno, siguió viviendo en Ponferrada, negó siempre las acusaciones y hasta disfrutó de una manifestación de apoyo a la que asistieron más de 3.000 personas. En el año 2011 volvió a presentarse a las elecciones por un partido independiente y logró cinco concejales. En 2023 (en marcha ya el rodaje de “Nevenka”, en el que él se negó a participar) publicó el libro “Escrito queda”, una “terapia personal para que se conozca la verdad real, que es distinta de la verdad judicial y mediática”, según él.
Han pasado mas de veinte años desde el acoso sexual a Nevenka Fernández. Ha pasado el me too, la manada, la ley del 'solo sí es sí', el caso Pelicot…
Han pasado mas de veinte años desde aquello. Ha pasado el me too, la manada, la ley del 'solo sí es sí', el caso Pelicot… Muchos y muy relevantes hitos que han marcado el contexto social y que han cambiado en muchas cosas la percepción colectiva del acoso y de la violencia machista.
En uno de esos extraños bucles que la relidad a veces nos brinda, en los últimos días de este mes de octubre nos encontramos con la dimisión de Íñigo Errejón, uno de los personajes políticos mas relevantes en el panorama de eso que se ha llamado la nueva izquierda en nuestro país.
La dimisión de todos sus cargos públicos y su abandono de la política activa está provocada por una serie de acusaciones aparecidas en redes sociales que lo identificaban como machista, acosador y maltratador. Tras la dimisión, se suceden en cascada las reacciones, sorprendentemente abundantes las de “era un clamor a voces”, como si esto no siguiera siendo el mismo silencio cómplice de siempre.
Es cierto que las cosas han cambiado: hoy quien ha dimitido es el acosador y la víctima ha podido denunciar la agresión en comisaría sin sentir el peso del juicio público sobre ella.
¿Cómo es posible que nadie haya levantado la voz antes?
Pero no es menos cierto que quien ahora ha abandonado el escenario público “por motivos personales” lleva mucho tiempo siendo un personaje muy visible, ocupando cargos de gran relevancia en distintas organizaciones políticas, mostrándose como un ejemplo de valores que encarna el ideario de izquierdas, entre ellos el del feminismo. ¿Cómo es posible que nadie haya levantado la voz antes? ¿Por qué cada una de las organizaciones en las que ha ocupado puestos de representación y de poder ha preferido mirar para otro lado ante el runrún que ahora parece que todo el mundo conocía?
Cuánto daño hacen estos comportamientos no solo a los partidos en los que este señor militaba. El descrédito de la política, la crisis del apoyo a las formaciones de izquierdas, todo se ve comprometido cuando noticias como esta ocupan los titulares. Cuánto camino queda aún por andar para que los comportamientos sociales y las leyes estén en consonancia.
Hoy difícilmente podríamos escuchar decir, como dijo el fiscal García Ancos en el juicio a Nevenka, “Usted no es una empleada de Hipercor que le tocan el trasero y tiene que aguantarse porque es el pan de sus hijos. usted no tenía que aguantar eso”. Pero hoy como ayer y antes de ayer las mujeres agredidas por Íñigo Errejón han tenido que esperar, calladas o hablando a penas en susurros, a que alguien las creyera y les diera voz. Hace falta mucho, mucho feminismo. Aún.