por josé antonio montilla, subdelegado del Gobierno en Granada

'En el día del 46 aniversario de la Constitución'

Política - José Antonio Montilla, subdelegado del Gobierno en Granada. - Viernes, 6 de Diciembre de 2024
Con motivo de la conmemoración este viernes, 6 de diciembre, del 46 aniversario de la Constitución, te ofrecemos la intervención del subdelegado del Gobierno en Granada, José Antonio Montilla, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Granada, durante el acto institucional, por el interés de sus reflexiones.
Constitución Española, junto a las distinciones a las y los premiados.
SUBDELEGACIÓN DEL GOBIERNO
Constitución Española, junto a las distinciones a las y los premiados.

Cada año la subdelegación del Gobierno de España en Granada organiza un acto para conmemorar el aniversario de la Constitución Española de 1978 en torno al 6 de diciembre, día en el que la ciudadanía española aprobó en referéndum el texto constitucional, hace ya 46 años.

Siempre he celebrado de forma especial este día por una razón simple. Desde 1990 he vivido de estudiar y enseñar Derecho Constitucional. Soy constitucionalista de profesión. Por ello, cuando ahora tengo que dirigirme a ustedes para hablar de la Constitución en este acto institucional debo autocontenerme

En este acto también hacemos un reconocimiento a personas y entidades de nuestra provincia que han destacado en la defensa de los valores constitucionales.

Siempre he celebrado de forma especial este día por una razón simple. Desde 1990 he vivido de estudiar y enseñar Derecho Constitucional. Soy constitucionalista de profesión. Por ello, cuando ahora tengo que dirigirme a ustedes para hablar de la Constitución en este acto institucional debo autocontenerme.

Y lo haré limitándome a trasladar tres ideas:

1.- La valoración que merece la Constitución española de 1978.

2.- La importancia que ha tenido para abordar los grandes problemas de España en el último medio siglo.

3.- Y, finalmente, por qué las personas hoy reconocidas encarnan, a nuestro juicio, la defensa de los valores constitucionales.

En cuanto a la valoración, lo diré de forma rotunda. El proceso constituyente y, en general, la transición política española desde la muerte del dictador Franco, ha sido uno de los momentos más brillantes de la historia de España.

España salió de una dictadura y a través de un proceso de reformas rupturistas aprobó una Constitución democrática

España salió de una dictadura y a través de un proceso de reformas rupturistas aprobó una Constitución democrática. Se elaboró una Constitución en la que no se quiso innovar demasiado. Los países europeos habían aprobado Constituciones después de la segunda guerra mundial que habían permitido decenios de paz y libertad en nuestro continente. Por ello, los constituyentes españoles estudiaron bien esas constituciones y fueron tomando instituciones y procedimientos que estaban funcionando en otros lugares y parecían adecuadas para la realidad española.

Así, para las garantías de los derechos o los mecanismos de control parlamentario se fijaron en Alemania e Italia o para el acuerdo en torno a la monarquía parlamentaria resultó muy útil la experiencia de las constituciones del norte de Europa.

El subelegado el Gobierno en Granada, José Antonio Montilla, durante su intervención en el acto institucional. Subdelegación del Gobierno.

Solo en la organización territorial del Estado fuimos incapaces de acordar un modelo y nos limitamos a desconstitucionalizar el proceso de formación del Estado autonómico, por utilizar la clásica expresión de Cruz Villalón

En general, la inserción ha funcionado bien con alguna excepción. Solo en la organización territorial del Estado fuimos incapaces de acordar un modelo y nos limitamos a desconstitucionalizar el proceso de formación del Estado autonómico, por utilizar la clásica expresión de Cruz Villalón.

Con ese déficit en la constitucionalización del modelo territorial, que sigue pendiente y ha generado problemas, fuimos capaces de elaborar una Constitución que luego ha servido de referencia en muchos lugares del mundo.

Pero sí es valioso el contenido de la Constitución, lo es mucho más la forma en que se elaboró, caracterizada por la voluntad de anteponer el acuerdo al conflicto; lo que se llamó el consenso constitucional.

En la sala constitucional del Congreso de los Diputados está colgado el cuadro “El abrazo” de Juan Genovés, que ha sido considerado, a mi juicio con razón, un símbolo de la transición.

He pasado muchas horas en esa sala pues allí tienen lugar Juntas de Portavoces, Diputaciones Permanentes y Comisiones parlamentarias. Como a veces las comisiones son aburridas he mirado mucho ese cuadro y, en efecto, creo que simboliza bien lo que quiere ser la Constitución de 1978: un encuentro entre quienes venían de lugares distintos e incluso antagónicos

He pasado muchas horas en esa sala pues allí tienen lugar Juntas de Portavoces, Diputaciones Permanentes y Comisiones parlamentarias. Como a veces las comisiones son aburridas he mirado mucho ese cuadro y, en efecto, creo que simboliza bien lo que quiere ser la Constitución de 1978: un encuentro entre quienes venían de lugares distintos e incluso antagónicos.

El abrazo no era entre los que pensaban igual sino entre los que difícilmente podían ponerse de acuerdo, pero fueron capaces de hablar y de comprenderse.

Ese es el principal valor de la Constitución y lo que garantiza su perdurabilidad: su capacidad para integrar a todos, incluso a los que no están de acuerdo con su contenido, siempre que respeten los procedimientos para modificarla.

Gracias a esa voluntad de integración, a esa condición de lugar de encuentro, nunca de enfrentamiento, la Constitución de 1978 ha permanecido viva y mayoritariamente respaldada casi medio siglo. Es algo que no deberíamos olvidar nunca

Gracias a esa voluntad de integración, a esa condición de lugar de encuentro, nunca de enfrentamiento, la Constitución de 1978 ha permanecido viva y mayoritariamente respaldada casi medio siglo. Es algo que no deberíamos olvidar nunca.

Esta valoración de la Constitución es compatible con el reconocimiento de una deficiencia que no quiero soslayar. La Constitución mantiene prácticamente el mismo texto que en 1978, con el lenguaje de esa época, y con las referencias a una realidad social y política que ha cambiado. Por esto, corremos el riesgo de que las nuevas generaciones no conciban la Constitución como suya sino la de una generación anterior.

La Constitución mantiene prácticamente el mismo texto que en 1978, con el lenguaje de esa época, y con las referencias a una realidad social y política que ha cambiado. Por esto, corremos el riesgo de que las nuevas generaciones no conciban la Constitución como suya sino la de una generación anterior

Este debate es clásico en el Derecho Constitucional. Ya lo mantuvieron los padres fundadores de los Estados Unidos en torno a la Constitución de 1787. Jefferson consideraba que una Constitución debía estar vigente sólo 18 años de forma que su voluntad no se impusiera a generaciones posteriores. Madison, por el contrario, consideraba que una Constitución era para siempre. El punto de encuentro se alcanzó a través de la reforma constitucional. La Constitución perduraba en el tiempo, pero periódicamente se reformaba para que las nuevas generaciones pudieran considerarla como propia.

En ese punto nuestra Constitución merece alguna crítica. Las Constituciones de Alemania, de Francia, de Italia o de Portugal se han modificado en numerosas ocasiones para adaptarse a los cambios, sea por la integración europea, por la aparición de nuevos derechos o para ajustar la relación entre el Estado y las partes que lo componen.

Foto de familia de premiados, junto a invitados. Subdelegación del Gobierno.

Sin embargo, la Constitución española apenas ha sido modificada en estos 46 años. Solo se han producido tres pequeñas reformas: del art 13.2 en 1992 para poder firmar el Tratado de la Unión Europea; del art. 135 en 2011 para incorporar el principio de estabilidad presupuestaria y recibir ayuda europea en el marco de la gran recesión y este mismo año para modificar el art. 49 en relación a las personas con discapacidad.

En puridad, esta crítica no hay que hacerla a quienes elaboraron la Constitución sino a las generaciones posteriores, que no han sido capaces de adaptarla a la evolución de la sociedad

En puridad, esta crítica no hay que hacerla a quienes elaboraron la Constitución sino a las generaciones posteriores, que no han sido capaces de adaptarla a la evolución de la sociedad.

Por ello, si queremos que nuestra Constitución regule realmente la organización política de la sociedad debemos ir adaptándola a sus cambios.

Lo habitual es decir que esto no es posible, especialmente en el actual clima de polarización política. Sin embargo, procede recordar que este mismo año 2024 se ha aprobado la modificación del art. 49 CE tras años de debates.

El proceso seguido para esa reforma nos muestra dos cosas. En primer lugar, que, en efecto, no es fácil reformar la Constitución en España. Toda la XIV legislatura transcurrió sin que se alcanzara el acuerdo que finalmente se logró al inicio de la XV.  Pero, en segundo lugar, también se ha comprobado que con mucho diálogo y perseverancia puede alcanzarse ese acuerdo.

En este sentido, permitan que este subdelegado del Gobierno, constitucionalista de profesión, mantenga la esperanza de que en España se asiente una cultura de la reforma constitucional y que más pronto que tarde podamos aprobar otras reformas constitucionales

En este sentido, permitan que este subdelegado del Gobierno, constitucionalista de profesión, mantenga la esperanza de que en España se asiente una cultura de la reforma constitucional y que más pronto que tarde podamos aprobar otras reformas constitucionales.

Por ejemplo, la garantía constitucional de derechos sociales como la asistencia sanitaria, la protección por desempleo o la pensión de jubilación que, en este momento, según la redacción actual del art. 53.3, sólo pueden ser alegados ante la jurisdicción ordinaria conforme a lo que establezca la ley que lo desarrolle, esto es, su garantía depende de la voluntad coyuntural de la mayoría parlamentaria.

La mera mención a estos derechos sociales en 1978 fue un gran avance, influenciado por la Constitución portuguesa de 1976. Sin embargo, el problema es que, en 2024, cuando la sociedad tiene asumidos esos derechos y los ejerce con normalidad, siguen dependiendo de la mayoría parlamentaria de cada momento, que puede, en ese sentido, revertirlos.

Por ello, una vez modificado el art. 49, debería abrirse el debate sobre otras reformas. Un debate público, abierto, sin dogmatismos, levantando la vista hacia el horizonte sin perdernos en luchas cainitas, para que nuestra Constitución sea vista por las generaciones futuras como propia

Por ello, una vez modificado el art. 49, debería abrirse el debate sobre otras reformas. Un debate público, abierto, sin dogmatismos, levantando la vista hacia el horizonte sin perdernos en luchas cainitas, para que nuestra Constitución sea vista por las generaciones futuras como propia.

La segunda idea que quería destacar esta mañana es que la Constitución de 1978 ha servido para abordar las crisis constitucionales que España ha sufrido desde su aprobación.  Es lo que nos permite lanzar un mensaje de esperanza sobre el futuro de la Constitución, que es, en definitiva, el futuro de la España democrática.

El primer gran problema al que se enfrentó la España constitucional fue el terrorismo, especialmente el terrorismo de ETA, que tanto dolor ha producido durante tantos años y lo sigue produciendo en especial a los familiares y amigos de las víctimas. Ya estaba presente cuando se aprobó la Constitución. Por ello se introdujeron en ella herramientas para hacerle frente como la suspensión individual en esos supuestos del art. 55.2. Eran herramientas que no estaban en otras Constituciones pero que luego se han ido incorporando cuando la violencia terrorista les ha atacado. Así ha ocurrido en Francia, por ejemplo. Es evidente que las actuaciones en ese marco constitucional han sido fundamentales para terminar con el terrorismo etarra en España y permiten a las fuerzas y cuerpos de seguridad actuar con más eficacia frente a bandas armadas y elementos terroristas.

La crisis constitucional más grave acaecida en España fue la crisis de Cataluña de 2017 cuando un gobierno autonómico convocó un referéndum de independencia al margen de la legalidad y un Parlamento hizo una declaración unilateral de independencia. Los instrumentos constitucionales funcionaron para darle respuesta

La crisis constitucional más grave acaecida en España fue la crisis de Cataluña de 2017 cuando un gobierno autonómico convocó un referéndum de independencia al margen de la legalidad y un Parlamento hizo una declaración unilateral de independencia. Los instrumentos constitucionales funcionaron para darle respuesta. Se activó el mecanismo de coerción estatal del art. 155 CE, que se había traído de la Constitución alemana. Y se procedió, en el marco constitucional, a la destitución y sustitución de los órganos incumplidores. A partir de ahí, con mucho diálogo, que es lo que pide la Constitución, se ha conseguido superar esta grave crisis y normalizar la situación en esa parte del territorio español.

También la terrible tragedia de la Covid-19, la mayor epidemia que ha asolado la humanidad en más de un siglo fue abordada con instrumentos constitucionales. La declaración del estado de alarma, previsto en el art. 116 permitió restringir la libertad de circulación, entre otros derechos, para cortar con ello la transmisión de la epidemia. Afortunadamente, la STC 136/2024 del pasado 5 de noviembre, del Tribunal Constitucional acaba de revisar una doctrina establecida previamente según la cual hubiera sido necesario declarar el Estado de excepción para hacer frente a una epidemia pues se suspendían los derechos al ser restricciones muy intensas. De forma más razonable, dice ahora el Tribunal que el Estado de alarma es el instrumento adecuado para hacer frente a una grave epidemia y las medidas restrictivas de derechos adoptadas en ese marco deberán ser sometidas al juicio de proporcionalidad para analizar si son conformes a la Constitución.

Otro momento de la intervención de José Antonio Montilla. Subdelegación del Gobierno.

En definitiva, hemos comprobado que la Constitución ha sabido dar respuesta a las grandes crisis a las que se ha enfrentado la sociedad española.

En este momento estamos inmersos en otra crisis que no podemos minusvalorar. Cualquiera que haya hecho algunas lecturas sobre el periodo de entreguerras advertirá patrones que se repiten cien años después. De nuevo nos encontramos ante la polarización extrema, la consideración del adversario como un enemigo, los discursos de odio, la persecución de personas por su raza, su origen o su orientación sexual

En este momento estamos inmersos en otra crisis que no podemos minusvalorar. Cualquiera que haya hecho algunas lecturas sobre el periodo de entreguerras advertirá patrones que se repiten cien años después. De nuevo nos encontramos ante la polarización extrema, la consideración del adversario como un enemigo, los discursos de odio, la persecución de personas por su raza, su origen o su orientación sexual. Y abundan los libros que advierten sobre el riesgo de nuestras democracias ante el auge de ideologías que ya derribaron las democracias parlamentarias hace un siglo con consecuencias catastróficas. No es un problema español sino global, pero España no es ajena a él.

Ante ello, hemos de perseverar en la defensa de los valores constitucionales, que pretenden, como decía al inicio, integrar a todos, piensen como piensen, sean como sean y vengan de donde vengan.

Y ello a partir del respeto a la dignidad de la persona que es, según el art. 10.1, el fundamento del orden político y de la paz social. Ese respeto a la dignidad de la persona, que tiene su origen en el art. 1 de la Constitución alemana, tras la terrible experiencia del genocidio nazi, es lo que nos debería poder expulsar del marco constitucional, de la nuestra y de cualquier constitución democrática, los discursos racistas, xenófobos, machistas u homófobos.

Cada uno de nosotros debemos convertirnos en defensores de estos valores constitucionales. Por ello, tiene todo el sentido que desde la casa del Gobierno de España en Granada queramos reconocer a personas y entidades que, a nuestro juicio, representan con su actuación la defensa de los valores constitucionales en nuestra provincia.

Por ello, hemos reconocido a Elisa Pérez Vera. En el elenco de personas de Granada que habían recibido el reconocimiento por su defensa de los valores constitucionales no estaba Elisa Pérez Vera y había que corregir con urgencia esa ausencia

Por ello, hemos reconocido a Elisa Pérez Vera. En el elenco de personas de Granada que habían recibido el reconocimiento por su defensa de los valores constitucionales no estaba Elisa Pérez Vera y había que corregir con urgencia esa ausencia. Elisa fue la primera mujer rectora en España, en 1982. Rompió con ello el techo de cristal que se había mantenido durante siglos. Fue presidenta del Consejo Consultivo de Andalucía durante fructífero periodo hasta que fue designada magistrada del Tribunal Constitucional en 2001. La Constitución se ha ido construyendo a través de la doctrina del Tribunal Constitucional. Aquí tenemos a una persona muy relevante en ese proceso de configuración constitucional. Durante los 11 años que ha sido magistrada fue ponente de sentencias muy relevantes en las que se argumentaba sólidamente la constitucionalidad de medidas de acción positiva en favor de las mujeres para garantizar la igualdad real y efectiva.

También Gregorio Cámara Villar encarna la defensa de los valores constitucionales

También Gregorio Cámara Villar encarna la defensa de los valores constitucionales. Este catedrático, recientemente emérito, pertenece a esa generación de constitucionalistas que empezaban su actividad docente e investigadora cuando se aprobó la Constitución y han sido fundamentales para su desarrollo e interpretación en estos 46 años. Quedarán para siempre como la generación de la Constitución. Sobre las bases que ellos establecieron hemos trabajado las siguientes generaciones de constitucionalistas.

Constitución Española. IndeGranada.

Además, el profesor Cámara ha participado en la gestión universitaria, ha sido director de la Cátedra Fernando de los Ríos, vocal de la Junta Electoral de Andalucía y diputado por Granada en el Congreso entre 2015 y 2019.

En otro ámbito, el coronel Francisco García Sánchez también encarna la defensa de los valores constitucionales que hoy queremos reconocer. La Guardia civil, como la Policía Nacional, son garantes del ejercicio de nuestras libertades, con un espíritu de compromiso y sacrificio

En otro ámbito, el coronel Francisco García Sánchez también encarna la defensa de los valores constitucionales que hoy queremos reconocer. La Guardia civil, como la Policía Nacional, son garantes del ejercicio de nuestras libertades, con un espíritu de compromiso y sacrificio. El coronel García Sánchez ha sido el jefe de la comandancia de la Guardia civil de Granada en los últimos siete años. Y, como he señalado en otras ocasiones, ha ejercido ese mando no sólo con eficacia sino también con mesura y con empatía, siempre consciente de su función de cumplir y hacer cumplir la Constitución. Dice el coronel que el mérito principal lo tiene el excelente personal del que dispone en la Comandancia. No lo dudamos. Somos conocedores de la excelente predisposición de todo el personal de la comandancia para el cumplimiento de los cometidos asignados por nuestra Constitución. Pero eso no es óbice para considerar que su jefe, el coronel García Sánchez, merece este reconocimiento por su defensa de los valores constitucionales.

La plataforma La calle mata ha reunido a diversas asociaciones para trabajar en defensa de los más desfavorecidos, en especial de las personas que no tienen siquiera un techo donde cobijarse

También hemos reconocido esta mañana a entidades que realizan su labor en distintos ámbitos, en el activismo social, en la cultura y en el periodismo.

La plataforma La calle mata ha reunido a diversas asociaciones para trabajar en defensa de los más desfavorecidos, en especial de las personas que no tienen siquiera un techo donde cobijarse. El pasado mes de agosto, cuando cerraron los centros de acogida, se organizaron para abrir un local con sus propios recursos en el que pudieran refugiarse estas personas durante las horas más duras de calor. Desarrollan una labor incansable para proteger a los que menos tienen y darles la dignidad que toda persona merece.

La Constitución define a España como un Estado social y democrático de Derecho. García Pelayo, el primer presidente del Tribunal Constitucional, decía que la fórmula era una totalidad conceptual, esto es, un estado no puede ser de derecho y democrático si no es también social. Y España es un Estado social por actuaciones como las de la Plataforma La Calle Mata. Por ello, son merecedoras de este reconocimiento a la defensa de los valores constitucionales.

También obliga la Constitución a los poderes públicos a promover y tutelar el acceso a la cultura a la que todos tienen derecho. La labor de la Fundación Miguel Ríos por el Rock y la solidaridad es promocionar y difundir la música y la cultura rock granadina así como mantener el legado musical de Miguel Ríos en Granada

También obliga la Constitución a los poderes públicos a promover y tutelar el acceso a la cultura a la que todos tienen derecho. La labor de la Fundación Miguel Ríos por el Rock y la solidaridad es promocionar y difundir la música y la cultura rock granadina así como mantener el legado musical de Miguel Ríos en Granada. Con ello, está garantizando el acceso a la cultura de la ciudadanía de nuestra provincia. Además, no sólo quieren limitarse al ámbito cultural sino también al activismo social dando visibilidad a las problemáticas de personas con discapacidad, jóvenes, mayores y personas migrantes. De esta forma contribuyen a esa concepción social del Estado a la que antes hacíamos referencia.

Y reconocemos también al periódico digital El Independiente de Granada por su contribución al pluralismo informativo. Se han abierto paso en el mundo de la información digital con honestidad, rigor y vocación social. Especial relevancia tienen sus investigaciones propias sobre hombres y mujeres de nuestra provincia que fueron perseguidos durante la guerra civil y la dictadura y cuya memoria no puede caer en el olvido. Estos concejales, alcaldes, maestras, costureras, profesores de universidad, médicos, etc. forman parte de la memoria democrática de España y así debe ser reconocido. Cuando El Independiente de Granada nos relata su historia está cumpliendo un deber democrático amparado en la defensa de los derechos humanos y, por ello, merece este reconocimiento.

Cuando 'El Independiente de Granada' nos relata su historia está cumpliendo un deber democrático amparado en la defensa de los derechos humanos y, por ello, merece este reconocimiento

En fin, debemos agradecer el compromiso de todos los reconocidos en este día. Son un reflejo en los distintos ámbitos profesionales y de actividad de los millones de personas que cada día actúan en el marco de los principios y valores de nuestra Constitución para hacer de España un país mejor.

La Constitución es nuestro marco de convivencia y por ello celebramos hoy estos 46 años de vigencia, conjurándonos todos para que así continúe siendo en el futuro.