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Historia del Partido Comunista, por Juan Francisco Arenas de Soria

Capítulo IV: 'Granada en llamas. Reacción monárquica y revuelta social'

Política - Juan Francisco Arenas de Soria - Viernes, 28 de Mayo de 2021
La nueva entrega de la Historia del PCE que, con motivo del Centenario de la fundación del partido, nos ofrece Juan Francisco Arenas de Soria, se centra en el periodo comprendido entre IV Congreso del PCE al golpe del general Sanjurjo. No te pierdas esta historia viva de España y de Granada.
Composición a partir del cartel electoral del PCE para las elecciones de 1933.
J.F.A.S
Composición a partir del cartel electoral del PCE para las elecciones de 1933.

El IV Congreso del Partido Comunista de España, celebrado en Sevilla en marzo de 1932, suponía una reflexión sobre el nuevo momento abierto desde abril de 1931 con la “revolución democrático-burguesa” y la búsqueda de una posición adecuada a un momento de tanta complejidad, donde el conflicto social estallaba de manera clara, y la burguesía en el Gobierno respondía con la represión como principal instrumento. Había que avanzar desde las posturas minoritarias defendidas hasta el momento, hacia la conversión del Partido en un verdadero instrumento al servicio de la clase trabajadora del país, una organización que estaba creciendo de forma paulatina y pasaba de cerca de un millar de militantes en abril de 1931, a 11.874 reconocidos en el proceso congresual[i] y hacia finales de 1932 oscilaría entre los 12-15.000 afiliados[ii].

“El Partido sólo podría dirigir el movimiento revolucionario e influir de manera determinante sobre la marcha de los acontecimientos a condición de ser él mismo un partido de masas, capaz de llegar con su programa, con sus soluciones, con sus métodos de lucha a las más profundas capas de la población trabajadora”[iii]

El Partido se planteaba con claridad la necesidad de superar el “sectarismo” en el que se había encerrado en los últimos años, abriendo puertas y ventanas que le acercaran a la clase trabajadora, con la perspectiva de desarrollar una lucha ideológica contra las posturas reformistas del PSOE y el anarquismo, elementos clave que impedían que el proletariado y campesinado adquirieran un papel protagonista en el proceso revolucionario abierto el 14 de abril, la clase obrera no podía seguir teniendo un papel de acompañante de la pequeña y mediana burguesía, que igual que conseguía conquistas en favor de sus intereses, asestaba duros golpes a las reivindicaciones obreras y campesinas.

Era necesario superar definitivamente un período en el que los comunistas se habían cohesionado bajo el lema “¡Abajo la República burguesa!”. 

En este marco congresual, el Secretario Provincial de Sevilla, José Díaz, reclamaba la necesidad de trabajar en el marco de los sindicatos UGT y CNT, influyendo en su actuación sobre los conflictos existentes, estando de esta manera en la lucha en defensa de los derechos de la clase trabajadora y no ajenos a los mismos. A esta postura se sumaba Dolores Ibarruri, lo que simboliza una estrategia compartida entre los territorios más combativos del comunismo español, Vizcaya y Sevilla[iv]. Vinculados a estas propuestas clave del IV Congreso, aparecían nombres como los de José Díaz, Dolores Ibarruri, Manuel Delicado, Antonio Mijé, Vicente Uribe…

La no asunción de las nuevas directrices en el marco de las desarrolladas por la Internacional Comunista, acabaría llevando a la expulsión del buró político con José Bullejos a la cabeza, lo que daría paso a una nueva dirección encabezada por el sevillano José Díaz

A pesar de los importantes cambios producidos en la táctica política del PCE, revalidaba en la dirección el grupo dirigente formado entorno al Secretario General José Bullejos. La no asunción de las nuevas directrices en el marco de las desarrolladas por la Internacional Comunista, acabaría llevando a la expulsión del buró político con José Bullejos a la cabeza, lo que daría paso a una nueva dirección encabezada por el sevillano José Díaz. Las disputas de Bullejos con los representantes de la Internacional Comunista (IC) se venían profundizando desde 1931, con acusaciones entre los representantes del Comité Ejecutivo de Bullejos y los de la IC en España. La dirección de Bullejos había adoptado una posición equidistante entre los monárquicos y a lo que definieron como el “bonapartismo lerrouxista”, esa posición hacía que la intentona golpista de agosto de 1932 cogiera descolocado al PCE, y a pesar de la controvertida consigna “defensa de la República”, se acusaba a los partidos que la sostenían de ser los principales reponsables del golpe ante su inacción. Esta situación agravó las relaciones con la delegación de la IC, lo que llevó a intentar dirimir la situación en Moscú, mientras, en la ausencia del grupo dirigente de Bullejos, Adame, Trilla y Vega, el Secretariado del PCE expulsa a los cuatro, nombrando a propuesta de la IC, al dirigente sevillano José Díaz, recién salido de la cárcel, como Secretario General, completando el buró político Adriano Romero, Dolores Ibarruri, Manuel Hurtado, Jesús Hernández, Vicente Uribe y Manuel Delicado[v].

Ante la situación de distanciamiento de la CNT y UGT, en julio de 1932 se impulsará por el PCE el Congreso de Unidad Sindical, que tendría como consecuencia el nacimiento de una central sindical propia, la Confederación General del Trabajo Unitaria (CGTU), que pretendía ser el espacio para la unidad obrera

Esto “en román paladino”  es lo que se llama “cortar por lo sano”. Era necesario superar definitivamente un período en el que los comunistas se habían cohesionado bajo el lema “¡Abajo la República burguesa!”. La percepción errónea del proceso abierto con la caída de la Dictadura y la Monarquía había hecho que no se pudieran visualizar cuestiones en desarrollo como la revolución democrática, sustentada sobre los pilares de la revolución agraria, la reforma del Estado encaminada hacia la federalidad, reforma del Ejército, laicismo[vi]… este cambio de rumbo se vería especialmente refrendado años más tarde, en 1934 con la política frentepopulista impulsada desde el VII Congreso de la Internacional Comunista.

Ante la situación de distanciamiento de la CNT y UGT, en julio de 1932 se impulsará por el PCE el Congreso de Unidad Sindical, que tendría como consecuencia el nacimiento de una central sindical propia, la Confederación General del Trabajo Unitaria (CGTU), que pretendía ser el espacio para la unidad obrera. A la nueva fuerza sindical se unirían unos 50 sindicatos vinculados anteriormente a los espacios sindicales de CNT y UGT[vii], con casi 40.000 trabajadores afiliados a los mismos, pero muy lejos del potencial de las grandes centrales sindicales. En la conformación de la CGTU participarían 3 sindicatos granadinos, representando a unos 600 trabajadores[viii].

“Los objetivos sindicales del Partido consistían en la dirección de las luchas obreras, la formulación de reivindicaciones políticas junto con las estrictamente económicas, la formación de órganos de frente único antes, durante y después de la lucha, la formulación de propuestas de lucha contra la política contrarrevolucionaria de los gobiernos republicanos, la conquista por medio de los sindicatos de la mayoría de la clase obrera y la preparación de esta para la revolución apartándola totalmente de las influencias reformistas” [ix]

A pesar de los cambios producidos, la situación general del Partido en el marco republicano queda claramente definida por Francisco Moreno:

“La trayectoria de la República continuó con sus vaivenes y sus contradicciones,mientras el PCE seguía sufriendo los rigores de una represión digna de otras épocas. Cada dos por tres los comunistas eran arrinconados a la ilegalidad, se suspedía “Mundo Obrero”, se clausuraban los locales comunistas y se detenía a sus dirigentes”[x]

La conflictividad obrera y campesina era un continuo en el día a día de la joven República Española, cuyos dirigentes seguían viendo “fantasmas procedentes del este”, lo que hacía que la represión por las fuerzas del orden republicanas arreciara tanto en el medio rural como en el espacio urbano. El problema en el ámbito rural seguía siendo de unas dimensiones tremendas, llegando con cuentagotas las medidas del Gobierno, así en julio de 1932 en la villa de Don Fadrique (Toledo), único pueblo de España en el que el PCE había conseguido una alcaldía[xi], se producían ocupaciones de tierras[xii]. La intervención de la Guardia Civil llevaría a combates armados con cerca de 600 trabajadores que se habían  atrincherado, con el resultado de varias muertes, multitud de heridos y detenidos[xiii], entre los que se encontraba el médico malagueño Cayetano Bolívar[xiv].

Las manifestaciones alternativas a las oficiales convocadas en 1932 y 1933 por el PCE fueron prohibidas y disueltas por las fuerzas policiales en casos como el de Madrid

El miedo a los comunistas seguía siendo atroz entre las filas republicanas, ya que lo percibían como un elemento desestabilizador y una amenaza para sus intereses de clase, lo que crecía contemplando el devenir de la Revolución y los avances en la construcción del Estado Soviético. Las manifestaciones alternativas a las oficiales convocadas en 1932 y 1933 por el PCE fueron prohibidas y disueltas por las fuerzas policiales en casos como el de Madrid[xv]. Esta postura, igualmente, impedía ver con claridad los verdaderos enemigos de la revolución democrática del 14 de abril y mientras se emitían circulares a los gobiernos civiles del Ministerio de Gobernación frente a los comunistas, la resistencia de la “España eterna” fraguaba el golpe de agosto de 1932 dirigido por el general Sanjurjo.

“Elementos comunistas preparan campaña de agitación el día primero de agosto en toda España. A fin de hacer abortar tal movimiento, adopte V.E. todas las medidas de prevención necesarias prohíba cualquier acto o manifestación que pudiera servir de preparativo o dar pretexto a dicha agitación, y de producirse esta, reprimirla con la máxima energía”[xvi]

Curiosamente, cuando se produce la conocida como “Sanjurjada” el PCE lanza la consigna “defender la República”, lo que le lleva a tener incluso fricciones con la Internacional Comunista, que ve como oportunista la misma[xvii] y que según Manuel Tuñon de Lara fue una de las excusas para desplazar a la dirección de Bullejos[xviii]

El comienzo del año 1933 resultaba bastante complejo para la República Española, con el efecto internacional del acceso de Adolf Hitler al poder en Alemania y en lo interno con los sucesos de Casas Viejas, reflejo de una situación dramática en el mundo rural español

El golpe del general Sanjurjo con epicentros en Madrid y Sevilla fue un claro fracaso, por falta de coordinación de los golpistas, y en el caso de Andalucía por la rápida movilización de las fuerzas políticas y sindicales obreras, que proclaman una huelga general que deja paralizada la ciudad, ocupándose primero los barrios obreros y posteriormente el centro de la ciudad, mientras las fuerzas militares permanecían acuarteladas[xix].

El comienzo del año 1933 resultaba bastante complejo para la República Española, con el efecto internacional del acceso de Adolf Hitler al poder en Alemania y en lo interno con los sucesos de Casas Viejas, reflejo de una situación dramática en el mundo rural español. Los sucesos acaecidos hicieron tambalearse al Gobierno de Azaña, con la amenaza del PSOE de retirarle su apoyo.

En Granada el Partido avanzaba en número de militantes y en el fortalecimiento de su organización, haciéndose visible a través de actos públicos y con su participación en las movilizaciones sociales. Así en febrero de 1932 se impulsaba un acto en Churriana, al que se respondía con una importante movilización de fuerzas del orden por parte del Gobierno Civil

En Granada el Partido avanzaba en número de militantes y en el fortalecimiento de su organización, haciéndose visible a través de actos públicos y con su participación en las movilizaciones sociales. Así en febrero de 1932 se impulsaba un acto en Churriana, al que se respondía con una importante movilización de fuerzas del orden por parte del Gobierno Civil.

El PCE granadino participaría en la conferencia andaluza del IV Congreso del PCE, encabezando la delegación provincial Manuel Delicado, el cual también obtuvo la representación de la provincia en la realización del IV Congreso en marzo de 1932, en el que sería elegido como miembro del Comité Central del PCE.

1932 se observa como un año complejo en la provincia, con movilizaciones obreras por doquier en la construcción, ferroviarios, trabajadores de las azucareras[xx]… que suponen medidas represivas como la clausura de los sindicatos más combativos como la CNT[xxi] …     a las cuales se responde fundamentalmente con la movilización de las fuerzas del orden para evitar males mayores, lo que suele terminar en enfrentamientos callejeros con las mismas. Un ambiente convulso que se aviva durante todo el año, hasta que en el mes de agosto se produce el golpe militar del general Sanjurjo.

El PCE granadino llama junto con las demás fuerzas obreras a la huelga general el 11 de agosto, mientras las tropas de la guarnición granadina permanecen acuarteladas en un ambiente bastante tenso con rumores de todo tipo

El PCE granadino llama junto con las demás fuerzas obreras a la huelga general el 11 de agosto, mientras las tropas de la guarnición granadina permanecen acuarteladas en un ambiente bastante tenso con rumores de todo tipo[xxii]. El general González Carrasco, algunos militares retirados y los condes de Guadiana y de la Jarosa serán los elementos fundamentales en la trama granadina del golpe[xxiii]. Las fuerzas obreras, desde una posición unitaria consiguen paralizar la vida granadina con una huelga general frente a la intentona militar. Los incidentes se suceden y se producen heridos en diferentes altercados, con el asalto a la sede de los tradicionalistas, se intenta incendiar el diario Ideal, se producen tiroteos en el embovedado del Darro y se incendia el Casino Cultural, asalto a varias armerías, desde la casa del conde de Guadiana se dispara a los piquetes de la huelga que responden a la agresión produciéndose un importante tiroteo[xxiv]… Por orden del Gobernador Civil se detiene al conde de Guadiana. Se incendian el convento de las Tomasas y la iglesia de San Nicolás en el Albaicín, al igual que la fábrica de Fajalauza. En la noche del día 12 se incendian el convento de las Trinitarias,  convento de Santo Tomás de Villanueva, colegio y convento de la Divina Infantita.... En Albolote queman el Casino de Labradores y asaltan el cuartel de la Guardia Civil en el que no había nadie, llevándose las armas existentes en el mismo. En Santa Fe se quema el Casino y la intervención de la Guardia Civil produce heridos y un muerto. En Cijuela los altercados tienen como resultado dos muertes. Se incendian varios edificios en Piñar. Asalto al Ayuntamiento en Motril[xxv]. El editorial del Defensor de Granada muestra claramente cuál es la situación:

“El pueblo se ha levantado contra la sublevación manárquica y dictatorialista, demostrando que no está dispuesto a dejarse arrebata sus triunfos por unas mesnadas del régimen fenecido ¿Pero, no se han dado cuenta esos trágicos fantasmas de la Dictadura que España camina con paso seguro hacia su transformación? ¿Pero han considerado posible ahogar la conciencia ciudadana con el levantamiento de unos militares ambicioso? ¡SI todo eso ha pasado para siempre!”[xxvi]

La intentona golpista terminará en Granada con una verdadera insurrección popular, la cual se cobra varias vidas en el intento de restablecer el orden por las fuerzas de seguridad, organizándose un funeral en el que las organizaciones obreras se van a volcar, haciendo llamamientos públicos a la asistencia como solidaridad con las familias y reivindicación

La intentona golpista terminará en Granada con una verdadera insurrección popular, la cual se cobra varias vidas en el intento de restablecer el orden por las fuerzas de seguridad, organizándose un funeral en el que las organizaciones obreras se van a volcar, haciendo llamamientos públicos a la asistencia como solidaridad con las familias y reivindicación. Las fuerzas de seguridad toman las calles, mientras que por orden del Ministerio de Gobernación el gobernador civil de Córdoba, Manuel González López, es comisionado por el Gobierno para encargarse del orden público en la provincia, desplazando al gobernador granadino Felix Fernández Vega, que sin ser reemplazado asume labores auxiliares, emitiendo un bando en el que pide la vuelta a la normalidad. Durante meses se debatirá sobre la implicación del anterior gobernador militar de Granada en la provincia intentando sumar la guarnición granadina al golpe, el general González Carrasco, aunque no hay certeza al respecto. Mientras tanto los comunistas granadinos a través de un comunicado exigen que el conde de Guadiana sea juzgado por un tribunal popular por la muerte de los obreros en el embovedado, libertad para los presos políticos y confiscación de las tierras de los implicados en el golpe militar en favor de los campesinos pobres[xxvii].

Bando Gobierno Civil de Granada, en El Defensor de Granada, 12/08/1932, Año LIII número 28256.

El entierro de las víctimas producidas en el tiroteo frente a la casa del conde de Guadiana, Mariano Cañete y Donato Gómez, se convierte en acto de fuerza de las organizaciones sindicales y obreras, el cual transcurre por cauces pacíficos, aunque no sin algunas cargas policiales tras el mismo en las calles céntricas de Granada.

La situación es muy tensa, con una actuación enérgica de las fuerzas policiales, se suceden las detenciones y disturbios en diferentes localidades de la provincia 

El gobernador cordobés, comisionado por el Gobierno de la República, lanza un duro bando en el que advierte de las duras consecuencias que tendrá el quebranto del orden público, mientras se buscan las armas desaparecidas en los asaltos del día anterior. Es detenido el dirigente anarquista granadino Francisco Maroto[xxviii]. La situación es muy tensa, con una actuación enérgica de las fuerzas policiales, se suceden las detenciones y disturbios en diferentes localidades de la provincia (asalto al cuartel de la Guardia Civil de Chauchina) … ante lo que se produce una fuerte crisis institucional, las autoridades civiles de la provincia se plantan ante el comisionado gubernamental por lo desmesurado de la situación que hace que muchos de los que defendieron la República en los días anteriores se vean encarcelados, mientras se consideran escasas las medidas contra los monárquicos implicados en la intentona. El gobernador civil Fernández Vega dimite, mientras las demás autoridades ponen sus cargos a disposición del Gobierno[xxix].

Crisis institucional en El Defensor de Granada, 14/08/1932, Año LIII, número 28260.

La situación sigue tensándose y se llama a la huelga general por parte de la Federación de Sindicatos Únicos (CNT), a la que se une UGT reivindicando el fin de la represión desencadenada por el comisionado gubernativo, depuración de responsabilidades y libertad para los encarcelados como consecuencia de los disturbios desencadenados por el golpe militar. Los datos de seguimiento de la huelga confirman un seguimiento masivo durante el día 16 y 17 de agosto, al que se van sumando otros colectivos como el de ferroviarios. Se producen cargas de la Guardia de Asalto a lo largo del día. El comisionado ordena detener a implicados granadinos en la intentona golpista, destando el conde de la Jarosa, Rafael Fenández Bobadilla. El Gobierno nombra nuevo gobernador de Granada a Mariano Jove, que ha ejercido el mismo puesto en Salamanca y Soria, miembro del Partido Republicano Radical[xxx]. Las nuevas medidas hacen que se dé por finalizada la huelga.

La vuelta a la normalidad se hace difícil en un momento de crisis económica en el que el paro se convierte en un problema social acuciante y al que las instituciones intentan dar respuesta mediante el impulso de la obra pública

La vuelta a la normalidad se hace difícil en un momento de crisis económica en el que el paro se convierte en un problema social acuciante y al que las instituciones intentan dar respuesta mediante el impulso de la obra pública. La crisis alcanzará una importante dimensión en el mes de septiembre, provocando el callejón sin salida de las arcas municipales y la presión de la oposición, la dimisión del alcalde de la capital Jesús Yoldi Bereau[xxxi], que será sustituido por José Palanco Romero[xxxii]. La Reforma Agraria da sus últimos pasos en el procedimiento parlamentario y se recibe con sorpresa el indulto al general golpista Sanjurjo menos de un mes después de la intentona, frente a la que se producen protestas por parte del PCE, mientras se suceden detenciones de comunistas en Bilbao, San Sebastián, Barcelona y Madrid.  

“Preocupa a todos y en todas partes el problema del paro forzoso. Una vez que transcurra el verano, el conflicto se planteará en términos que pueden ser gravísimos si el Estado y las Corporaciones locales no acuden a remediar la situación con medidas extraordinarias.

Hablamos con preferencia de la acción oficial, porque ya sabemos por triste experiencia lo que ofrecen en nuestro país las aportaciones particulares. Las gentes adineradas, con muy pocas excepciones, permanecen insensibles ante el paro obrero forzos, que atribuyen solapadamente, no a un fenómeno inevitable de la economía mundial, sino a un fracaso de la República”[xxxiii]
Bandera comunista en San Nicolás, El Defensor de Granada, 8/09/1932, Año LIII número 28237.

Como elemento de reivindicación de los comunistas granadinos y de autoafirmación, frente a la represión generalizada en el país, el 7 de septiembre la torre de la iglesia de San Nicolás en el Albaicín amanece con una bandera roja. El propio tratamiento del artículo muestra con la consideración de “extremistas”, la imagen que se transmite de la organización a la sociedad granadina, sólo hasta que no se retira la bandera no “se restablece la normalidad”[xxxiv].

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Fuentes hemerográficas

  • Biblioteca virtual de Andalucía: El Defensor de Granada

Artículos

  • BARRIOS ROZUA, Juan Manuel, “Conflictividad social y destrucción de bienes religiosos en la ciudad de Granada durante la Segunda República”, en Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, nº9, segunda época, Granada, 1995
  • CRUZ, Rafael, “Del Partido recién llegado al Partido de todos. El PCE 1920-1939”, en AA.VV. I Congreso de Historia del PCE (1920-1977), Barcelona, Fundación de Investigaciones Marxistas, 2007
  • GONZÁLEZ GUZMÁN, Pilar, “Historia del PCE”, Revista Tiempo de Historia, num.30, 1977
  • SANZ HOYA, Julián, “La búsqueda de un espacio en el movimiento obrero. El PCE en Cantabria de los orígenes a la guerra civil”, en AA.VV. I Congreso de Historia del PCE (1920-1977), Barcelona, Fundación de Investigaciones Marxistas, 2007.

Bibliografía

  • AA.VV. Historia del Partido Comunista de España, París, Editions Sociales, 1960
  • ALÍA MIRANDA, Fco et alii, La guerra civil en Castilla La Mancha 70 años después. Actas del Congreso Internacional, Cuenca, Ediciones Universidad de Castilla La Mancha, 2008
  • BABIANO MORA, José, 1º de mayo. Historia y significado, Albacete, Altabán, 2006
  • CRUZ, Rafael, El Partido Comunista de España en la II República, Madrid, Alianza Editorial, 1987
  • GIL BRACERO, Rafael y LÓPEZ MARTÍNEZ, Mario, Motril en guerra. De la República al franquismo (1931-1939). La utopía revolucionaria, Motril, Edit.Asukaria mediterránea, 1997
  • MORENO GÓMEZ, Francisco, La última utopía. Apuntes para la Historia del PCE andaluz 1920-1936, Córdoba, Comité Provincial del PCA en Córdoba, 1995
  • TUÑÓN DE LARA, Manuel (dir), Historia de España. La crisis del Estado: Dictadura, República, Guerra (1923-1939), Barcelona, Edit.Labor, 1992

Citas bibliográficas

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  • [i] TUÑÓN DE LARA, Manuel (dir), Historia de España. La crisis del Estado: Dictadura, República, Guerra (1923-1939), Barcelona, Edit.Labor, 1992, p.143
  • [ii] CRUZ, Rafael, El Partido Comunista de España en la II República, Madrid, Alianza Editorial, 1987, pp.58-59
  • [iii] AA.VV. Historia del Partido Comunista de España, París, Editions Sociales, 1960, p.70
  • [iv] GONZÁLEZ GUZMÁN, Pilar, “Historia del PCE”, Revista Tiempo de Historia, num.30, 1977, p.12
  • [v] CRUZ, Rafael, El Partido Comunista de España en la II República, Madrid, Alianza Editorial, 1987, pp.148-157
  • [vi] AA.VV. Historia del Partido Comunista de España, París, Editions Sociales, 1960, pp.70-73
  • [vii] CRUZ, Rafael, “Del Partido recién llegado al Partido de todos. El PCE 1920-1939”, p.146 y SANZ HOYA, Julián, “La búsqueda de un espacio en el movimiento obrero. El PCE en Cantabria de los orígenes a la guerra civil”, p.259-260 en AA.VV. I Congreso de Historia del PCE (1920-1977), Barcelona, Fundación de Investigaciones Marxistas, 2007.
  • [viii] CRUZ, Rafael, El Partido Comunista de España en la II República, Madrid, Alianza Editorial, 1987, apéndice 2, p.295.
  • [x] MORENO GÓMEZ, Francisco, La última utopía. Apuntes para la Historia del PCE andaluz 1920-1936, Córdoba, Comité Provincial del PCA en Córdoba, 1995
  • [xi] El alcalde sería Luís Cicuéndez Muñoz, que posteriormente se convertiría en candidato a Cortes por Toledo. Fallecería en el Frente de Madrid en 1936
  • [xii] Para saber más consultar sobre los acontecimientos en la villa de don Fadrique (Toledo) FERNÁNDEZ GUTIERREZ, P. Revueltas campesinas en 1932: el caso de La Villa de Don Fadrique; en La Guerra Civil en Castilla-La Mancha 70 años después” en  ALÍA MIRANDA, Fco et alii, La guerra civil en Castilla La Mancha 70 años después. Actas del Congreso Internacional, Cuenca, Ediciones Universidad de Castilla La Mancha, 2008
  • [xiii] TUÑÓN DE LARA, Manuel (dir), Historia de España. La crisis del Estado: Dictadura, República, Guerra (1923-1939), Barcelona, Edit.Labor, 1992, pp.138-137
  • [xiv] Cayetano Bolívar sería más tarde el primer diputado del PCE por la circunscripción de Málaga. Durante la guerra de España tendría un papel relevante como comisario político en la defensa de la capital de la Costa del Sol. Sería apresado en Baza -capital republicana de la provincia granadina- al finalizar la guerra, y asesinado en Granada.
  • [xv] BABIANO MORA, José, 1º de mayo. Historia y significado, Albacete, Altabán, 2006, pp.62-63. El gobierno de la República, con Francisco Largo Caballero como Ministro de Trabajo, lo declaró en 1931 como día festivo.
  • [xvi] MORENO GÓMEZ, Francisco, La última utopía. Apuntes para la Historia del PCE andaluz 1920-1936, Córdoba, Comité Provincial del PCA en Córdoba, 1995, p.103
  • [xvii] GONZÁLEZ GUZMÁN, Pilar, “Historia del PCE”, Revista Tiempo de Historia, num.30, 1977, p.12
  • [xviii] TUÑÓN DE LARA, Manuel (dir), op.cit, p.143 en esa reseña de la militancia comunista, señala que la mitad aproximadamente eran andaluces, lo que pone de relieve el peso específico de Andalucía en el PCE en ese momento.
  • [xix] TUÑÓN DE LARA, Manuel (dir), op.cit. pp.147-148.
  • [xx] GIL BRACERO, Rafael y LÓPEZ MARTÍNEZ, Mario, Motril en guerra. De la República al franquismo (1931-1939). La utopía revolucionaria, Motril, Edit.Asukaria mediterránea, 1997, pg.44
  • [xxi] En El Defensor de Granada, Año LIII, número 27970
  • [xxii] En El Defensor de Granada,11/08/1932, Año LIII, número 28254
  • [xxiii] BARRIOS ROZUA, Juan Manuel, “Conflictividad social y destrucción de bienes religiosos en la ciudad de Granada durante la Segunda República”, en Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, nº9, segunda época, Granada, 1995, p.198
  • [xxiv] En el Mapa de la Memoria de Granada se explica la ubicación del domicilio del Conde de Guadiana en un antiguo palacete hoy desaparecido. Si quieres saber más consulta en www.mapamemoriagranada.es
  • [xxv] En El Defensor de Granada, 12/08/1932, Año LIII, número 28256
  • [xxvi] En El Defensor de Granada, 12/08/1932, Año LIII, número 28256
  • [xxvii] ALARCÓN CABALLERO, José Antonio, El movimiento obrero en Granada en la II República (1931-1936), Granada, Diputación Provincial, 1990, pg.310
  • [xxviii] En El Defensor de Granada, 13/08/1932, Año LIII, número 28258
  • [xxix] En El Defensor de Granada, 14/08/1932, Año LIII, número 28260
  • [xxx] En El Defensor de Granada, 17/08/1932, Año LIII, número 28263
  • [xxxi] El 19 de abril de 2017 una calle recibiría el nombre de “Alcalde Yoldi Bereau” en recuerdo de este alcalde, que sería asesinado en 1936 por los golpistas. Era profesor de Química en la Universidad de Granada, y un prestigioso investigador. En el artículo “Granada dedica una calle a Jesús Yoldi, alcalde durante la II República”, en El Independiente de Granada, 19/04/2017, puedes saber algo más de él:​

>Jesús Yoldi Bereau, profesor de la Universidad, intelectual y alcalde

>Granada dedica una calle a Jesús Yoldi, alcalde durante la II República

  •  [xxxii] José Polanco Romero, fue miembro fundador de Acción Republicana en Granada, hombre de Azaña en la provincia, elegido concejal del Ayuntamiento de Granada en las elecciones de abril de 1931, diputado a las Cortes Constituyentes, sería alcalde de la ciudad durante un breve período de tiempo, diputado a Cortes elegido en febrero y mayo de 1936 en las listas del Frente Popular. Al igual que su predecesor sería asesinado por los golpistas en 1936. Para acercarse al conocimiento de José Polanco recomendamos el libro GÓMEZ OLIVER, Miguel, José Polanco Romero. La pasión por la República, Granada, Editorial Universidad de Granada, 2007.
  • [xxxiii] En El Defensor de Granada, 4/09/1932, Año LIII, número 28231
  • [xxxiv] En El Defensor de Granada, 8/09/1932, Año LIII, número 28237

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Juan Francisco Arenas de Soria es profesor de Geografía e Historia y Miembro de la Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación.

Si no tuviste la oportunidad de leer o quieres volver a hacerlo, te ofrecemos la presentación de la serie que, cada viernes, Juan Francisco Arenas de Soria nos ofrecerá semanalmente sobre la historia del Partido Comunista que, en noviembre, cumplirá 'cien años al servicio de la clase trabajadora', con la intención de que los artículos 'nos aproximen a la realidad de un movimiento social clave para entender nuestro país, su lucha por la democracia y la libertad en contextos realmente complejos, y eso sí, siempre desde una perspectiva granadina":