Campaña contra la violencia digital

La fosa uruguaya de Lorca

Blog - Enlorquecidos - Juan Luis Tapia - Domingo, 31 de Mayo de 2015
En esta sección se abordan una serie de teorías, testimonios, hipótesis, leyendas y demás historias que se han vertido sobre la vida, muerte y obra de Federico García Lorca. A la exposición de cada una de las informaciones que se plantean, se le adjunta el correspondiente análisis sobre su nivel de veracidad, los pros y contras. Ya saben, todo parecido con la realidad puede ser real, y también pura ficción. El silencio, el miedo, la notoriedad o bien una intencionada manipulación produjeron una serie de bulos, historias y testimonios sobre la muerte de Lorca, algunos de ellos dados como ciertos incluso en la actualidad. En ‘Enlorquecidos’ me encargaré de desmontar y analizar cada uno de ellos, quizá los más conocidos y todos aquellos que se produzcan.
Enrique Amorim junto a Federico García Lorca.
Indegranada
Enrique Amorim junto a Federico García Lorca.

El escritor Santiago Roncagliolo apunta que los restos del poeta podrían encontrarse en la localidad uruguaya de Salto

Enrique Amorim, amigo y amante del granadino, habría sobornado a los franquistas y trasladado sus restos a Uruguay

La excavaciones e investigaciones para dar con la fosa del poeta Federico García Lorca podrían ‘cruzar el charco’. Nada más y nada menos que hasta Uruguay. Lo apuntó el investigador y escritor Santiago Roncagliolo, quien en el libro ‘El amante uruguayo. Una historia real’ señala que los restos mortales del autor de ‘Bodas de sangre’ se pueden encontrar en la localidad uruguaya de Salto. Esta nueva hipótesis sobre el lugar en el que se encuentran los restos mortales del poeta tiene su origen en la cuestación emprendida por Amorim en 1953 para sufragar el que fue el primer monumento en homenaje a García Lorca. Un año antes, en 1952, Amorim desapareció durante un viaje a Europa. Todos los amigos a quienes había anunciado su viaje le enviaron misivas y avisos en el que le cuestionaban sobre su paradero. “Es imposible saber donde estuvo Amorim durante esos oscuros días de abril. Después de su muerte, su hija Liliana quemó su pasaporte sin saber por qué”, relata Roncagliolo. “Sabemos –dice el escritor- que Amorim volvió a su país, y que no se detuvo en Montevideo. Siguió de largo hacia Salto, donde mantuvo su obstinado silencio epistolar varios meses más”. Nada más llegar de aquel viaje a Montevideo, en sus primeras declaraciones a la prensa uruguaya, Amorim llamó a los salteños a construir el primer monumento del mundo en homenaje a Federico García Lorca. 
 

Enrique Amorim junto a Federico García Lorca.

El misterio de la desaparición del millonario, comunista, escritor y homosexual uruguayo es resuelto por tres fuentes de información de Roncagliolo, quienes, según escribe, le confesaron ‘off the record’ que durante la desaparición de 1952, “Amorim robó el cadáver de García Lorca de Granada, o se lo compró a alguna autoridad corrupta, y lo llevó en secreto a Salto para enterrarlo tras el monumento. No obstante, en referencia a esas mismas fuentes, el investigador señala que ninguna de ellas “se atreve a decir eso frente a un micrófono o una grabadora. Lo consideran un rumor”. Una actitud que podría confirmar esos ‘ocultos testimonios’ fue la mantenida por la viuda de Amorim, Esther Aedo, quien “actuaba como si el monumento fuese un sepulcro” y durante 23 años todos los veranos llevaba flores a la tumba de Amorim y al promontorio donde se eleva el monumento a García Lorca.
 
El día de la inauguración del túmulo, a finales de diciembre de 1953, una caja funeraria blanca fue enterrada junto al monolito conmemorativo. Las desavenencias entre los distintos centros republicanos españoles tuvieron como consecuencia que finalmente el acto fuera realizado por la Comedia Nacional, a través de Margarita Xirgu, Concepción (China) Zorrilla y Enrique Guamero, con fragmentos de diferentes obras dramáticas de García Lorca.
El público asistente al homenaje fue heterogéneo: artistas y gente vinculada al quehacer cultural se mezclaron con pescadores y lavanderos del lugar. La Comedia Nacional culminó su actuación con el dramático último acto de ‘Bodas de sangre’. Margarita Xirgu interpretó el papel de la madre y, según testimonios que perduran, todo fue sentido tan intensamente que luego algunas lavanderas se acercaron hasta la actriz para darle el pésame, convencidos de la veracidad de lo que habían visto.
 

El monolito

El monumento es sencillo y claro en su mensaje. El muro (3 x 2 metros) es de adoquines que fueran donados por contribuyentes y en ellos se estamparon versos de Antonio Machado. “Labrad amigos…un túmulo al poeta / sobre una fuente donde llore el agua / y eternamente diga: / el crimen fue en Granada, en su Granada”. El agua corría realmente a los pies del muro. La fuente hoy está seca, despojando al muro de su carga simbólica, restándole atracción.

En el acto, Amorim, el único interviniente, dijo: “Pueblo salteño que hiciste posible sin una sola vez adversa este silencioso y sencillo acto justiciero, gracias. Gracias por lo que intuyes, por lo que adivinas y por lo que sostienes en el ámbito de mi patria”. A continuación los albañiles abrieron una fosa detrás de la lápida y enterraron una caja blanca, de las proporciones de un osario, 40x50x60, sobre la cual, el hombre declaró: “Aquí, en un modesto pliegue del suelo, que me tendrá preso para siempre, está Federico…”.

Multitudinaria inauguración del monolito en Salto. 

El monumento de Salto, ajeno a la polémica y misterio sobre la tumba de García Lorca, ha permanecido intacto durante más de medio siglo. “Detrás del muro hay una especie de corral lleno de tierra, donde fue enterrada la caja. Pero nadie se ha tomado la molestia de mirar qué hay dentro. Las únicas señales de vida a su alrededor son los preservativos usados por algunas parejas que pasan ahí sus noches románticas”, escribe el investigador  para señalar que la zona se ha convertido en un ‘picadero’ al aire libre.
Roncagliolo relata en su libro la visita a ese paraje donde se encuentra el monumento, el primero erigido en el mundo, en memoria al poeta de Fuente Vaqueros. “Durante mi visita a Salto, me acerqué al monumento con un pequeño equipo formado por la documentalista Susana Garrido y el abogado Pablo Suárez”, indica el escritor, quien encuentra que “detrás del muro, seguía intacta la tierra que guardaba la enigmática caja”. Los participantes en aquella visita no llegaron a descubrir lo que contenía el interior de aquella caja enterrada por Amorim, una inacción que Roncagliolo justifica a través de este diálogo:
-¿Qué hacemos? ¿Desenterramos lo que hay ahí dentro y miramos?
-No puede estar muy hondo. La base de piedras es alta. Unos treinta centímetros. 
-¿Y qué? ¿Qué hacemos si encontramos los huesos?
-Vamos a la Policía…
-Ya ¿Y qué decimos en la comisaría? ¿Buenos días, traemos el cadáver de García Lorca. Por favor, guárdenlo?
-Y si lo sacamos, ¿cómo demostramos que lo sacamos de aquí, que no lo trajimos de otro lugar?
-Podemos sacarlo, verlo y volverlo a guardar.
-Pero entonces quedaría huellas de que manipulamos el terreno. Y si es el cadáver, parecerá que nosotros lo pusimos ahí.
-Por no mencionar que, si hay un cadáver, tampoco podemos probar que es el que buscamos.
-¿Qué hacemos?
Los visitantes al monumento finalmente deciden:
-No hacemos nada. Nos vamos
Roncagliolo deja, de esta manera, abierta la puerta a la continuación del misterio sobre el contenido de la enigmática caja enterrada por Enrique Amorim, quien es denominado por el investigador como el ‘amante uruguayo’ de Federico García Lorca. 
 

VERACIDAD

Amorim, el genio de la impostura
“Que hubiera venido un extranjero, que buscara y consiguiera encontrar el
cuerpo y sacarlo para llevarlo al otro lado del Atlántico es imposible”, dijo Ian Gibson
 
Amorim era un especialista en lo que hoy se denomina manipulación de medios, un culto e inteligente ‘Pequeño Nicolás’, un genio de la impostura, pero con el añadido de que realmente era millonario, y además era cierta su condición de comunista, si bien en no tan alto grado de responsabilidad como el que decía. El uruguayo-argentino era un ‘animal mediático’, con sabios usos de la prensa del momento para estar constantemente en el ‘candelabro’ y promocionar sus obras artísticas y literarias. Fue un estratega de la ambigüedad y un hombre capaz de convertir sus ficciones en persuasivas realidades. Un ejemplo de su maquinaria mediática se encuentra en la invención de las quitanderas, un grupo de prostitutas ambulantes inventadas por él mismo. Fue tal el éxito de su mentira que se asimiló como cierta su existencia. Amorim rizó el rizo al ser descubierta su invención por un crítico literario, unos personajes que llegó a inmortalizar un afamado artista uruguayo. Surgió la sorpresa y el mismo Amorim, ya en París, se apresuró a decir que las quitanderas eran personajes de su invención. Consiguió una presencia mediática a un lado y otro del Atlántico. Descubrió la fuerza mediática de la polémica. Amorim también ‘coló’ en los medios, en 1948, una reunión clandestina de líderes comunistas en su casa de Salto. ‘Pablo Neruda está en mi casa’, así tituló un artículo cuando ya decaía el tema, un titular que solo tenía como verdad la metáfora, porque Neruda siempre estaba con Amorim, pero en espíritu. En solo un mes, Amorim se convirtió en un símbolo del comunismo, a la altura de sus mayores figuras. Y nadie preguntó nunca por el origen de aquella noticia. Otro golpe mediático del escritor y millonario uruguayo fue su encuentro en París con Picasso y Chaplin.
 
Una vez descrito el personaje Amorim, hay que situar su relación con García Lorca en un momento en el que el poeta granadino es una gran estrella en Argentina y Uruguay. Lorca le proporcionaba una figura mediática para continuar con su labor promocional. No obstante, los especialistas reconocen que entre ellos hubo una relación de profunda amistad. “Lorca era homosexual, eso todos lo saben. Eso no quiere decir que estuviera todo el tiempo en la cama con todo el mundo. Él era un hombre muy discreto. Pero es claro que ellos tenían una gran amistad”, dijo Ian Gibson a un medio argentino al ser preguntado por la relación del uruguayo y el poeta. “Publiqué en mi libro, en el año 65, una carta preciosa, que estaba en la Fundación García Lorca, donde se ve el grado de amistad que tenían. Lorca es un personaje fascinante, al margen de su homosexualidad. Cuando llega a Montevideo, este hombre es famosísimo, todo el mundo lo conoce”, añade el hispanista irlandés.
 

Imagen ampliada para apreciar la 'caja misteriosa'.

En cuanto a la posibilidad de que Amorim consiguiera los restos mortales del poeta, tras sobornar a las autoridades franquistas, parece estar casi por completo descartada. Habría sido imposible en aquellos años llevar a cabo una operación de tal importancia en la zona comprendida entre Víznar y Alfacar. “Es imposible que se pudieran quitar de allí, del campo, de cerca de un pueblo, aquellos restos sin que nadie se diese cuenta. Es imposible, es muy difícil localizar un cadáver de una fosa común. Hace falta mucha gente para localizar el sitio, para sacar los restos y esto se conoce enseguida y se comenta”, señaló Gibson al ser preguntado por esta cuestión. A esto se le añade el mucho miedo existente y que “en los pueblos todo el mundo guarda información, pero también todo el mundo habla o todos tienen un recuerdo; pero jamás se dijo nada”. Otro factor que juega en contra de esta teoría uruguaya es la imposibilidad de escapar al control del régimen franquista para sacar los restos de España sin el consentimiento  y conocimiento del régimen de Franco. “Que hubiera venido un extranjero, alguien de fuera, que buscara y consiguiera encontrar el cuerpo y sacarlo para llevarlo al otro lado del Atlántico es imposible. Jamás se dijo nada. Es todo un invento, una locura”, concluyó Gibson.
 
Lo más difícil de entender es por qué no se desenterró la misteriosa caja con dimensiones de osario para conocer su contenido. La caja allí sigue, en Salto, enterrada, junto al agua que corre, como los bulos y teorías sobre el poeta y las circunstancias de su muerte.