Capitalidad Cultural 2031
Estando, como estamos, en una fase muy inicial del lanzamiento de la candidatura de Granada como Capital europea de la Cultura en el año 2031, es conveniente señalar algunas claves que permitan que los primeros pasos sean firmes y sólidos. Sobre la base de que los procesos de lanzamiento de las candidaturas de las ciudades para la obtención de la capitalidad cultural han sido, en general, buenos proyectos para aquéllas que se han presentado a la misma, fundamentalmente, porque han posibilitado o fortalecido una visión de la cultura como recurso para la ciudad, en términos de proyección, imagen e incluso riqueza, y porque han obligado a la puesta en marcha de iniciativas de diverso tipo, como comisiones y debates ciudadanos, proyectos de mejora y optimización de equipamientos, programaciones especiales, etc.
El lanzamiento de una candidatura exige que las ciudades pongan al día todos sus recursos culturales: infraestructuras, equipamientos, tejido económico, empresas culturales, gestores culturales, artistas y públicos potenciales. Actividad que genera, sin duda, cohesión ciudadana y visión de futuro. Además, la candidatura obliga a combinar planificación urbana con proyecto cultural y a formular por tanto las necesidades de equipamientos culturales desde el punto de vista de la planificación de la propia ciudad. Permite reformular una visión de la ciudad como ciudad de la cultura, y a planificar sobre esa base de objetivos, compromisos y retos.
Los compromisos que las ciudades deben asumir para presentar su candidatura, sobre todo, la necesaria movilización social, obligan a las ciudades y a sus diversos actores políticos y sociales a priorizar, concertar con las instituciones públicas y privadas y a generar un clima de consenso en torno a la candidatura.
La puesta en marcha de un proyecto como éste exige, en primer lugar, una aportación de recursos públicos relevantes. Junto a ello, la máxima concertación con las instituciones para obtener proyectos de inversión, acompañada de imaginación para diseñar programas coherentes con la filosofía del proyecto, y lo más importante, el apoyo del tejido económico y empresarial de la ciudad, y el apoyo social, muy relevante.
Pero teniendo en cuenta que la designación de la capitalidad se realiza competitivamente, los primeros pasos y la credibilidad del proyecto, al inicio, son fundamentales. Por ello, sólo cabe saludar la reunión mantenida estos días pasados, y considerarla un primer paso, pues va a permitir poder movilizar recursos humanos, y contar con apoyos relevantes que den apoyo a la máxima representación de la ciudad. Debe permitir avanzar en credibilidad para que el tejido económico, sobre todo el vinculado con el turismo, pero también otros sectores como las infraestructuras, vean oportunidades. Credibilidad para conseguir apoyos políticos e institucionales estables, que duda cabe que la presencia de Junta de Andalucía, Diputación y Universidad es un espaldarazo. Respaldo del tejido cultural, de los artistas y de los creadores. Implicación ciudadana que debe tener además un fuerte componente de voluntariado como recurso imprescindible.
Vayamos sumando ideas, propuestas, proyectos, y también personas, colectivos, instituciones. Y vayamos haciéndolo con espíritu constructivo y carácter integrador.