'Crónica de dos Granadas'

El día 21 de febrero llevaba tiempo marcado en mi calendario. Confluían dos eventos musicales muy distintos, pero que me interesaban mucho: por la tarde, la presentación del proyecto “Granada Suena” en Discos Bora Bora; por la noche, el concierto de Carmen Xía en la Sala Víbora.
Granada Suena” es un proyecto llevado a cabo de manera colaborativa entre la Universidad de Granada y la Fundación Miguel Ríos. Se trata de un mapa interactivo que quiere reflejar la escena musical granadina desde los años 60 hasta el presente, recogiendo a lxs artistas, álbumes, eventos, movimientos, instituciones… que le han dado forma
“Granada Suena” es un proyecto llevado a cabo de manera colaborativa entre la Universidad de Granada y la Fundación Miguel Ríos. Se trata de un mapa interactivo que quiere reflejar la escena musical granadina desde los años 60 hasta el presente, recogiendo a lxs artistas, álbumes, eventos, movimientos, instituciones… que le han dado forma. El mapa se puede explorar organizándolo por estas categorías, por géneros o por décadas, y al pinchar en cada ítem puedes leer una entrada breve que contextualiza y explica la relevancia del mismo, escrita por unx musicólogx, periodista o por las propias personas participantes (yo mismo he escrito un puñado de ellas). Se trata de un reto descomunal, y tal como reconocieron Sara Armada y Toya Solís, impulsoras del proyecto, aún hay muchos aspectos que mejorar en futuras revisiones del mismo (de hecho, invitaron a que se enviasen las sugerencias en ese sentido a granadasuena@fundacionmiguelrios.com). Pero el esfuerzo de documentar de esta manera la inmensa riqueza musical de esta ciudad es más que bienvenido.
Se congregó buena parte de la gente que participa en (o sigue de cerca) las nuevas propuestas de pop y rock alternativo de la ciudad.
Eso sí, no fue este un mero evento académico: si se llevó a cabo en Bora Bora fue porque, después de la presentación en sí, hubo concierto. Tocaron nada menos que diez artistas emergentes granadinxs, versionando una canción de su elección de otrx artista local. Así, se congregó buena parte de la gente que participa en (o sigue de cerca) las nuevas propuestas de pop y rock alternativo de la ciudad. Tanto es así que, dadas las reducidas dimensiones de la tienda de discos y los constantes cambios de instrumentos y músicos, acabó resultando un tanto agobiante. Con todo, y más allá de ser un momento de encuentro de tanta gente conocida, hubo algunas cosas reseñables de los conciertos. Una de ellas es que, puesto que las versiones eran sorpresa, mucha gente se encontró de pronto con que sus colegas estaban tocando sus canciones. Las sonrisas de las integrantes de Izeta al escuchar la divertida y rockera versión que hizo Paul Rodie de “Cualquier lugar” fueron de lo más tiernas, por no hablar de la emoción que se veía en el rostro de Toni Jiménez, cantante de Nievla, mientras escuchaba cómo Paulina del Carmen convertía “El hilo” en una balada de R&B jazzy con su chorro de voz. Fue un ejemplo más de lo unida que está esta escena, algo que salta a la vista en cada ocasión en que se reúnen.
Lo otro que me llamó la atención fue el hecho de que, sin ponerse de acuerdo, nada menos que tres grupos decidieran versionar tres canciones diferentes de Napoléon Solo
Lo otro que me llamó la atención fue el hecho de que, sin ponerse de acuerdo, nada menos que tres grupos decidieran versionar tres canciones diferentes de Napoléon Solo. Esta fue la única banda perteneciente a otra generación que fue versionada, y no me parece casual en absoluto. Frente a ese indie formulaico que acabó dominando durante tantos años el pop-rock local y nacional, el grupo de Alonso Díaz representa para esta nueva generación un sonido más fresco y versátil. Para comprobarlo, no hay más que leer la entrada dedicada al grupo en el mapa, obra de Andrés Galán, miembro de Nievla y participante en otros proyectos musicales locales. Aunque la mejor representación de ese espíritu aventurero fue la sorprendente y vibrante versión post-hardcore que hizo miralles de “La vida en Marte”, de Cristalino (recientemente nominado a un Goya). Este es el nuevo proyecto en solitario de Jaime Miralles, miembro de Amigas! y Radio Palmer, y aunque apenas se pudiese escuchar su voz, las guitarras llenaron Bora Bora de electricidad y nervio. Aún no ha editado música bajo este nombre, pero a juzgar por esta primera impresión va a merecer la pena seguirle la pista a lo que vaya haciendo.
Desde allí me fui corriendo a la Sala Víbora, a un evento con un ambiente bien diferente: el concierto de la rapera-coplera gaditana Carmen Xía. Esta era la parada en Granada de la gira de presentación de su interesante segundo disco, El cuerpo, lanzado en noviembre pasado
Desde allí me fui corriendo a la Sala Víbora, a un evento con un ambiente bien diferente: el concierto de la rapera-coplera gaditana Carmen Xía. Esta era la parada en Granada de la gira de presentación de su interesante segundo disco, El cuerpo, lanzado en noviembre pasado. El público, formado en un porcentaje importante por mujeres jóvenes, no fue tan numeroso como yo esperaba, pero estuvo completamente entregado desde un inicio. Aunque lo que más me sorprendió de entrada fue lo multitudinario del concierto a nivel de cartel: nada menos que nueve artistas invitadxs acompañaron a Xía en la puesta en escena. Lasole ejerció de telonera principal, y a quienes no la conocíamos nos dejó boquiabiertos con su enérgica presencia escénica, su actitud desafiante y su habilidad técnica. No solo desplegó una gran diversidad de flows con un control de la respiración exquisito, sino que también se aventuró con temas de sensual R&B e incluso una canción más cercana al indie, que recordaba a la música de Alizzz. Y lo que es más importante, dado el contexto: señaló a los abusadores sexuales en el mundo del rap, asegurando con fiereza que “mis perras no van a dejar de ladrar”.
No en vano, el público le cantó en varias ocasiones de forma espontánea “más Carmen Xía y menos policía”, a lo cual ella contestó que era la cosa más bonita que le habían dicho nunca
Después de algunas otras actuaciones más breves, llegó la hora del plato principal. Eso sí, lo primero que hizo Carmen Xía al subir al escenario fue felicitar a las compañeras que la habían precedido, en una muestra de coherencia con los mensajes de su música a favor de la sororidad. Durante la siguiente hora, la gaditana recorrió todo tipo de registros emocionales, desde la rabia de “Orguyoça” y “La herida” al humor de “Premenstrual” o “Marujeo”, pasando por la ternura de “Blanco y dorao pt. I” o “Lávame er pelo”. Lo que unifica su música en todos esos estilos es, por un lado, su calidad como vocalista (la forma en que se le quebró la voz en varios momentos me puso los vellos de punta) y, por otro, la presencia de mensajes politizados en sus letras. Ya fuera poniendo en valor la identidad andaluza y hablando de solidaridad entre pueblos al recordar la situación de Palestina, recordando el legado de Gata Cattana, llevando aún más lejos las palabras de Lasole sobre los abusos y el machismo en el rap en “mami mami” o apelando a las experiencias compartidas por las mujeres sáficas del público en “Candela”, todo el concierto estuvo cuajado de reivindicaciones. No en vano, el público le cantó en varias ocasiones de forma espontánea “más Carmen Xía y menos policía”, a lo cual ella contestó que era la cosa más bonita que le habían dicho nunca.
La cosa culminó con “Andaluces de Jaén”, donde Xía y su DJ y productor Suzio Tarik tocaron todos los palos que les caracterizan a la vez
Hay que decir que el sonido fue bastante deficiente: en los momentos de mayor frenesí, prácticamente no se escuchaba el beat. Y por desgracia no es la primera vez que pasa esto en la Sala Víbora: me alegra que aporten algo más de diversidad en cuanto a salas de conciertos en Granada, ya que es un problema endémico de la ciudad, pero van a tener que trabajar este tema, porque si no lxs artistas se acabarán cansando de que no se les escuche bien. El público, por su parte, estaba tan metido en la experiencia que no le dio mucha importancia, y ya en la segunda mitad del concierto, desde que Carmen hizo un cambio de vestuario y se puso un vestido de flamenca/chándal Adidas, no paramos de bailar en ningún momento. La cosa culminó con “Andaluces de Jaén”, donde Xía y su DJ y productor Suzio Tarik tocaron todos los palos que les caracterizan a la vez: el rap, el flamenco (asistidos en directo por la voz de La Moni y la guitarra de Manuel) y el breakbeat, ese subgénero de la electrónica que hace décadas que adoptamos como propio en esta tierra. Al terminar, Xía pidió a todas las artistas invitadas que subieran de nuevo al escenario, para despedirse con un apasionado “vivan las mujeres que hacen arte”. Desde luego, si algo demostró este concierto es que juntas, las raperas son más fuertes.