Un 70% de mujeres jóvenes han sufrido acoso por las calles de Granada y el 42% han sido alguna vez perseguidas
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Un equipo de investigación de la UGR ha estudiado áreas de inseguridad y experiencias de victimización de estudiantes de la Universidad, tanto mujeres como hombres, en espacios públicos de Granada. En el trabajo se ha evidenciado una brecha de género significativa: las mujeres han manifestado un mayor nivel de inseguridad, especialmente por la noche, con una base real.
Según indica el estudio, ellas han sufrido más experiencias de victimización directa e indirecta y mayor exposición a la violencia sexual en los espacios públicos, no solo en Granada, sino a lo largo de sus vidas. Un 70% de las mujeres ha sufrido alguna vez acoso callejero mientras caminaba, frente al 20% de los hombres. Y un 42% han sido perseguidas por la calle, frente a un 14,5% de los hombres, destaca el equipo autor del estudio.
A partir de las experiencias únicas del estudiantado recopiladas por el equipo de investigación, se han identificado 413 lugares en Granada percibidos como inseguros, en 116 de los cuales se han producido experiencias de victimización directa (53%) y/o indirecta (47%).
El estudio ha descrito los elementos sociales, ambientales y de victimización que conforman estas percepciones para cada lugar. “Si bien no se observan diferencias de género en la caracterización de los elementos que provocan que un lugar sea identificado como inseguro, sí se aprecian diferencias espaciales de género en el reconocimiento de la inseguridad”, explica la profesora Carmen Lizárraga.
Los hombres señalan menos ubicaciones inseguras. El artículo captura lo que las estadísticas de criminalidad no muestran, según destacan las autoras. Se producen notables diferencias de género en las experiencias de victimización. Las mujeres constituyen una mayoría, habiendo sufrido un 75,9% de las experiencias de victimización directa y un 60,5% de las indirectas en espacios públicos de Granada.
Ellos, robos; ellas, violencia sexual
Los hombres relatan, principalmente, robos y hurtos. Las mujeres, por su parte, experimentan diversas formas de violencia sexual, siendo el acoso callejero el más prevalente, “normalizado en los espacios públicos y afectando desproporcionadamente a las mujeres”, indican las profesoras que firman este trabajo. Es algo que no solo “sucede todo el tiempo, sino en todas partes, y se convierte en una parte de la violencia estructural sobre las mujeres”, explican las autoras, quienes recomiendan implementar principios de Diseño Ambiental para la Prevención del Crimen (CPTED) y reconocer los lugares de ocio nocturno como áreas de mayor riesgo. Además, según las conclusiones de la investigación, se deben continuar abordando las disparidades de género en seguridad pública, combinando políticas de planificación urbana y protocolos específicos.
Este trabajo surge del proyecto de investigación B-SEJ-238-UGR20, “Análisis multimetodológico de la movilidad peatonal y la percepción del miedo en el espacio público con enfoque de género” (MOMIGEN) de la Junta de Andalucía-Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades/FEDER Andalucía.