La familia Lorca vive con "escepticismo e indignación" la búsqueda de la posible fosa del poeta
La familia de Federico García Lorca admite estar viviendo con "cierto escepticismo e indignación" la búsqueda por parte de un equipo de investigadores y arqueólogos de la fosa común en la que podrían encontrarse los restos del poeta, que fue fusilado en agosto de 1936 junto al maestro republicano Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.
En declaraciones a la Cadena Ser en Granada, recogida por Europa Press, Andrés Soria, catedrático de Literatura y marido de Laura García Lorca -sobrina del poeta- ha considerado "paradójico" que las excavaciones las encabece una persona que opina que el asesinato del poeta "no fue un crimen político sino un homicidio causado por odios entre familias de la Vega granadina", ha dicho en alusión al investigador Miguel Caballero.
"Es una opinión deleznable e inverosímil" ha agregado, tachando de "poco consistente" la opinión a este respecto del investigador que coordina junto al arqueólogo Javier Navarro los trabajos que se están desarrollando desde hace una semana en Alfacar, en el paraje del Peñón del Colorado.
Andrés Soria ha señalado que la familia desconoce "absolutamente" cuál es el paradero de Lorca y mantiene la idea de que el destino del poeta "es inseparable de los otros miles de personas asesinadas por motivos políticos" sin que haya que "seleccionarlo" sino "construir -ha dicho- el lugar donde cayó como un lugar de memoria".
Igualmente, ha opinado que "sería de tontos pensar" que la hermana del poeta, Isabel García Lorca, tuvo alguna evidencia empírica del lugar concreto donde podían yacer los restos de su hermano.
"Tampoco la necesitaba ni era importante para sentir que la construcción de un campo de fútbol -en la zona donde ahora se está desarrollando la investigación- era profanar una tierra que debía considerarse sagrada porque en ella habían caído tantas personas", ha argumentado.
Ha justificado en este sentimiento el hecho de que la hermana del poeta remitiera en su momento una carta al Arzobispo de Granada y al presidente de la Junta pidiendo que se detuviera la construcción de ese campo de fútbol alegando que los muertos que allí yacían "era cristianos por muy rojos que fueran y que aquel lugar era un cementerio y había que tratarlo como tal".
El catedrático de Literatura por la Universidad de Granada ha sostenido que existe un gran "juego de historias, todas míticas" sobre qué pudo ser del cadáver de Lorca, pero insiste en que la familia solo conoce lo que a ese respecto se ha investigado.
"Creo que sienten -la búsqueda del poeta- con cierto escepticismo y cierta indignación por el hecho de que la opinión de Miguel Caballero es poco consistente (...) mantiene que el asesinato de Lorca no fue un crimen político sino un homicidio causado por odios entre familias de la Vega granadina, esa opinión es deleznable e inverosímil y me parece un poco paradójico que las excavaciones sobre ese hecho histórico las encabece una persona que tiene estas opiniones", ha concluido.