Paciente de 64 años con una sola pierna, la otra amputada. Atendido de urgencias en un hospital de la capital granadina, recibe el alta este pasado viernes. A las 14.00 horas de esa jornada, una trabajadora social del centro hospitalario advierte del caso a voluntarias de La Calle Mata y la Asociación Pro Derechos Humanos en Granada. Y comienza un peregrinaje "indecente" que evidencia la falta de recursos en la ciudad para atender a las personas sin hogar y las graves consecuencias de ese déficit.

Las activistas llamaron al Centro de Orientación y Atención Social a Personas sin Hogar y Transeúntes (COAST), sin éxito. Después a la concejala de Políticas Sociales. Tras varios intentos, la política del gobierno municipal respondió y trasladó que se ocuparía. La siguiente llamada recibida fue de una responsable del área. 

El tesón de las voluntarias de La Calle Mata y Pro Derechos Humanos encontró una plaza, pero el problema no está solucionado

La opción que ofrecen es ir a las instalaciones de la calle Aranda y derivarlo después al albergue de calle Varela. Pasan las horas y no hay más comunicación. Ni ambulancias para el traslado. En silla de ruedas, tres voluntarias lo llevan a la calle Aranda. De allí lo derivan al albergue. De nuevo son las voluntarias las que lo trasladan en silla de ruedas. Al llegar, reciben la noticia de que no hay plazas. El albergue está lleno. De vuelta a calle Aranda, un centro donde insisten en que no hay plazas. Las voluntarias se plantan. De allí no se mueven. Para ese momento, ya no responde ni la concejala ni la directora del área de Servicios Sociales. 

Es una historia "interminable, inaceptable, indecente... la historia de cada día", denuncian las activistas que explican que ofrecen este relato a la sociedad granadina para favorecer el debate: "¿es una forma correcta, adecuada, eficaz y humana la que existe en el Ayuntamiento de Granad para atender" a estas personas? Ya no las 300 personas sin hogar que viven en la calle en Granada, sino casos especiales como el de este hombre. 

Un caso que dan a conocer para trasladarle a la alcaldesa, Marifrán Carazo, que algo falla cuando ocurren casos como este. Y también para reclamarle que "la persona siga siendo lo primero".