LUCHADORES POR LA LIBERTAD EN GRANADA

'Antonio Rodríguez Avellaneda, siempre en la brecha'

Política - Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo - Sábado, 16 de Marzo de 2024
Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo homenajean con este artículo a una referencia, que representa el arquetipo de militante antifranquista, primero en Motril, y después en Cataluña, donde mantuvo su compromiso político y sindical.
Antonio Rodríguez Avellaneda.
historiasdecerdanyola.blogspot.com//El resto de fotos, cedidas por Antonio Rodríguez Avellaneda
Antonio Rodríguez Avellaneda.
'La memoria es como una red: uno la encuentra llena de peces al sacarla del arroyo, pero a través de ella pasaron cientos de kilómetros de agua sin dejar rastro'

Oliver Wendell Holmes

Cuando escribimos esta biografía es porque Antonio representa el arquetipo de militante antifranquista, primero en Motril, y después en Cataluña, donde muchos andaluces huyeron de la miseria o de la persecución política en sus ciudades de origen y contribuyeron en la tierra de acogida a que el eslogan de “Catalunya, un sol poble”, se hiciera realidad con la aportación de luchadores como él. Y esto es así porque ellos contribuyeron a eso que se ha llamado “la construcción nacional de Catalunya” y porque, desde el principio, supieron que ese lugar pasaba también a ser el suyo. Y, como frontispicio, un detalle no menor: la de una persona que, desde su más tierna juventud, como albañil, supo de la dignidad de su trabajo y que, como toda casa bien hecha, una sociedad democrática necesita buenos cimientos para afrontar cualquier embestida autoritaria. Este artículo es un homenaje a  los que se dejaron la piel soñando un futuro mejor.

Antonio Rodríguez Avellaneda había nacido el 11 de agosto de 1943, pocos años más tarde del final de la guerra civil, en pleno año de penurias económicas y de libertades

Antonio Rodríguez Avellaneda había nacido el 11 de agosto de 1943, pocos años más tarde del final de la guerra civil, en pleno año de penurias económicas y de libertades. Y el mismo día que nació Fidel Castro. Sus padres, Antonio Rodríguez Pineda y Magdalena Avellaneda Porras. Precisamente, un hermano de ésta, Antonio Avellaneda Porras “El Porras”, fue ejecutado a “garrote vil” en Almería.

AVELLANEDA PORRASAntonio. Natural de Motril (Granada), de 28 años, casado con Amelia Molinero, alpargatero. Conocido como “El Porras”. Durante la guerra fue miembro del Comité de Salud Pública en Motril. Fue jefe de las milicias rojas de Motril. Miembro de la JSU. Su causa se inicia el 2 de abril de 1939 y es procesado por “Adhesión a la rebelión”. Fue condenado a muerte en Consejo de Guerra de 16 de mayo de 1939. Fue uno de los pocos casos que fue ajusticiado a garrote vil y ejecutado el 1 de julio de 1939 en Almería. (Causa 19.820/39 AJTM). (Hidalgo Cámara, 2014: 719, 748 y 916). (www.granadamemoriahistorica.es). La familia se fue a Mataró al poco tiempo. (Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo, Diccionario de la represión en Granada, 1931-1981, en elaboración).

Volviendo a Antonio Rodríguez, ya en su más tierna infancia, supo cómo se las gastaba el régimen, pues a los pocos días de ingresar en el colegio –ubicado en los bajos de la Plaza de España, frente al Ayuntamiento- lo expulsaron por una broma que le había gastado –travesuras de niños- a un compañero. Pasó por varios maestros, pero como la calidad de la enseñanza pública no era precisamente la adecuada, otro maestro aconsejó a su padre que fuera a la escuela de un maestro represaliado, Manuel Felipe Gallego, al que una Comisión de Depuración le había quitado la plaza y se ganaba la vida cobrando 18 pesetas mensuales.

FELIPE GALLEGO, Manuel. Natural de la provincia de Granada. Conocido como “Manuel el Colorao”. Maestro Nacional. Hay un sargento sin nombramiento Manuel Felipe Gallego que aparece en la relación de heridos leves a consecuencia de un ataque en la Sierra de Lújar (Granada) a cargo de los batallones 337 y 338 de la 85ª Brigada Mixta el ejército republicano el 25 de junio de 1937 (AGMA, C.1501, 18/1, recogido por MARTÍN MILÁN, 20120, p. 25, n.43). (Prisioneros De Guerra. Campos De Concentración Y Batallones | Provincia de nacimiento: Granada | Referencia: ES.19030.AGMG/9.1.5. Caja 304542, Expediente 3, Relación 29, Folio 22. (https://buscar.combatientes.es). Preso político, estuvo recluido en la Segunda Agrupación de las Colonias Penitenciarias Militarizadas en Montijo (Badajoz). Según José L. Gutiérrez (2003, 39), el 27 de noviembre de 1945 la Junta Provincial se pronunció en contra de concederle la libertad condicional, elevando su veredicto al Patronato Central. (Gutiérrez Casalá: 2003, 39 y 154). Como maestro represaliado, al que se le quitó su empleo, estuvo dando clases particulares en Motril. (Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo, Diccionario de la represión en Granada, 1931-1981, en elaboración).

Pero como a perro flaco todo son pulgas, su familia tuvo la mala fortuna de ser estafada por un gestor desaprensivo

Pero como a perro flaco todo son pulgas, su familia tuvo la mala fortuna de ser estafada por un gestor desaprensivo. El caso es que en 1951 sus padres habían decidido, como tantos otros andaluces, emigrar a Brasil, concretamente a Sao Paulo, donde ya vivían algunos primos suyos. Para poder pagar los pasajes lo vendieron todo y marcharon a Cádiz, donde compartieron habitación con otra familia. El gestor de los pasajes se quedó con todo el dinero y desapareció. Dos largos meses viendo partir los trasatlánticos Cabo de Hornos y Cabo de Buena Esperanza –propiedad del franquista Ibarra- sin que pudieran recuperar el dinero invertido. Había que volver a Motril, pero tuvieron la suerte de que su abuelo les devolvió su casa. Suerte relativa porque a partir de entonces la vida familiar se tornó mucho más difícil, hasta el punto de que Antonio, al que se conocía entonces como “El Americano”, de forma precoz, tuvo que empezar a trabajar.

Antonio Rodríguez (Motril, 1951).

Él, como otros muchos jóvenes de la época, comenzó a trabajar a los ocho o nueve años. En su caso, hacía labores esporádicas en el campo partiendo almendras o haciendo cuerdas de esparto

La vida laboral es una escuela de compromiso social y de toma de conciencia de clase.  Él, como otros muchos jóvenes de la época, comenzó a trabajar a los ocho o nueve años. En su caso, hacía labores esporádicas en el campo partiendo almendras o haciendo cuerdas de esparto. En torno a 1957, con 14 años, comenzó trabajando en un almacén de calzado y, como solía ocurrir, el patrón nunca pagaba ni les daba de alta en la Seguridad Social. Como él mismo afirma,

“… aprendí lo que significaban los abusos y la explotación, y conforme fui creciendo me iba interesando por todo lo relacionado con los trabajadores. La represión y la censura férrea impuesta a cualquier acontecimiento o las protestas que ya hacían los mineros de Asturias, de las que informaba la Pirenaica, iban calando en mi conciencia, hasta que a mediados de 1960 me propusieron ingresar en el Partido Comunista de España y no lo dudé, no lo pensé dos veces, no lo consulté con nadie, aún siendo consciente del tremendo peligro que ello entrañaba”. (Antonio Rodríguez, Memorias, p. 16).

El PCE de Motril

Hemos señalado en otros artículos cómo se desarrolló el PCE a finales de los cincuenta del siglo pasado al ser la organización más activa del antifranquismo y que le permitió nutrirse de nuevos militantes que veían en el Partido la única y mejor organización para acabar con la dictadura. Y señalamos que su crecimiento fue espectacular como lo demuestra la vasta represión que se cebó sobre él con la detención de 204 militantes en la primavera de 1961. Un crecimiento espectacular en Granada, como reconoce la propia Dirección General de Seguridad (DGS), cuando en junio de 1961, dos meses más tarde de la caída de la organización granadina, analiza el desarrollo y organización del PCE en esta provincia, llegando a asegurar que “la organización comunista de Granada desarticulada totalmente es, sin duda, la más importante de las últimamente descubiertas”. (Archivo Histórico Nacional, Fondos Contemporáneos, Dirección General de la Policía, Exp. 53102, R.S. núm. 6644/XIV, de 13 de junio de 1961). Que la califique como “la más importante” de las que se desarrollan en España en los años 1960 y 1961 es significativo dado que en esos años las redadas fueron numerosas y masivas en muchos lugares de España.

Antonio Rodríguez  (Mataró, 1967).

El desarrollo del PCE en Motril  será importante desde finales de los cincuenta extendiendo la organización por la costa y pueblos próximos del interior

El desarrollo del PCE en Motril  será importante desde finales de los cincuenta extendiendo la organización por la costa y pueblos próximos del interior. Para la Brigada Político Social (BPS) ésta será la organización más importante, después de la de  Maracena. Inicialmente el PCE inicia su actividad con Pedro Correa, un campesino que había nacido en Tablones de Motril. Correa conocía al instructor del Comité Central del PCE para Granada en esos momentos, Félix Cardador García, y fue el encargado de organizar el PCE en Motril. Sin embargo, el desarrollo orgánico será muy lento y basado en contactos personales, entre amigos que, a lo más, se pasaban el Mundo Obrero y alguna reunión clandestina para comentar algunas noticias de la Pirenaica. El trabajo fundamental era la captación de nuevos militantes, una vez que se comprobaba que podían ser candidatos para el Partido. Emilio Cervilla Alonso, que trabajaba en Motril de lotero, será captado por uno de sus amigos,  Alfonso “El Cojillo”, que un día de 1958 le pasa un papel con varios dobleces y le dice:

“Procura no dar eso a nadie. Léelo o que te lo lean y ya discutiremos. Cuando llegué a mi casa vi que era el periódico clandestino Mundo Obrero. Yo lo miraba y lo remiraba, pero letreando sílabas, no me enteraba de nada. Tuve que recurrir a mis niños Encarna y Miguel, que me lo leyeron tantas veces que casi me lo aprendí de memoria. (…) [A los pocos días visitará a Alfonso y le pregunta cómo se había hecho con ese periódico y le dice] “pues lo que nos interesa es que no dejen de enviárnoslo y no debe interesarnos ni quién lo manda ni de dónde viene”. (Biografía de Emilio Cervilla).

Pocos días más tarde, Cervilla conectará con Correa y éste será un encuentro decisivo en el desarrollo del PCE tanto en Motril como en la costa. El mismo Correa le reconocerá en primera instancia a Cervilla que el Partido “estaba muy mal organizado”, aunque se podía contar con más de una docena de simpatizantes. Ambos deciden realizar una reunión para sentar las bases organizativas. Así describe Cervilla esa primera reunión donde queda organizado el PCE de Motril:

“Al día siguiente y a la hora fijada y en el lugar acordado, Pedro se cruza conmigo, como si no nos hubiéramos visto nunca. Me hace un gesto con la cabeza para que le siga. Él delante a unos 50 metros, retirado de mí, hasta que salimos del pueblo. Después nos juntamos y nos fuimos andando por el centro de la vega de Motril. Cuando llegamos al sitio nos subimos a un montón de zocas de caña de azúcar. En lo alto había por lo menos doce hombres esperándonos”. (Íbidem).,

Allí se quedó constituido el Comité Local de Motril, aunque sin un organigrama preciso de la organización. El siguiente paso era conectarse a nivel provincial y ambos fueron a una reunión, probablemente, a mediados de 1958, que había planificado Félix Cardador para reforzar la organización comunista granadina. La cita, como recuerda Emilio Cervilla, fue en las afueras de la capital:

“Nos sentamos a la sombra de un olivo, -recuerda Cervilla- y nos fumamos un cigarrillo y yo, sin saber una palabra, permanecimos allí unos tres cuartos de hora. En ese espacio de tiempo pasaron por aquel camino varios hombres, unos con una herramienta al hombro, otros empujando una bicicleta y otros con una soga a la cintura, dando la sensación de que irían al monte a por leña. Por último, llegaron tres y a dos de ellos los conocía de cuando yo vivía en las cuevas. Me hicieron un gesto de saludo con la cabeza y nos fuimos detrás de ellos a una distancia de unos cincuenta metros. Detrás de nosotros venían algunos más”. (Íbidem).

Al poco tiempo llegaron tres hombres y, entre ellos, el que iba a dirigir la reunión. Los saludó a cada uno y después de su intervención “política” se refirió a la necesidad de reforzar el PCE en la provincia

Llegaron a un barranco rodeado de pinos muy espesos, en un lugar cercano al cementerio de los moros que cayeron en la guerra civil, y se juntaron más de veinte hombres. Al poco tiempo llegaron tres hombres y, entre ellos, el que iba a dirigir la reunión. Los saludó a cada uno y después de su intervención “política” se refirió a la necesidad de reforzar el PCE en la provincia. Al terminar la reunión cada uno se fue por donde vino, pero el dirigente –que era “Jaime”-, es decir, Félix Cardador, le pidió a Pedro Correa y a Cervilla que se quedaran un poco. “Jaime” les dice que ellos dos serían los enlaces del Comité Provincial en la zona de Motril. Y para demostrar que el partido conocía a sus militantes, se dirigió a Cervilla y le dijo que a partir de ese momento no debía viajar de noche en la moto porque conocía sus problemas de vista y no sólo habría una baja en el partido, sino también que sus hijos perderían a un padre. Posteriormente, los dos se repartieron el trabajo: Pedro Correa organizaría a los de Motril y él, aprovechando su trabajo de lotero, los pueblos de la comarca.

Emilio Cervilla tendrá que acometer un trabajo incesante e intenso que compatibiliza con su trabajo de vendedor de lotería ambulante y que le permitía desplazarse no sólo por la costa granadina, sino incluso llegar hasta Adra (Almería). Sin embargo, empezará a dar sus frutos y, al poco tiempo, se crea una célula en Salobreña, con Juan Antonio Moreno Vílchez como responsable. En el verano de 1959 se había extendido por Ótivar, con Antonio Aneas Moya y más de una docena de militantes; en Vélez de Benaudalla, con Antonio Padial Muelas (que había sido excombatiente del 5º Regimiento) o, incluso, en Adra. El desarrollo de la organización exigió que ese mismo verano, aprovechando la presencia de muchos veraneantes, se hiciera una reunión comarcal a la que asistieron tres responsables del Comité Provincial y dos por cada uno de los pueblos con organización del partido.

El crecimiento de la organización en la zona llevó a algunos dirigentes a exigir la creación de un Comité Comarcal que, aunque no lo contemplaban los estatutos, se hizo a finales de 1960, en una reunión de numerosos militantes de distintos pueblos

Pedro Correa, por su parte, irá organizando diversas células en el propio Motril con militantes como Antonio Maldonado Estévez, Miguel “El de la Gorgoracha”, Miguel de “Tribusio” o Francisco Maldonado Cabrera, pero en noviembre de 1960 se marcha a Francia, inesperadamente, y queda Cervilla como responsable comarcal, con el inconveniente de que Emilio no conocía, en parte, la organización interna de Motril. El crecimiento de la organización en la zona llevó a algunos dirigentes a exigir la creación de un Comité Comarcal que, aunque no lo contemplaban los estatutos, se hizo a finales de 1960, en una reunión de numerosos militantes de distintos pueblos. Allí se decidió que Juan Antonio Moreno Vílchez fuera su responsable y Cervilla siguiera realizando la conexión con la dirección provincial, concretamente con Bernardo Pérez Moliné, al que  informaba de la marcha de la organización en la comarca y del que recibía la propaganda para repartirla en la zona. Todo este desarrollo sería interrumpido, bruscamente, con la caída de 1961.

Antes de avanzar con la caída en sí misma, dejamos constancia de la importancia de esa organización en la clandestinidad a comienzos de los sesenta, con los veintidós nombres de quienes fueron detenidos, lo que demostraba el desarrollo que había experimentado en tan pocos años.

COMITÉ LOCAL DE MOTRIL

 

Alaminos Sánchez, Antonio

Bueno Martín, Gabriel

Cambil López, Rafael

Cervilla Alonso, Emilio

Cueto Valero, Andrés

Domínguez Lara, Francisco

Espinosa Molina, Gonzalo

Estévez Estévez, Manuel

Fernández Molina, Miguel

García Castro, Carlos

García Lorenzo, Miguel

 

García Pedrosa, Manuel

Garnica Moya, Francisco

González Martín, Manuel

Maldonado Cabrera, Francisco

Martos Fernández, Francisco

Molina Peña, Joaquín

Noguera López, Antonio

Parrilla Ortega, José

Rodríguez Avellaneda, Antonio

Rosillo Prados, Antonio

Vinuesa Ortiz, Ángel

La detención

Las primeras detenciones se producen en la capital granadina el 22 de abril de 1961 a raíz del homenaje que el PCE provincial hace al dirigente comunista Ricardo Beneyto Sapena colocando un ramo de flores en su tumba. Recordemos que entre 1946 y 1948 algunos dirigentes, con los nuevos planteamientos de la lucha clandestina aprendida en Toulouse, reorganizan el PCE en Andalucía y mientras que unos se quedan en Sevilla, en Granada confluirán tanto Armada Rus como Ricardo Beneyto. Éstos y Ramón Vías tenían como misión la de reforzar el movimiento guerrillero y sus Estados Mayores en las áreas de Granada, Málaga, Córdoba, Cádiz y la Sierra Norte de Sevilla. Una labor que luego asumirían Campos Osaba y López Castro. Beneyto sería detenido el 22 de junio de 1947 y procesado, acusado de “ser jefe de bandoleros”, adjudicándole numerosos atracos, secuestros y asesinatos. El juicio, sin garantías procesales, y que se celebró a puerta cerrada en el Cuartel del Regimiento de Infantería Córdoba número 10, a las 10,30 de la mañana el 24 de julio de 1956,  lo condenó a la pena de muerte. Posteriormente, sería ejecutado dando vivas al Partido Comunista. Fue enterrado en un nicho del Patio de Santiago del Cementerio de San José, en Granada, con el número 34 de la cuarta fila, costeado por sus familiares.

A partir de la primeras detenciones de 1961 y las torturas consiguientes, la BPS seguirá identificando a militantes comunistas durante los días siguientes de forma que mientras unos iban ingresando en la cárcel de Granada, una vez realizadas y firmadas las declaraciones –porque no cabían en los calabozos de las distintas comisarías de la capital-, otros ocupaban las celdas.

A partir de la primeras detenciones de 1961 y las torturas consiguientes, la BPS seguirá identificando a militantes comunistas durante los días siguientes de forma que mientras unos iban ingresando en la cárcel de Granada, una vez realizadas y firmadas las declaraciones –porque no cabían en los calabozos de las distintas comisarías de la capital-, otros ocupaban las celdas. Pero una de las técnicas de la BPS, además de las torturas, era dejar pasar unos días desde la detención de un dirigente hasta las nuevas detenciones, con el objetivo de sembrar la duda en los nuevos detenidos de que su presencia allí se debía a la delación de quien había pasado antes por la comisaría. Sembrar la discordia entre ellos no sólo por la secuencia temporal, sino también porque era la misma BPS quien les decía que tal o cual dirigente los había delatado.

Este es el caso de Emilio Cervilla Alonso que, aunque había sido advertido por un camarada de Motril de la redada el día 24 -porque lo había escuchado la noche anterior en la Pirenaica-, a él lo van a detener en su casa la noche del día 27 de abril. Sin autorización judicial y sin miramientos por el bebé que dormía, los cuatro agentes de la BPS proceden a un registro brutal y, posteriormente, malos tratos. Por ello, en el caso de Motril las detenciones se inician ese día y se prolongarán durante unos días más.

Antonio Rodríguez recuerda que a él lo detienen en la madrugada del 29 al 30 de abril:

“… mi madre escuchó que la puerta de nuestra casa estaba siendo salvajemente golpeada. Al preguntar mi madre a los que golpeaban que quiénes eran, éstos respondieron que eran policías y que venían a buscar a su hijo. En cuanto les abrió la puerta irrumpieron todos en tromba como salvajes y empezaron a rebuscar por todos los rincones de la casa. Mi madre, por supuesto, muertecita de miedo porque a un  hermano suyo, Antonio “El Porras” lo ejecutaron a “garrote vil” al finalizar la guerra; mi padre estaba trabajando en Avilés, en Ensidesa”. (Antonio Rodríguez, Memorias, p. 17).

Nada encontraron porque estaba avisado de las detenciones previas, pero quedó detenido. Al llegar esposado a la Comisaría de la Plaza de las Palmeras ya estaban allí todos los miembros de su célula. A alguno, como a Gabriel Bueno Martín, lo habían apaleado salvajemente a vergajazos. Tenía una camisa blanca que se tornó roja de la sangre que le salía por los poros de su piel. Y, siguiendo con la técnica policial, uno de sus compañeros de célula, Antonio Noguera López, le dijo que no se hiciera el mártir porque tenían la lista completa que habían traído de Granada y que ya lo sabían todo. Pero no hizo caso a esa recomendación y cuando empezaron los interrogatorios, su negativa llevó a uno de los policías, Carlos Alonso, a propinarle un golpe en la mandíbula y varios puñetazos en el estómago. Estuvo más de un mes sin poder masticar.

Sanción de 25.000 pesetas que le impuso el Gobernador Civil por la detención de 1961.

Y es que las torturas fueron una constante. Uno de los que más las sufrieron, nada más ser detenido, fue Emilio Cervilla, como responsable del Partido:

“El juego de las patadas –escribe Emilio Cervilla- duró hasta que el agotamiento físico me hizo caer al suelo rendido. Cuando me encontraba en el suelo boca-arriba, los brazos forzadamente atados a la espalda, entra muy furioso Don Paco [González] Huertas [“El Jirafa”]: ¿Todavía no ha cantado este hijo de puta? Dio un salto encima de mi vientre y estuvo pisoteándome hasta que se cansó; después, soltó la toalla [con la que lo habían atado] de los brazos y a fuerza de patadas me obligaba a levantarme del suelo. Al comprobar que me era imposible conseguirlo, me cogió del cuello y golpeándome la cabeza contra el suelo exclamaba: ¡Estoy de comunistas hasta los cojones! Uno de aquellos golpes en la cabeza me hizo perder el conocimiento…”. (Autobiografía de Emilio Cervilla, ¿Por qué soy comunista?).

Del 1 al 4 de mayo, los detenidos de Motril estuvieron en la comisaría de la Plaza de Gracia y, posteriormente, y esposados, los llevaron a un depósito municipal que estaban situados en los bajos del único grupo escolar que había entonces en Motril, en las Graduadas. Allí nos tuvieron dos o tres días y el 1 de mayo vinieron a por ellos varios furgones de la policía armada para llevarlos a la Prisión Provincial. Aunque había miedo, había gente esperando que salieran. Todos, una veintena, eran muy jóvenes y en fila india los condujeron desde el depósito hasta los furgones. Y desde allí, a Granada, a los calabozos del Gobierno Civil. El 4 de mayo, el Gobernador Civil de Granada, José María Alfín Delegado, les impuso una sanción de 25.000 pesetas, aplicando el artículo 2º del Capítulo 1 de la Ley de Orden Público de 1959 por “actividades extremistas”. El oficio del Gobernador Civil, dirigido a Antonio Rodríguez, fechado el 4 de mayo de 1961, consideraba que:

“Vista la denuncia formulada contra Usted por la Jefatura Superior de Andalucía por actividades extremistas” (…) “ha acordado imponerle la multa de 25.000 pesetas que deberá hacer efectiva en papel de pago al Estado [y en caso de impago] se proceda a su detención mientras se efectúa su pago o preste garantía suficiente por su total importe, sufriendo un arresto sustitutorio de 30 días si deja de efectuar el pago.” (Comunicación del Gobierno Civil de Granada a Antonio Rodríguez Avellaneda, el 4 de mayo de 1961).

Antonio Rodríguez saldrá de la prisión el 2 de junio, viernes, en plenas festividades del Corpus de ese año

Imposible pagar porque entonces para los salarios que teníamos. Por tanto, en caso de impago, se compensaba con días en la cárcel y, como en  la mayoría de los casos, se traducía en un mes en la prisión. Eso para quienes no tenían cargos orgánicos en el Partido, porque para estos últimos –una decena en el caso de esta caída- se les condenó en el Consejo de Guerra contra ellos a 3 años de prisión que cumplieron en la mayoría de los casos en la prisión de Cáceres.

Antonio Rodríguez saldrá de la prisión el 2 de junio, viernes, en plenas festividades del Corpus de ese año. Otros militantes motrileños como él, también detenidos en 1961, siguieron en la lucha y, años más tarde, fueron de nuevo detenidos. Es el caso de Antonio Noguera López:

NOGUERA LÓPEZ, Antonio. Nacido el 5 de febrero de 1942 en Motril (Granada), soltero, albañil, con domicilio en la misma población calle Esparraguera, 5. Miembro del PCE y de CCOO. Fue uno de los 204 militantes comunistas granadinos detenidos en la caída de abril de 1961. (Véase “Caída del PCE de 1961”). Fue multado por el Gobernador Civil con 25.000 pesetas y como no podía pagarlas fue encarcelado durante un mes. (Archivo Histórico Nacional, Fondos Contemporáneos, Dirección General de la Policía, Exp. 53102, R.S., 6644/XIV, de 13 de junio de 1961: 24). ). Posteriormente, y después de la caída, volvió a militar en el PCE de Motril, constituyendo un primer núcleo sobre el que pivotó, de nuevo, la reorganización de ese partido a mediados de los sesenta, cuando Paco Portillo Villena* lo visita algunas veces. Cuando se inicia el Estado de Excepción de 1970 (Véase “Estado de Excepción de 1970 en Granada”), es detenido, de nuevo, el 22 de enero de 1971. Después de pasar por la comisaría de Los Lobos, es enviado a la cárcel, abriéndosele el correspondiente Sumario en el TOP (Sumario 21/71). El Ministerio Fiscal pide 3 años por asociación ilícita, aunque ese sumario nunca se sustanció en juicio alguno a ninguno de los procesados en el mismo. Es uno del más de centenar de represaliados políticos que se reúnen en el Hospital Real y luego hacen una manifestación el 18 de enero de 1976 y entregan a las autoridades (Gobierno Civil, Arzobispado y Colegio de Abogados) una carta, con su firma, pidiendo la amnistía. (AHPCE, Nacionales y Regiones, Andalucía, caja 82, carpeta 1/4). (Diario Ideal de 20-1-76, p. 13). (Foronda, 2012: 104, 133, 250, 266, 331). (VV.AA.: La cara al viento”, 2012: 624). Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo, Diccionario de la represión en Granada, 1931-1981, en elaboración.

Y ya, de vuelta a Motril, los detenidos se vieron gratamente sorprendidos por las muestras de cariño que recibieron de sus amigos y conocidos

Y ya, de vuelta a Motril, los detenidos se vieron gratamente sorprendidos por las muestras de cariño que recibieron de sus amigos y conocidos. Y, de otra parte, su mayor satisfacción fue que, cuando regresó a su trabajo de albañil en el Hotel Costa Nevada, propiedad de Enrique Montero López, éste no lo despidió, aún sabiendo que había estado en la cárcel. Más tarde, se enteró de que también era miembro o simpatizante del Partido, con el que trabajaban albañiles de Maracena, algunos de ellos también organizados en el PCE.

La emigración a Mataró y su compromiso político y sindical en Catalunya

Aunque siguió trabajando en Motril en otras obras, la situación familiar seguía siendo muy precaria y su padre y su hermana, a modo de avanzadilla, se habían trasladado a Mataró poco antes para encontrar un futuro mejor. Antonio Rodríguez, siguiendo sus pasos, aunque permanecían en Motril otro hermano y su madre, hizo las maletas y llegó a la ciudad catalana, tras 27 horas de viaje, el 9 de noviembre de 1962. Sus primeros pasos por la capital catalana lo dejaron tan impresionado que se dijo para sus adentros que allí no se movería. Y así ha sido, en efecto, hasta hoy.

Y luego, el servicio militar, como todos. Al llegar de nuevo a Mataró, sus inquietudes políticas, que seguían intactas, lo llevarán a afiliarse en el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), cree recordar que en noviembre de 1966. Y lo hizo acompañado de otro granadino de Santa Fé, José Luis López Bulla que, andando el tiempo, fue el primer Secretario General de la Comisión Obrera de Cataluña (CONC) en la legalidad

Como todos los emigrantes sus inicios no fueron fáciles, aunque reconoce que pronto trabajaban todos los miembros de su familia y que en su trabajo de albañil cobraba el doble que en Motril. Y, con el trabajo, conoció al amor de su vida un año más tarde en la verbena de San Juan, Marciana Blanco Majada, con la que se casó el 7 de mayo de 1967, con la que llegó a tener tres hijas y compartió casi medio siglo. Y luego, el servicio militar, como todos. Al llegar de nuevo a Mataró, sus inquietudes políticas, que se seguían intactas, lo llevarán a afiliarse en el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), cree recordar que en noviembre de 1966. Y lo hizo acompañado de otro granadino de Santa Fé, José Luis López Bulla que, andando el tiempo, fue el primer Secretario General de la Comisión Obrera de Cataluña (CONC) en la legalidad. Pronto se incorporó a su Comité Local.

Y, junto al PSUC, lógicamente, será uno de los creadores de la primera Coordinadora de las CCOO de Mataró que se constituyeron formalmente el 1 de mayo de 1967 en la Parroquia de San Simón. Fue uno de los miembros de la Coordinadora junto a López Bulla (por Artes Gráficas), Antonio Martí Bernasachs y José Moragas (por el ramo de aguas) y el propio Antonio Rodríguez (por construcción). Pronto la actividad sindical y política de Antonio se traducirá en acciones que serán reprimidas y, en su caso, sustanciadas en una nueva detención. Concretamente, cuando las CCOO lanzan una Jornada de Lucha para el 27 de octubre de 1967, en Mataró se ocupó el Salón de Actos del vertical y, abarrotado, tomaron la palabra sus dirigentes, como López Bulla, fuertemente aplaudido tras su intervención. Claro que en los días siguientes empezaron las detenciones, como la del propio Bulla y el día 30 de ese mismo mes, volverán a detener a Antonio Rodríguez en su propio trabajo. Y, de nuevo, malos tratos en una comisaría situada en la calle Llauder. Esa misma noche fue trasladado a la cárcel de Mataró donde se encontraban el resto de detenidos, es decir, la Coordinadora de CCOO, además de dos jóvenes de las Comisiones Obreras Juveniles.

Ocupación de Can Tuñí (Barrio de Cerdanyola, Mataró, 1973)
Manifestación en Mataró en 1976.

La tercera detención de Antonio vendrá en pleno Estado de Excepción de 1969, el 12 de febrero, donde la BPS, hizo estragos con sus dos famosos policías represores los hermanos Vicente y Antonio Juan Creix

Mantuvo su actividad durante esos años en nuevas movilizaciones que continuaban con continuas detenciones de sus militantes. La tercera detención de Antonio vendrá en pleno Estado de Excepción de 1969, el 12 de febrero, donde la BPS, hizo estragos con sus dos famosos policías represores, los hermanos Vicente y Antonio Juan Creix. Estos hermanos llevaban tiempo en Barcelona y muchos antifascistas los recuerdan como verdaderos torturadores. Algunas biografías de militantes como Gregorio López Raimundo o Miquel Núñez, relatan los terroríficos métodos de estos policías.

La historia a veces hace justicia, como en el caso de Antonio Juan Creix. Éste, por su currículo represor, fue enviado a Sevilla en el verano de 1970 para reprimir al PCE y a las “potentes” CCOO como las llamó la DGS. Durante el Estado de Excepción de 1970 desarticuló al PCE y a las CCOO sevillanas, las más potentes de Andalucía y, como consecuencia de ello, algunos de sus líderes como Fernando Soto tuvo que huir a París y Eduardo Saborido Galán tuvo que refugiarse en pisos franco. Este Creix detuvo no sólo a obreros sino a hijos de importantes personalidades de Sevilla como a Plácido Fernández Viaga –hijo del que después en democracia fue el primer Presidente de la Junta de Andalucía-; a Carlos Castilla Plaza, hijo del catedrático de psiquiatría Carlos Castilla del Pino, a otros hijos de policías, profesores y jueces. La cuestión es que se le pasó la mano y tuvo una respuesta de rechazo de algunos sectores influyentes  de la sociedad sevillana. Pasado el tiempo al régimen le era incómodo –y lo cesan en su cargo. Para pedir su reingreso, se dirigió a Martín Villa para recordarle sus servicios al régimen y puso como ejemplo que había detenido al Lute –que era cierto- y a los dirigentes de CCOO, Fernando Soto y Eduardo Saborido. Y eso era radicalmente falso porque ninguno de los dos pudo ser detenido en ese Estado de Excepción. Y es que los mamporreros del poder, cuando no son útiles, acaban como apestados.

Manifestación por la libertad sindical (Mataró, 15 de enero de 1977).
Antonio Rodríguez durante su intervención en la Diada de Sant Jordi (Ayuntamiento de Mataró, 23 de abril de 1977).
La Riera de Mataró delante del Ayuntamiento durante la intervención de Antonio Rodríguez en la Diada de Sant Jordi en Mataró (23 de abril de 1977).

Tras los interrogatorios lo mantuvieron en comisaría hasta el 21 de febrero y ese mismo día, con otros presos, fue llevado a la Cárcel Modelo de Barcelona

Siguiendo con Antonio Rodríguez, tras los interrogatorios lo mantuvieron en comisaría hasta el 21 de febrero –los estados de excepción permitían mantener al detenido en comisaría todo el tiempo que durase el mismo- y ese mismo día, con otros presos, fue llevado a la Cárcel Modelo de Barcelona, en la que permanecerá hasta el 15 de abril de ese año.

Sin entrar en detalles de su participación política durante el final del franquismo y la transición –excede el objetivo del artículo-, la incardinación de Antonio Rodríguez en la política  en Mataró lo llevará a ser elegido Concejal por el PSUC, entre 1979-1983, al mismo tiempo que era Secretario de Organización de las CCOO de Mataró. Pero ha seguido de cerca, también, las divisiones internas, la ruptura en el seno del PSUC que, inevitablemente, se traslada a la separación con compañeros de luchas y que también produce girones en el alma. Pero a él le gusta recordar que los comunistas resurgen como el Ave Fénix y que luego trabajó en IU y en Iniciativa per Catalunya (ICV) y, como sigue militando en el PSUC, ahora trabaja para la plataforma de Sumar-Podem. Y en el movimiento de pensionistas.

Presentación del Sindicato de la Construcción de CCOO en la Parroquia de María Auxiliadora. (Mataró, 1977).
Carnet de CCOO de Antonio Rodríguez Avellaneda, elegido como Secretario de Organización de la Unión Local de Mataró en octubre de 1979.
Antonio, siempre en la brecha, es un ejemplo de un trabajador con una fuerte conciencia de clase que sabe que antes que tener las manos llenas, hay que tener las manos limpias.

Bibliografía:

  • CERVILLA ALONSO, E.: ¿Por qué soy comunista?, copia en AHCCOO-A
  • MARTÍNEZ FORONDA,  AlfonsoLa lucha del movimiento obrero en Granada por las libertades y la democracia. Pepe Cid y Paco Portillo: dos líderes, dos puentes. Fundación de Estudios y Cooperación de CCOO-A, Granada, 2012.
  • RODRÍGUEZ AVELLANEDA, Antonio, Siempre en la brecha. Memorias. Editorial Próxima, 2018.
  • SABORIDO GALÁNEntre la dictadura y la libertad. Memoria y Futuro del Trabajo, Sevilla, 2023.
  • Archivo Histórico del PCE, Nacionales y Regiones, Andalucía, caja 82, carpeta ¼.

Pedro Sánchez Rodrigo (Burgos, 1960). Es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, donde cursó la especialidad de Historia Contemporánea. Ha ejercido como profesor de Secundaria de Geografía e Historia desde 1984. Desde hace  años colabora con la Fundación de Estudios Sindicales- Archivo Histórico de CC.OO.-A.. Ha participado en la obra colectiva “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81)”, publicada por la Editorial El Páramo en el año 2012, y, junto con Alfonso Martínez Foronda, es autor de “La cara al viento.  Memoria gráfica del movimiento estudiantil de Granada durante la dictadura y la transición”, obra publicada por la Universidad de Granada, también en 2012. Ha colaborado en el volumen La Resistencia andaluza ante el tribunal de orden público en Andalucía. 1963-76, editado en 2014 por la FES/Archivo Histórico de CC.OO.-A y la Junta de Andalucía, y en otros trabajos colectivos, como De la rebelión al abrazo. La cultura y la memoria histórica entre 1960 y 1978 (Diputación de Granada, 2016) y La Universidad de Granada, cinco siglos de historia. Tiempos, espacios y saberes, coordinado por Cándida Martínez López (III Volúmenes, EUG, Granada, 2023) con el artículo “Antifranquismo en las aulas. El movimiento estudiantil”. También con Alfonso Martínez Foronda ha publicado el libro “Mujeres en Granada por las libertades democráticas. Resistencia y represión (1960-1981)”, publicado en 2016 por la Fundación de Estudios y Cooperación de CC.OO. Actualmente está jubilado y colabora en la elaboración del Diccionario de la Represión en Granada 1931-1981.

Alfonso Martínez Foronda (Jaén, 1958). Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada. Desde 1984 es profesor de Enseñanza Secundaria. Actualmente es profesor del IES Albayzín. Ha sido secretario general de CCOO de Jaén desde 1993-2000 y desde 2004 es miembro de la Comisión Ejecutiva de CCOO-A, desde donde ha presidido hasta 2103 las Fundaciones de Estudios Sindicales-Archivo Histórico y la de Paz y Solidaridad.

Como investigador, ha publicado numerosos artículos de opinión sobre aspectos docentes y sociales. Colaborador habitual del Diario Jaén desde 1994-2000 publicó La firma del viento (2007), una antología de artículos de opinión. Como investigador del movimiento obrero andaluz ha publicado La conquista de la libertad. Historia de las Comisiones Obreras de Andalucía (1962-1977), en 2005; De la clandestinidad a la legalidad (Breve historia de las Comisiones Obreras de Granada), en 2007; sobre las Comisiones Obreras de Jaén desde su origen a la legalización del sindicato (2004); la unidad didáctica El sindicalismo durante el franquismo y la transición en Andalucía; diversas biografías de dirigentes sindicales andaluces como Ramón Sánchez Silva. Al hilo de la historia (2007); Antonio Herrera. Un hombre vital, en 2009; Andrés Jiménez Pérez. El valor de la coherencia, en 2010, entre otros. En 2011 su investigación La dictadura en la dictadura. Detenidos, deportados y torturados en Andalucía durante el Estado de Excepción de 1969, (2011), fue premiada por la Junta de Andalucía como la mejor investigación social de ese año. Posteriormente, ha publicado La “prima Rosario” y Cayetano Ramírez. Luchadores por la libertad en una provincia idílica (2011); sobre el movimiento estudiantil en la UGR, con otros autores, “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81); sobre la historia del movimiento obrero granadino, con su investigación La lucha del movimiento obrero en Granada. Paco Portillo y Pepe Cid: dos líderes, dos puentes“, 2012; sobre el Tribunal de Orden Público, La resistencia andaluza ante el Tribunal de Orden Público en Andalucía (1963-1976)Diccionario de la represión sobre las mujeres en Granada (1936-1960) o La resistencia malagueña durante la dictadura franquista (1955-1975). Actualmente, junto a Pedro Sánchez Rodrigo, está confeccionando un diccionario sobre la represión en Granada desde la II República al golpe de estado de 1981.

Otros artículos y reportajes de Alfonso Martínez Foronda:

Nueva serie: Luchadores por la libertad en Granada, junto a Pedro Sánchez Rodrigo:

El homenaje de Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo:

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Sobre la historia del PCE, en el año de su centenario:

 

 

 

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