El Clínico ha aplicado la oxigenación por membrana extracorpórea a 14 pacientes con parada cardiaca en los últimos dos años
Dos artículos científicos avalan los resultados de aplicar el programa de asistencia cardio-respiratoria avanzada (conocida como ‘ECMO’ -oxigenación por membrana extracorpórea-, por sus siglas en inglés), en pacientes del Hospital Universitario Clínico San Cecilio con características concretas, que entran en situación de parada y no responden a la resucitación cardiopulmonar (RCP), según informa el centro hospitalario.
Hasta el momento, esta compleja terapia se ha utilizado en 14 pacientes en los últimos dos años, de los cuales más de un tercio han conseguido recuperarse. Esta tasa de supervivencia (35,7%) se encuentra en el rango alto de lo publicado en la literatura médica, según el hospital.
Se trata de trabajos científicos publicados recientemente en revistas médicas de reconocido prestigio, como son la Revista Española de Cardiología y la revista Critical Care Science, en los que se recogen los datos reales, obtenidos en los últimos dos años, sobre la aplicación de esta técnica de elevada complejidad, que requiere además de una alta capacitación por parte los profesionales implicados, una coordinación y respuesta ágiles, así como de la participación de diversas especialidades.
Los casos analizados en el artículo de la Revista Española de Cardiología hacen referencia a la aplicación de la técnica ECMO en pacientes que sufren una parada cardiorrespiratoria como consecuencia de un tromboembolismo pulmonar; mientras que los casos analizados en la publicación de la Critical Care Science tratan de pacientes que entran en parada como consecuencia de un episodio cardiaco agudo.
En ambas situaciones se trata de patologías tiempo-dependientes, donde la rapidez de respuesta y la coordinación de cara a la actuación clínica son primordiales para la evolución del paciente. En este sentido, para aplicar esta terapia, es necesaria la implicación de un equipo multidisciplinar entre los que se encuentran profesionales de Medicina Intensiva, Hemodinámica (Cardiología), Angiología y Cirugía Vascular, Radiología Intervencionista y Neumología. Todos ellos coordinados por el equipo de atención a la parada cardiaca de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Una bonba externa sustiuye al corazón
En estos casos, para poder actuar aplicando esta técnica, se requiere que en el menor tiempo posible (habitualmente no más de 30 minutos) se coloque el dispositivo ECMO si el paciente no se recupera de la parada con las medidas iniciales de reanimación cardiopulmonar. De este modo, una bomba sustituye la función mecánica del corazón y a través de la membrana extracorpórea se logra precisamente oxigenar y ventilar el flujo sanguíneo sin necesidad de utilizar los pulmones. Lo que permite ofrecer reposo a órganos con funciones vitales clave como los pulmones o el corazón, realizando su trabajo de forma mecánica mediante la conexión del paciente a la máquina de ECMO.
Su funcionamiento consiste precisamente en extraer la sangre desde una arteria o vena del paciente, con ayuda de una cánula o tubo específico. Después, se conduce a un circuito artificial, externo al cuerpo, para su oxigenación y limpieza. Mediante una bomba centrífuga, la sangre es transportada a un oxigenador, donde se le aporta oxígeno necesario y se elimina el exceso de dióxido de carbono, retornándose por otra cánula.
Ganar tiempo para deshacer el trombo
Manuel Colmenero, jefe de servicio de la UCI del Clínico de Granada, explica: “En los casos de los pacientes que hemos atendido, en los que se ha empleado esta técnica, la ECMO se ha mantenido durante el tiempo necesario para revertir la causa origen de la parada cardiorrrespiratoria”. El objetivo, apunta Colmenero, “era obtener, mediante este soporte, un tiempo extra para llevar a cabo una actuación clínica indispensable para la vida de dichos pacientes, como podía ser deshacer un trombo alojado en los pulmones o revertir un infarto mediante la colocación de un stent en la arteria coronaria obstruida”. Una vez realizadas estas intervenciones, en caso de que el complejo procedimiento hubiese sido exitoso, se retira el soporte de la ECMO y los pacientes logran estabilizarse.
El uso de esta asistencia viene a suplementar, en casos seleccionados, las actuaciones que se realizan de forma protocolizada en todas las paradas cardiacas. De este modo, los pacientes candidatos son aquellos en los que ésta se produce en el hospital, es presenciada por el personal sanitario y se sospecha que su origen es una causa que tiene un tratamiento específico. Generalmente, se trata de infartos de miocardio o tromboembolismos pulmonares.
Así, mientras el equipo clínico multidisciplinar se prepara para realizar el tratamiento definitivo (extracción del trombo en los vasos del pulmón o colocación de stents en las arterias coronarias), el equipo de parada cardiorrespiratoria coloca la máquina (ECMO) para que sustituya temporalmente la función del corazón y los pulmones.