El aumento del IPC sigue dañando los bolsillos de las familias granadinas, más aún que las del conjunto de España. En febrero el IPC subió un 1%, algo por encima del 0,9% nacional, lo que sitúa la inflación de los últimos doce meses en el 6,5% en Granada, frente a un 6,0% de la media española. 

La subida de precios se nota especialmente en la cesta de la compra, el bien más básico y que afecta especialmente a las economías más modestas. El IPC de la alimentación ha aumentado en febrero casi el doble que el general, un 1,9% en Granada (1,8% en España), y en el último año (de febrero de 2022 a febrero de este año), los alimentos son un 18,6% más caros en Granada, dos puntos por encima de la media española (16,6%) y el sexto incremento más alto del país, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) difundidos este martes. 

También la electricidad, gas y otros combustibles suben más en Granada: un 8,3% en febrero, frente al 7,7% nacional. 

¿Qué alimentos han subido más? El INE no ofrece datos provinciales, pero a nivel nacional el azúcar encabeza el aumento de precios: es un 52% más caro que hace un año. La siguiente tabla resume los productos alimenticios que más se han incrementado, con unos valores que en Granada han sido todavía más altos: 

Como se aprecia en la tabla, alimentos básicos como el aceite de oliva y la leche presentan subidas por encima del 30%, y los huevos, un 28%. Y otros como legumbres y hortalizas, o arroz, más del 20%. 

Para UGT Granada, los datos del IPC del mes de febrero en nuestra provincia revelan "la ineficiencia de las reducciones de IVA de algunos productos, debido al aumento de los precios por parte de las empresas, y pone de manifiesto la necesidad de subir los salarios de manera inmediata".

Precios abusivos

El sindicato denuncia que la falta de competencia en mercados con oligopolio, como el de la distribución alimentaria, permite a las empresas fijar precios abusivos en detrimento del interés general de la ciudadanía. Por ello, UGT reclama la necesidad de actuar en varias direcciones: establecer topes de precios, modificar la regulación de algunos mercados e intensificar el control sobre los márgenes establecidos por las empresas.

Además, para UGT es fundamental implementar medidas que garanticen el poder de compra de la clase trabajadora granadina, promoviendo así un reparto justo de los costes de la crisis inflacionista. En este sentido, el aumento del SMI en un 8% apunta en la buena dirección, mejorando la situación económica de la población con menos recursos.

Ahora, señala UGT Granada, toca trasladar está subida al ámbito de la negociación colectiva, para lo que sería útil alcanzar un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) en 2023 que otorgue estabilidad y certidumbre a los trabajadores a trabajadoras mediante el establecimiento de un marco plurianual de incrementos salariales.