• El arzobispo llama a no enfrentarnos con guerras que "ya no son las nuestras" y opina, tras aludir a la "guerra fratricida" en España el siglo pasado -en clara alusión a la guerra civil-, que "no podemos sesguir rentabilizando un enfrentamiento de unos contra otros", 

El arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo, ha reivindicado en este 2 de enero el "espíritu de unidad" que según su reflexión representa la Toma, que ha pedido "no ideologizar" y celebrarla "con respeto exquisito hacia quien piensa distinto", pero sin renunciar a su significado y a las raíces cristianas que representan esta fiesta y otras celebraciones y costumbres. 

En su primera homilía como arzobispo en un 2 de enero, Gil Tamayo ha apelado a asumir hechos históricos que ha considerado "decisivos" para la historia de Granada, contextualizados en su momento y no juzgados desde la perspectiva actual. No se pueden aplicar "esquemas actuales" a hechos "contextualizados en otra cultura", porque son "inservibles".

No se puede, ha proseguido, "juzgar la historia, ideologizar la historia saltándose por encima la verdad de los hechos para hacer ideología de la historia y utilizarla unos contra otros en un sistema partidista de una dialéctica de enfrentamientos". Eso, ha dicho el arzobispo, "no puede tener cabida entre nosotros". 

La Toma forma parte de la historia de Granada y de los hechos que han forjado su identidad, es el mensaje que ha reiterado, como también las raíces cristianas de Granada, anteriores incluso -ha dicho- a la etapa musulmana. 

"No cabe diseccionar la historia como si fuese un cincel donde cada uno coge a su antojo para componer su propia ideología, al servicio de esta ideología, y menos para enfrentarnos unos a otros en las guerras de nuestros antepasados que no son ya las nuestras"

"No cabe diseccionar la historia como si fuese un cincel donde cada uno coge a su antojo para componer su propia ideología, al servicio de esta ideología, y menos para enfrentarnos unos a otros en las guerras de nuestros antepasados que no son ya las nuestras", ha repetido para añadir en ese mismo sentido: "Tenemos otra España y la unidad lograda en 1492 que conforma nuestra patria es algo sagrado". Porque según Gil Tamayo, "nos ha hecho vivir en comunión" hasta ahora, precisando que en el siglo pasado hubo una "guerra fratricida", en alusión a la guerra civil, que en sus palabras, "tenemos que cortar ya". "No podemos seguir rentabilizando un enfrentamiento de unos contra otros", ha añadido.

Granada, según la reflexión del arzobispo, no puede ser como "un quirófano esterilizado de sentido cristiano", Por ello, ha reclamado, respetando "con exquisitez" las convicciones de los demás, "no renunciar a las nuestras". "No guardar a Dios como un sin papeles", ha dicho, porque entonces, "nuestras fiestas estarán vacías de fundamento y contenido".

Recordar la Toma, a juicio del arzobispo, "es también mirar al presente, a la Granada de hoy, con sus dificultades y carencias". 

"Pensemos en la Granada de hoy pero también en la palabra unidad que nos lleva a evitar la confrontación" y a "vacunarnos" contra ella.

"Vivimos en un país contagiado de polarización, no es ese el mensaje de la Toma de Granada, es una llamada a la unidad, de nuestra patria, también en el presente, unidad de esfuerzos, aceptar las diferencias y la pluralidad, pero buscar lo que nos une por una transformación social"

"Vivimos en un país contagiado de polarización, no es ese el mensaje de la Toma de Granada, es una llamada a la unidad, de nuestra patria, también en el presente, unidad de esfuerzos, aceptar las diferencias y la pluralidad, pero buscar lo que nos une por una transformación social. Y esto que os dice el arzobispo no es política, es una búsqueda del bien común. Solo unidos, buscando el bien común, que ahora se llama interés general, reivindicando nuestra libertad en el ejercicio de nuestros derechos, no dejando a nadie atrás" se puede conseguir, ha reflexxionado. 

La Granada del futuro, ha dicho, debe "asumir la historia con verdad" y vivir el presente "con unidad".