Tonucci: encuentro íntimo en la Ciudad de los Niños

Ciudadanía - Alejandro V. García - Miércoles, 1 de Junio de 2016
Catorce chicos de entre ocho y diez años del Colegio de la Ciudad de los Niños de Granada asistieron a una insólita experiencia, como es participar en una cara a cara con Francesco Tonucci (Fano, 1940), también conocido por el seudónimo Frato. Esta es la crónica de un inolvidable encuentro para los estudiantes y para el pensador, psicopedagogo y dibujante italiano, una de las personas más admiradas en el mundo de la enseñanza.
Frato, en un momento del encuentro en la Ciudad de los Niños de Granada.
David Racero
Frato, en un momento del encuentro en la Ciudad de los Niños de Granada.
El pedagogo y dibujante Francesco Tonucci (Frato en su abreviación artística), cuando en 1991 planteó construir en Fano, la localidad donde nació en 1940, una ciudad cuya punto de referencia fueran los escolares, no intuyó que 25 años después, en Granada, en un colegio que lleva el mismo nombre que su innovador proyecto educativo y arquitectónico, la Ciudad de los Niños, sería interpelado y, si se permite, hasta aconsejado por los alumnos de tercero de primaria, catorce chicos de entre ocho y diez años de procedencia diversa que vivieron el miércoles la insólita experiencia de participar en un cara a cara con una de las personas más admiradas en el mundo de la enseñanza mundial.
 
Durante dos horas, en la modesta aula de tercero, con las cortinas corridas para frenar un sol deslumbrante, Tonucci comentó e hizo suyas algunas de las propuestas que le habían enviado los chicos de Granada, algunas tan insólitamente poéticas, pero al mismo tiempo tan profundamente reales, como sustituir los muros de las aulas por vidrios para que la naturaleza (los árboles, el canto de los pájaros) fueran más que una intuición en el interior de las aulas. Algo así como aquella pintada de Mayo del 68 que proponía buscar el mar debajo de los adoquines. O ideas para que los familiares directos de los maestros (padres, tías, sobrinos) acudieran a clase a explicar cómo eran de niños, sus gustos, su comportamiento o sus debilidades. O para reducir los deberes o los días lectivos de la semana para favorecer el juego y la creatividad.
 

Uno de los estudiantes participantes ante la pizarra en la que trabajó Frato durante el encuentro. David Racero

Todos esto, y muchas ideas más, fue anotando Tonucci en su cuaderno con idea de usarlas luego en sus conferencias y libros. Una vez garabateado en el cuaderno, Tonucci comentó con sus autores todos los planteamientos e ideas, la mayoría tan innovadores como los suyos propios. Tonucci, acostumbrado a participar en encuentros con hasta 13.000 personas, accedió a participar en esa reunión íntima y emotiva. 
 
Fue un encuentro emocionante al que también se unieron, conforme transcurría la sesión, varias adolescentes de cursos superiores. Con su visita culmina un curso inolvidable. Inolvidable para los chicos de tercero de Primaria;  para sus compañeros de otros niveles; para la comunidad del colegio Ciudad los Niños, y para la Asociación Entrelibros que, desde el mes de octubre pasado, ha guiado los talleres de animación a la lectura que han culminado, aprovechando la visita de Frato a Granada para participar en los actos paralelos a la exposición en el Parque de las Ciencias, que ha comisariado Juan Mata, en una jornada de convivencia llena de intuiciones, conocimiento y hasta un desayuno en el que se consumió un fantástico libro-tarta de diez quilos fabricado en el obrador de la pastelería Zarina de Alfacar con la portada del best-seller del año, El libro sin dibujos.
 
Los chicos de tercero de Primaria, que el mes pasado impartieron una clase a los estudiantes de Magisterio en la Facultad de Ciencias de la Educación, con su profesor David Racero, vivieron otro día irrepetible que incluyó el pequeño portento de ver a Frato improvisar en la pizarra una viñeta alusiva a sus innovadoras ideas pedagógicas. 
 
Un día de entusiasmo para para los miembros del claustro, que charlaron y compartieron un café antes de visitar la renovada biblioteca del centro donde alumnos y profesores de prácticas leyeron un poema multilingüe: en polaco, español, inglés, rumano y árabe.
Todo un mundo de babel para habitar la Ciudad de los Niños: la de Granada y la de Frato.