La rectora de la UGR, Pilar Aranda, no ha ocultado su desconcierto y enfado con la suspensión de las clases presenciales en la universidad granadina acordada por la Junta de Andalucía para contener la pandemia en la ciudad de Granada. Su mensaje ha sido contundente: "Me entristece profundamente que se valoren más los bares que la vida universitaria y la formación. Dejan los bares abiertos y cierran las aulas, los seminarios, las bibliotecas y los laboratorios", ha manifestado a los periodistas en una comparecencia tras anunciar la Junta su decisión.

Aranda, a la que el consejero de Universidades ha comunicado la medida al término del Consejo de Gobierno, ha afeado a la Junta que no haya analizado con la institución académica esta medida, teniendo en cuenta el esfuerzo de la UGR para hacer cumplir "rigurosamente" todos los protocolos de seguridad. Ha dicho al respecto que "se ha conculcado el principio de autonomía universitaria". 

Estudiará, ha dicho, la orden que se publique en el BOJA para conocer "el amparo legal" de la medida que, según ha indicado, no entiende. 

Ha enfatizado que desde el 21 de septiembre son 236 los estudiantes que han dado positivo en colegios mayores o residencias, con 800 aislados desde esa fecha, y que no hay "ningún brote" en las facultades ni escuelas universitarias. Los colegios mayores y residencias son centros privados, con los que la UGR se coordina y atiende "porque es un bien para esta provincia". Ha recordado también que la UGR ha invertido en medidas de seguridad 2 millones de euros. 

Respecto a justificar esta suspensión en criterios de movilidad, Aranda ha referido que el Ayuntamiento de Granada defiende que el transporte público es "seguro", como lo hace también el Metro, que depende de la Junta de Andalucía. 

La rectora pide respeto para la institución

Ha resaltado que la UGR, una institución con cinco siglos de historia y de "prestigio" sabrá afrontar este reto. 

Sobre la posibilidad de adoptar alguna medida frente a la orden, ha indicado que tendrá que estudiar la orden de la BOJA. Hasta que no se publique no conocerá el contenido y la letra pequeña de la orden porque, hasta este mediodía, a las 14.00 horas, cuando ha comparecido, nadie le había explicado nada. Al respecto ha reclamado "respeto" para la institución académica. 

Ha destacado también que la institución "no se pone de perfil". Los estudiantes son mayores de edad, ha recordado para insistir en que dentro del recinto universitario se está cumpliendo con toda la normativa. Cuando salen, ha añadido, son "ciudadanos".

Comparecencia de la rectora, Pilar Aranda: