Idas y venidas en una tensa campaña electoral
En ambos casos, seguidores de las formaciones a las que pertenecen han recibido con agrado el regreso y la marcha, aunque por razones bien distintas.
A la Unidad de Análisis vía twitter
Recibida con satisfacción por los socialistas la incorporación de José Antonio Rodríguez Salas al gabinete de la Presidencia para trabajar junto a Francisco Salazar, otro exalcalde andaluz, -de la localidad sevillana de Montijano-, y ex comisario para la Memoria Histórica de la Junta, en la Unidad de Análisis, a las órdenes de José Luis Ábalos.
José Antonio Rodríguez Salas. Archivo
Siempre interesa que alguien de las propias filas forme parte de la fontanería de La Moncloa, y que agrande ese looby granadino en el Gobierno, junto a José Antonio Montilla y María José Rienda.
Pero la marcha del singular político también es sentida con alivio y hasta como una patada hacia arriba de quien atesora mejor fama fuera que en la provincia. Algunos se sonrojan y sonríen maliciosamente cuando conocieron que el junero se encargará de velar por las fake news, paradojas de la vida, para quien se ha labrado su reconocimiento por su apuesta decida por twitter, con hechos ciertos, inflados o bajo sospecha.
Sin pudor alguno, es capaz de enviar un WhatsApp con la localización de La Moncloa o comunicar en público en un cónclave socialista que Pedro Sánchez, ya presidente del Gobierno, le ha mandado un mensaje. Poco discreto en una fontanería que exige máxima discreción.
Su siguiente paso, cuando toque, será buscarse un hueco en la candidatura del PSOE al Congreso de los Diputados o el Senado, si cuenta, claro, con el apoyo de la militancia, que en las filas socialistas se presupone que siguen mandando a la hora de confeccionarlas. El gran quebradero de cabeza de los partidos, ante la proximidad de las tres elecciones en poco tiempo.
Un regreso que se ha hecho esperar
En el PP confían que César Díaz, como portavoz de la candidatura de Sebastián Pérez, aporte moderación, -al menos, en las formas, único espacio que dependerá de él-, al discurso del presidente provincial del PP en su carrera por la Alcaldía de Granada, que falta le hará si quiere atraer el complicado voto centrista para ampliar la sólida base conservadora. No obstante, su vuelta a la primera fila ha causado reticencias en quien quiso presidir en otro tiempo el partido y no le dejaron.
César Díaz en su primera comparecencia como portavoz de la candidatura de Sebastián Pérez. Prensa PP
César Díaz abandonó la política activa después de 17 años en el Ayuntamiento de Granada, por los que vio pasar a Antonio Jara, Jesús Quero, y Gabriel Díaz Berbel.
Fue el portavoz del primer gobierno municipal de la derecha en Granada y su flamante concejal de Tráfico, cuando la movilidad, como ahora la conocemos, ni figuraba en las agendas políticas.
En 2003 no quiso formar parte de la primera lista liderada por José Torres Hurtado, con la que inició su larga carrera como alcalde, interrumpida subidamente por el caso Nazarí, en 2016.
Y aquella negación marcó el camino de uno de los valores más prometedores del PP, que tras conseguir el perdón 15 años después, vuelve por la puerta grande como mano derecha de Sebastián Pérez, al menos, sobre el papel.
Pese a que Torres Hurtado le ofreció continuar en las listas, no le agradó que la intención de que ocupara el sitio siguiente a Sebastián Pérez. En esa lucha de egos que ya no esconde la política, reivindicó que su largo legado y gestión merecía un puesto de más relevancia. Y, sobre todo, sus aspiraciones para suceder a Juan de Dios Martínez Soriano al frente de la organización provincial del PP.
Lo que no midió bien César Díaz por desconocimiento que la razón de ser relegado en la lista se debía a que solo unos pocos sabían entonces, entre ellos Torres Hurtado y el interesado, de que Javier Arenas había bendecido que Sebastián Pérez fuera el próximo presidente del PP de Granada y acabar con los años de enfrentamiento entre Martínez Soriano y José Luis del Ojo.
Para las municipales de 2011, los populares barajaron incluirlo en las listas, pero tampoco lo consiguió. Siempre ha estado ahí, en la sombra, viendo pasar su tiempo, desde la empresa privada.
Hasta que al fin, llegó su hora de regresar a la política activa: debutó como portavoz de la candidatura de Sebastián Pérez el pasado 13 de septiembre. Se incorporará en un lugar destacado a una lista popular, que contará con la mayor renovación de los últimos quince años.
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