El Ayuntamiento de Granada ha atendido una "histórica demanda" de los vecinos y las Asociaciones de Madres y Padres (AMPAS) de los colegios de la zona de Puente Verde con la instalación de un sistema de protección frente a posibles accidentes. Se trata de una barandilla que evita la caída de viandantes al río y cuyo diseño ha tenido que ser aprobado por la Comisión de Patrimonio de Junta de Andalucía “ya que el puente está catalogado como BIC”, según ha precisado el alcalde, Francisco Cuenca.

El primer edil ha añadido que el actual equipo de Gobierno tomó conciencia de la situación nada más llegar al Ayuntamiento “ya que no podíamos permitir que un problema que afecta a la seguridad de la ciudadanía, siguiera dilatándose en el tiempo”. Así, tras comprobar que no existía un proyecto licitado, se decidió que el propio Ayuntamiento redactara la memoria y que fuera la empresa Emasagra quien ejecutara la obra.

“Al tratarse de un BIC, necesitábamos el informe favorable de la Comisión de Patrimonio de la Junta de Andalucía, cosa que logramos el 17 de abril”, ha explicado el alcalde, “y a partir de entonces nos pusimos a trabajar para que las medidas de protección estuvieran instaladas cuanto antes, dando así satisfacción a una vieja y razonable demanda ciudadana”.

Tanto los representantes vecinales como los portavoces de las AMPAS de los centros escolares de la zona, que han acompañado al alcalde en su visita a Puente Verde, han coincidido en señalar el riesgo de caídas fortuitas debido a la escasez de altura del pretil del Puente y han recordado que llevan más de ocho años pidiendo una solución.

La construcción del Puente Verde fue ordenada por el general de las tropas de Napoleón Sebastiani, y para ello utilizó las piedras del campanario del Monasterio de San Jerónimo. Su nombre se debe a que originariamente había en el mismo lugar un puente de madera de ese color “y aunque el nuevo puente pasó a ser de piedra, los granadinos le seguimos llamando como al anterior”, ha explicado Cuenca.