Los pastores vuelven a la Alhambra
La Alhambra recupera el pastoreo en el olivar de la Dehesa del Generalife. Desde hace más de 80 años, el ganado no transitaba por este espacio, situado en la parte más elevada del Cerro del Sol, por encima de las huertas del Generalife, los Alijares y la Silla del Moro, y cercano a los restos arqueológicos del palacio de Dar al-Arusa.
Desde esta mañana, y durante un mes y medio, un rebaño de 660 ovejas de raza segureña con cruce de murciana, procedentes de la Alquería del Fargue, pastan ya en esta superficie, de aproximadamente 50 hectáreas. Durante el tiempo que estén el territorio de la Alhambra, se le proporcionará al pastor agua y cobijo suficiente para el ganado.
El director del Patronato de la Alhambra y Generalife, Reynaldo Fernández; acompañado por el delegado de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta en Granada, Manuel García, y la delegada de Medio Ambiente, Inmaculada Oria, han presentado esta experiencia piloto, junto al pastor que cuidará del ganado, Francisco Plaza, quien ha recorrido los 7 kilómetros que separan El Fargue de la Dehesa del Generalife junto al ganado a través de la Colada del Fargue, una histórica vía pecuaria deslindada y existente para tal fin.
Los representantes institucionales han valorado esta iniciativa y han reconocido que la práctica de la trashumancia “constituye en la actualidad un patrimonio vivo. El traslado de ganado de unas tierras a otras siguiendo los beneficios estacionales ha originado un rico patrimonio cultural y etnográfico”.
En este sentido, Inmaculada Oria ha incidido en la importancia de “recuperar usos, costumbres y oficios que se están perdiendo y olvidando. Los ganaderos están haciendo una labor fundamental de prevención de incendios, evitando así tener que realizar las actuaciones de desbroce preventivo de incendios”.
Para finalizar, el responsable del Conjunto Monumental ha señalado que si “el siglo XX sentó las bases científicas de la restauración del patrimonio inmueble, el siglo XXI va a ser el siglo de la restauración de los paisajes culturales y los paisajes históricos. La Alhambra es un paisaje cultural de altísimo valor. Los animales, la ganadería tu-vieron una etapa intensa en la etapa zirí y bereber y en el reino nazarí, de hecho en el Generalife se encuentra la Puerta de los Carneros, donde se ubicaba el ganado del sultán”.
Aunque ha visitado “poco” la Alhambra, el pastor Francisco Plaza espera poder hacerlo en los próximos días, si es que “las ovejas” le dejan tiempo: “Estar aquí es una maravilla. Ya no se encuentran lugares como la Dehesa del Generalife, tan ecológicos y sanos” y espera volver el próximo otoño con sus ovejas.
Es la tercera generación de pastores y espera que su pequeño hijo de diez años siga sus pasos, aunque insiste en que como “con cualquier profesión, hay que tener vocación y pasión. El oficio de pastor es muy duro. Soportando frío, calor, lluvia… Pero siempre en contacto con la naturaleza”.
En un futuro el Patronato de la Alhambra y Generalife también tiene previsto volver a utilizar los animales de carga (mulos) para de-terminados trabajos: labrado de tierras, porte de materiales de cons-trucción en sitios no transitados por vehículos y la saca de material ve-getal en zonas sin acceso a maquinaria.
El pasado 11 de abril, el Consejo de Ministros declaró la trashumancia patrimonio cultural inmaterial.