La UGR expone tres cráneos trepanados

El zaguán del Hospital Real acoge desde este lunes, 17 de febrero, una nueva Pieza Destacada. Se trata de Cráneos humanos trepanados, una muestra realizada con tres piezas pertenecientes a la Osteoteca del Laboratorio de Antropología Física y que puede verse hasta el 31 de mayo.
El objetivo, además de poner en valor la colección patrimonial de la Osteoteca, es recordar que la trepanación se usaba hace siglos y, a la vez, se mantiene como un procedimiento con utilidad en este siglo
Inmaculada Alemán, directora de la Osteoteca, ha explicado que la muestra expone tres cráneos trepanados de diferente época. Uno, de la época neólitica y procedente de la necrópolis medieval de Saad Ben Malik, a las afueras de Puerta Elvira; el segundo, datado en el siglo XX, y un tercero de este siglo XXI.
El objetivo, además de poner en valor la colección patrimonial de la Osteoteca, es recordar que la trepanación se usaba hace siglos y, a la vez, se mantiene como un procedimiento con utilidad en este siglo. En los tres casos, la investigación ha permitido descubrir que las personas sobrevivieron a la enfermedad. Por su parte, Marga Sánchez Romero, vicerrectora de Extensión Universitaria, Patrimonio y Relaciones Institucionales, ha explicado durante la apertura de esta Pieza Destacada que “no siempre se trata de hacer grandes muestras. Vemos con esta exposición, pequeña pero de gran calidad, que hay numerosos recursos a nuestra disposición que nos permiten trasladar a la ciudadanía el conocimiento científico que se genera en la Universidad de Granada”.
Los tres cráneos trepanados. UGR.
La trepanación es una técnica mediante la cual se realiza un orificio en el cráneo para acceder a su interior. Fue practicada desde muy antiguo por grupos humanos de procedencia geográfica muy diversa, por lo que se asocia a las principales culturas que se desarrollaron en Europa, África del Norte, Asia y América. Los cráneos trepanados más antiguos están datados en el Neolítico, con una cronología en torno al 6000 AC. Actualmente se sigue utilizando como paso previo a la cirugía craneocerebral.
Es cierto que el hecho de perforar el cráneo nos sugiere un alto grado de peligrosidad; sin embargo, el índice de supervivencia es elevado
Existen diversos procedimientos para horadar el cráneo, siendo los más habituales la abrasión y el barrenado. En el de abrasión se utilizaba una piedra de cierta dureza para perforar el cráneo, por medio de movimientos repetitivos de avance y retroceso, ejerciendo presión sobre la superficie externa. El orificio resultante en este caso es de forma ovalada. Mediante la técnica de barrenado, se perfora el cráneo rotando un objeto punzante y ejerciendo presión en una misma zona. En este caso el orificio es de forma circular y su diámetro está en relación con el tamaño del instrumento seleccionado. En las trepanaciones más antiguas se utilizaban herramientas líticas, que fueron sustituidas por trépanos metálicos ya desde época clásica.
Es cierto que el hecho de perforar el cráneo nos sugiere un alto grado de peligrosidad; sin embargo, el índice de supervivencia es elevado. Los huesos de la bóveda del cráneo están formados por dos capas muy finas de tejido compacto, entre las que se sitúa una capa de tejido esponjoso que se conoce como diploe. Cuando se practica una sección en ellos y el individuo continua con vida se produce una reacción ósea que tiende a unir los bordes haciendo que el diploe desaparezca; por tanto, los límites de la perforación estarán más adelgazados que el hueso circundante. Si el individuo fallece tras la trepanación, no se produce este proceso de cicatrización ósea y el diploe quedará visible en el perfil del corte.
A través del registro osteoarqueológico se conocen trepanaciones