El pequeño, ahora con nueve meses y más de ocho kilos de peso, está a punto de recibir el alta

El corazón de Max ya late a buen ritmo

E+I+D+i - M.Andrade - Miércoles, 13 de Diciembre de 2017
Profesionales del Virgen de las Nieves salvan la vida a un bebé que nació prematuro con solo 2,5 kilogramos de peso y al que antes del parto se le había detectado una grave arritmia, que fue corregida con una intervención pionera en Andalucía y de la que solo hay un precedente en España.
Max tiene ahora nueve meses, pesa más de ocho kilos y está a punto de recibir el alta.
IndeGranada
Max tiene ahora nueve meses, pesa más de ocho kilos y está a punto de recibir el alta.

Max Paris es hoy un bebé de nueve meses rollizo y risueño que está a punto de recibir el alta tras haberse sometido a una delicada intervención que le salvó la vida. Antes de nacer, a las 32 semanas de gestación, los médicos ya detectaron que su corazón no iba bien. Presentaba una grave arritmia que pudo controlarse con medicamentos ni antes ni después del parto y que finalmente fue corregida con una operación, con apenas dos semanas de vida y 2,5 kilogramos de peso. 

Es la primera vez en Andalucía que se practica una operación de esas características, de la que solo hay un precedente en España. Y hoy los profesionales médicos del Hospital Virgen de las Nieves de Granada que lo han hecho posible han comparecido junto a la familia de Max y a la consejera de Salud de la Junta, Marina Álvarez, para contar los detalles de este logro de la sanidad pública andaluza. 

Los profesionales del Virgen de las Nieves y la consejera junto a Max, su madre y su hermana. j.m.g./junta

Cinco horas duró la intervención, denominada científicamente ablación eléctrica. Según los datos ofrecidos por la Consejería de Salud, de todas las ablaciones eléctricas que se realizan en España, algo menos del 3 por ciento se hace a pacientes pediátricos, fundamentalmente entre 7 y 15 años. Y por ello, la practicada al pequeño Max fue excepcional. Era un bebé prematuro, con menos de tres kilogramos de peso. Con un corazón muy pequeño para moverse dentro de él, a través de un catéter que debía detectar en qué zona se producía la electricidad anormal que provocaba su arritmia.

El mayor peligro, como ha explicado en rueda de prensa Luis Tercerdor, el jefe del servicio de Cardiología del Virgen de las Nieves, era que la quemadura de 5 milímetros que se debía practicar para corregirla provocara demasiados daños en un corazón tan pequeño. 

Pero no fue así y sus pulsaciones se normalizaron.

Tercedor, entre Álvarez y Perín, muestra el cateter empleado para la intervención. indegranada

Previamente se había intentando sin éxito corregirlo a través de medicación. Primero cuando se detectó la arritmia, a las 32 semanas de gestación. Presentaba 230 pulsaciones por minuto, además de acumulación de líquido en pulmones y abdomen. En ese momento se le administraron los medicamentos a la madre, Maud Roseline, para que llegaran a través de su sangre a la placenta y al bebé. "Se trató a una mujer sana para curar a un bebé enfermo", según palabras de Francesca Perín, del servicio de Cardiología del Materno.

Aunque bajaron las pulsaciones y desapareció el líquido acumulado, no se logró controlar del todo la taquicardia. El parto se adelantó y el bebé fue ingresado en la UCI, donde también recibió fármacos. "Hubo momentos de gran tensión porque no lográbaos conseguir la curación con un tratamiento que no fuera agresivo", ha admitido Perín. En ese momento se optó por la intervención, que se hizo con solo dos semanas de vida.

El Hospital Virgen de las Nieves practicó el año pasado 426 ablaciones, 23 de ellas a niños y niñas, aunque todos ellos con más de 15 kilos de peso. La intervención a Max fue un éxito. Tanto Perín como Tercedor han asegurado que fue emocionante, cuando iban pasando los minutos, comprobar que al fin el ritmo cardiaco del pequeño era normal. 



Volver a escuchar los detalles de la dolencia y del proceso "no ha sido agradable", según ha dicho a preguntas de los periodistas su madre, Maud Roseline. "Lo hemos pasado muy mal", ha asegurado para señalar que salieron adelante cada día con la fuerza de la familia, que tiene otra pequeña. 

Max es "un bebé muy bueno y se porta muy bien". 

La consejera de Salud, Marina Álvarez, ha elogiado el trabajo en equipo de los profesionales del Virgen de las Nieves. Porque el éxito de esta intervención ha sido posible precisamente por un trabajo colectivo en el que han participado obstetras, neonatólogos, anestesistas, cardiólogos y personal de enfermería, entre otros muchos. Ha sido un trabajo "excelente", "impecable", en palabras de Álvarez, que ha agradecido "la entrega y el saber hacer" de los profesionales sanitarios. 

Los cardiólogos Francisco Perín y Luis Tercedor explican el caso de Max:



Vídeo: Consejería de Salud