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Los sindicatos rechazan el cierre de oficinas 'rentables' y lamentan que se olvide evitar la 'exclusión financiera'

BMN desoye el potencial de las Alpujarras y reduce al mínimo su presencia

E+I+D+i - J.I.P. - Lunes, 19 de Octubre de 2015
BMN, el banco en el que participa la antigua Caja Granada, abandona poco a poco las Alpujarras con un drástico cierre de oficinas, rechazado con contundencia por el Comité de Empresa que, además, asegura que son rentables, tanto por el volumen de negocio como por la contribución al desarrollo socieconómico que genera la presencia de una marca que se diluye.
Protesta por el cierre de la oficina de Pórtugos en 2012.
IndeGranada
Protesta por el cierre de la oficina de Pórtugos en 2012.
El acuerdo de renunciar a las Alpujarras no solo da la espalda al gran potencial presente y futuro de la comarca, que aspira a ser delarada Patrimonio de la Humanidad, sino al histórico compromiso de la entidad granadina de luchar contra la exclusión financiera y mantenerse en el territorio de origen. Además, los sindicatos afirman que son rentables.
 
La decisión de cerrar cinco nuevas oficinas, para convertirlas en 'ventanillas desplazadas' -paso previo a la desaparición de la marca- en Torvizcón; Capileira; Mecina Bombarón, Valor y Laroles, y una ventanilla desplazada, la de Juviles, reduce la presencia de BMN en la singular comarca, en cuatro años, de catorce a tan solo cinco municipios: Órgiva, Lanjarón, Cádiar, Ugíjar y Pitres, según la queja del Comité de Empresa de Urbanas y Pueblos de Granada.
 
 
Y ello, pese al compromiso empresarial y sociocultural que el entonces presidente de Caja Granada, Antonio Jara, -ahora, presidente de la Fundación- reafirmó con las Alpujarras hace, precisamente, cuatro años, cuando visitó algunas localidades de la comarca, como recuerda CCOO.
 
El cierre de nuevas oficinas fue comunicado el pasado septiembre por Recursos Humanos de BMN a las secciones sindicales en un simple correo electrónico, “despreciando la naturaleza de la representación laboral y del plan de redimensionamiento finalizado en 2014 para la Red y para las personas que componen la Plantilla de BMN”.
 
Cuando en 2012 se cierra la oficina de Caja Granada en Pórtugos, hubo una movilización social. Los vecinos, entonces, como puede pasar ahora, se quejaban de la obligación de tener que desplazarse a otros municipios para gestionar su dinero. Muchos de ellos, personas mayores que lamentaban el cierre de una oficina donde mantenían sus cuentas de toda la vida, la de sus familiares y muchos otros inmigrantes, vinculados con el terreno.
Tras recibir la comunicación, el Comité de Empresa de Urbanas y Pueblos de Granada se dirigió por carta al Consejo de Administración de BMN pidiendo la “paralización” de esta medida y su “reconsideración, ante los daños irreversibles que producirá”, según la misiva.
 
La decisión de desentenederse las Alpujarras se produce en un momento complicado para la entidad, al que se le exige que devuelva los 1.645 millones del FROB que les prestó para evitar la quiebra, y en proceso de desmantelamiento de los servicios centrales en Madrid, cuatro años después de crearla, con la incertumbre que ha generado entre la plantilla desplazada, y, además, en todas las puestas para ser absorbida por otra entidad.
 
Cuatro años después de la visita de Jara a la Alpujarra en la que reafirmaba su “compromiso”, delegados sindicales de CCOO emprendieron otro viaje a la comarca, pero muy distinto: quisieron conocer sobre el terreno las oficinas afectadas.
 
Cierre de oficinas 'rentables'
 
De la visita a las oficinas afectadas, CCOO ha elaborado un informe en el que constata que las cinco oficinas que cierran y se integran en sucursales de otras poblaciones, “disponen de un negocio cercano a los 100 millones de euros, y una rentabilidad, a septiembre, superior a 0,6 millones de euros”, un volumen de negocio, que por la experiencia de otras cierres similares, “no podrá mantenerse”. Por ello, asegura CCOO que las oficinas afectadas son “rentables”, con un personal de dos trabajadores por sucursal.
 
“Más de medio siglo de inclusión financiera que se esfuma con la desaparición de Caja Granada y la falta de interés de BMN por esta población de montaña; agrícola, emprendedora, turística y fiel a nuestras oficinas durante estos años”, resalta CCOO, que cita “en el recuerdo” las palabras de “Jara en 2011 sobre el ‘compromiso con la comarca’”. 
 
“Hoy solo quedarán, si nadie lo remedia, 5 oficinas de las 14 con las que contaba Caja Granada en 2011”. Un alma de Caja que se esfuma y un Banco que deja a su paso plomo y fuego”, suscribe CCOO quien expresa su reconocimiento a los diez trabajadores afectados por la medida, “por su profesionalidad, reconocimiento de su clientela y entrega al frente de estas oficinas durante tantos años”. 
 

El Comité de Empresa pide que no cierren

En la carta dirigida al presidente y Consejo de Administración de BMN, fechada el 29 de septiembre pasado, el Comité de Empresa, tras abordar el llamado ‘Plan Alpujarra’, acuerda por unanimidad solicitar “la inmediata paralización de cualesquiera reestructuraciones en la provincia de Granada” y advierte de la posible adopción de “medidas que puedan proceder en defensa del empleo, del negocio que lo sustenta, y de las condiciones laborales”.
 
Para la representación sindical, con el cierre de las oficinas de La Alpujarra “se han vulnerado flagrantemente los derechos de información y consulta que asisten a este Comité de Empresa” y subrayan que “los cierres y conversiones en ventanillas desplazadas (habitual paso previo al cierre definitivo) están absolutamente injustificados”.
 
Añaden que la medida “derivarán en un deterioro de negocio y de imagen ante el conjunto de la sociedad, que podría repercutir negativamente de nuevo en el empleo actual”.
 
Y dedican palabras de elogio a plantilla de BMN que, según manifiesta, “viene realizando un enorme esfuerzo para cumplir tanto con los objetivos empresariales, como con las durísimas condiciones impuestas que tenían como fin adecuarnos al tamaño que se impuso a esta entidad, objetivo conseguido en 2014”, por lo que, añade que el Comité de Empresa no consentirá “que se produzcan nuevos sacrificios adicionales”.
 
La hemeroteca recuerda el compromiso de Jara con las Alpujarras

Un teletipo de Europa Press, fechado el 10 de noviembre de 2011, titula: ‘CajaGranada-BMN reafirma su compromiso empresarial y sociocultural con la Alpujarra’. En el texto:

"El presidente de Caja Granada, Antonio Jara, ha realizado un amplio recorrido por la Alpujarra granadina con un intenso programa de visitas institucionales y empresariales con las que la entidad quiere poner de manifiesto "el compromiso con el desarrollo económico y sociocultural en las zonas en las que está implantada".

En el transcurso de la jornada, Jara ha explicado que esta exhaustiva visita a la Alpujarra "reafirma la indudable vinculación y compromiso de la entidad con su territorio" y demuestra su voluntad de continuidad. De hecho, ha revelado que en el actual proceso de transformación del sistema financiero español, la entidad no ha cerrado ninguna sucursal en esta zona, donde el 90 por ciento de la población cuenta con una sucursal de la caja en su propio municipio".

En la actualidad, Caja Granada-BMN cuenta con 20 oficinas que dan plena cobertura a los 25 municipios de la Alpujarra, en la mayoría de los casos, en localidades con menos de 5.000 habitantes. El área de influencia de la entidad financiera alcanza a casi la totalidad de la población residente, contando con cerca de 35.000 clientes y con un volumen de negocio de 260 millones de euros.

Esta circunstancia, ha añadido Caja Granada en una nota, revela el esfuerzo "histórico" de la entidad para evitar la exclusión financiera: "La cercanía de Caja Granada a sus más de 916.000 clientes es uno de sus principales objetivos, al igual que en la Alpujarra, en la actualidad, 193 de sus 437 oficinas están ubicadas en localidades de menos de 10.000 habitantes, lo que garantiza una debida inclusión financiera."
 
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