La Asociación Granadina de Amigos del Ferrocarril y el Tranvía (Agraft) propone que el AVE llegue a Granada a una cota más alta que la rasante de la calle, a través de un viaducto, en lugar de hacerlo en superficie -que es la solución provisional planteada por Fomento-, o soterrado, como baraja el Ministerio para una segunda fase sobre la que hay muchas dudas de que realmente se llegue a acometer.

Así lo plantea Agraft en un documento que incluye varias propuestas para el Observatorio de la Movilidad puesto en marcha en el Ayuntamiento de la capital. La asociación propone un proyecto de integración ferroviaria "mediante viaducto y estación elevada para la creación del nudo intermodal de transporte más importante de la ciudad". 

Según Agraft, la llegada del ferrocarril a una cota más alta que la rasante de la calle tiene los mismos beneficios que el soterramiento, pero además tiene en cuenta los costes de explotación del ferrocarril, de ahorro energético y de seguridad en caso de emergencia. Las afecciones son menores y los costes de la operación se reducen considerablemente, a juicio de este colectivo.

De este modo, "la estación actual y la playa de vías disponen de espacio suficiente para generar nuevo viario que conecte Severo Ochoa con Camino de Ronda, Chana y Pajaritos en todas direcciones y el edificio histórico se destina a estación de autobuses metropolitana. Así coinciden en una misma zona ferrocarril, tranvía y buses. Con las cifras actuales de transporte de los distintos modos de transporte, el núcleo intermodal que se crearía tendría unos 45.000 usuarios en día laborable y un total de 12 millones de viajeros anuales", explica.

Tren de cercanías a Loja

Agraft también propone que el ferrocarril de cercanías se incluya en la movilidad metropolitana. "Se piensa únicamente en el ferrocarril de media o larga distancia, pero no se contempla el ferrocarril de cercanías. El eje Granada-Loja requiere de un estudio de viabilidad y se puede convertir en una línea de cercanías que complemente al metro y quite muchos vehículos de la Vega y del Poniente que acceden a diario a Granada", opina la asociación.

En su documento de propuestas al Obsevatorio de la Movilidad, Agraft pide que, a la hora de planificar una infraestructura de transporte se cuantifiquen "todos y cada uno de los factores externos al transporte que cada modo genera y traducirlo a dinero".

Y enumera estos factores y sus implicaciones:

• Accidentabilidad: costes sanitarios, pérdidas de producción, sufrimiento y dolor.
• Contaminación acústica: pérdidas de valor de viviendas y de la salud de las personas.
• Contaminación atmosférica: daños a la salud, a la biosfera y a los materiales.
• Cambio climático: coste asociado a la reducción de las emisiones de CO2.
• Naturaleza y paisaje: costes de las medidas correctoras de impacto ambiental.
• Efectos indirectos: costes medioambientales adicionales.
• Efectos urbanos: congestión (tiempo perdido en atascos), efectos barrera.

A la hora de planificar nuevas infraestructuras viarias, Agraft propone cuantificar y comparar convenientemente su rentabilidad incorporando todas las externalidades externas al transporte (inversión frente a gasto).