El Zaidín Rock vuelve un año más, pese al frente para silenciar la cultura popular
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Un dispositivo especial controlará que los niveles acústicos de los conciertos no perturben a los pacientes del Hospital del PTS. Condición primordial para que se celebre una nueva edición del Festival de Rock del Zaidín, como así se comprometió la Asociación de Vecinos Zaidín-Vergeles que, contra viento y marea, asume históricamente la organización por su empeño por mantener viva la cultura en el barrio.
Pero tras los niveles sonoros y el debate sobre la ubicación se parapetó el movimiento conservador creciente para propiciar este año su desaparición hasta cercar el certamen que, de no haberse producido el cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Granada en mayo, con la llegada de los socialistas, probablemente, no se hubiera celebrado. Los populares ya tenían la excusa perfecta, para contentar al numeroso grupo de vecinos contrarios al certamen. El Zaidín, como la capital, la provincia, Andalucía y España, está en permanente estado de campaña electoral.
Al ruido, se sumaron las habituales demandas de algunas asociaciones vecinales de la zona de influencia del festival: molestias, suciedad en las calles… hasta convertir el debate sobre la ubicación en un plebiscito sobre su utilidad y conveniencia hasta llegar a cuestionar un representante vecinal en la junta de distrito municipal extraordinaria, convocada a instancias del PP, que el rock no es cultura. Toda una declaración de intenciones, como también lo es llamar despectivamente ruido a lo que es rock, música. Cultura popular.
Nada movió el anterior gobierno municipal del PP para buscar soluciones al emplazamiento, aún sabiendo con la antelación de cualquier ciudadanos que el gran hospital condicionaba la 36 edición. Aunque con los antecedentes de cómo ha tratado al Zaidín Rock, con denuncias a la organización de por medio, tampoco se podía esperar otra actitud. Con el cambio de gobierno, el PP exigió entonces a los socialistas que hiciera en tan solo tres meses, lo que en trece años no pudieron o no supieron afrontar. La desidia también es una forma de acabar con algo.
Tras lel debate sobre la ubicación se parapetó el movimiento conservador creciente para propiciar este año su desaparición hasta cercar el certamen
Pero los socialistas de la capital, incluido el partido con firmeza, siempre respaldaron el Zaidín Rock y su compromiso con el certamen era irrenunciable, como había reiterado en la oposición y como alcalde, Francisco Cuenca. Así que desde la Concejalía de Juventud y Participación Ciudadana, que dirige Eduardo Castillo, `presidente de la Junta Municipal de Distrito del Zaidín, se pusieron manos a la obra en la búsqueda de soluciones que si bien no pueden contentar a todos, debía prevalecer la continuidad de un certamen que también da fama a Granada, como certamen musical de prestigio y gratuito.
En el debate sobre el emplazamiento se barajaron el Palacio de Los Deportes, el Nuevo Los Cármenes, el recinto de Ifagra y hasta el Núñez Blanca. Todos los recintos fueron descartados tras sopesar sus inconvenientes. La decisión por descarte estaba tomada; celebrar esta edición en el habitual recinto, en los terrenos situados al otro lado del campo de fútbol y junto a la Ronda Sur.
Para ello, se pidió la opinión de una consultoría de prestigio: dBA Acústica, que ya había realizado en 2102 mediciones de los conciertos en tiempo real. En la recreación, ahora, la empresa empleó las últimas técnicas avanzadas de 3D. Las conclusiones han sido las esperadas. El impacto acústico en el Hospital de los conciertos es reducido.
Además, en esta edición, con equipos de sonido más sofisticados, con menos volumen en los conciertos se alcanzan sensaciones acústicas similares. Producciones Toro, encargada del festival, aplicará las recomendaciones para disminuir aún más el impacto de las desviaciones del sonido e instalará una concha acústica tras el escenario.
Junto a ello, se procederá a medir en tiempo real el sonido cada noche, en cada concierto para que en el caso de que se superen los niveles sonoros sean reajustados en el momento.
El compromiso del gobierno municipal es buscar desde ya un nuevo emplazamiento para el festival y puede que en el Zaidín, el mejor emplazamiento sea el actual.
Las molestias que ocasiona el Zaidín Rock pueden ser comparables con las que soportan vecinos en la Semana Santa, con las procesiones y bandas de música que la acompañan, y que colapsan barrios históricos. Pero esta similitud nunca fue tenida en cuenta por los detractores. La Semana Santa es un atractivo turístico de Granada, además del fervor popular que despierta, y merece el respeto, pero también el más veterano de los festivales al aire libre y gratuito de Europa.
Tampoco se alude a que la Plaza de Torosa siempre ha sido escenario de conciertos, de rock o de espectáculos del Festival de Música, pese a la proximidad de viviendas y de los hospitales de Granada.
La ordenanza municipal prevé para estos casos la suspensión temporal de la ordenanza de ruidos por causas excepcionales. Y congregar cada año a más de diez mil personas, algunos años hasta el doble, para disfrutar de buenos conciertos, para muchos, la única oportunidad al ser gratuitos, está justificado.
Consolidado como una referencia, la entrada gratuita, como sello de identidad de un festival que surgió para acercar el movimiento de cultura más popular del siglo XX a todos los públicos, ha sido además la referencia de bandas y solistas granadinos. Cuando se intenta unir a la marca Granada la Cienca o la innovación, pero queda aún camino por recorrer para afianzarlo, la Cultura sí es indiscutiblemente una característica inherente a la ciudad. Y en la música, una potencia indiscutible.