Tina Turner resucitó en Salobreña
En mayo de este mismo año nos dejó Tina Turner, la huracanada cantante de Tennessee. Pero su legado y leyenda crece cada vez que una de sus canciones suena en alguna parte del mundo. Y cerrando el ciclo ‘Música en los rincones’ este jueves lo hicieron, (¡y cómo!) en Salobreña. En las faldas del castillo árabe, en la explanada del Paseo de las Flores, un marco con algunas de las mejores vistas panorámicas de la villa costera, el grupo The Replicants hizo resucitar por un par de horas su figura y sus interpretaciones, siempre en la zona roja del vúmetro de la pasión soul-rock.
Por delante, la poderosa voz y arrolladora presencia escénica de la cantante italiana Jessica Brizzio, licenciada en literatura moderna en Bolonia, pero dedicada en cuerpo y alma a clonar a la ciclónica ‘Acid Queen’.
Esta marca tan acertada agrupa a algunos de los mejores músicos de la escena granadina, figurando en nómina el multinstrumentista Eduardo Moreno (con una fantástico disco en solitario, busquen ‘Disorder/Inner Odyssey' y flipen), el bajista Guillermo Morente y el teclista uruguayo José Luis Lopretti son figuras indispensables en el jazz andaluz, mientras en la batería se sienta Carlos Ferrer. Por delante, la poderosa voz y arrolladora presencia escénica de la cantante italiana Jessica Brizzio, licenciada en literatura moderna en Bolonia, pero dedicada en cuerpo y alma a clonar a la ciclónica ‘Acid Queen’. Ni que decir que con estos cualificados mimbres la presentación es rigurosa, fuerte e intachable. Como comprobaron los muchos asistentes que llenaron el Paseo, e hicieron salir varias veces al grupo antes de irse.
The Replicants no solo se acercan a la figura a través de sus éxitos más populares de los años ochenta y noventa, sino que se fijan también en su repertorio más antiguo, las atronadoras versiones de los Stones, o Beatles que frecuentó, su corpórea vertiente funk, y gran parte del R&Blues de su época con su marido Ike, completando una panorámica muy amplia de la cantante desaparecida y poco convencional. Dos horas de músculo y ritmo, que a los muchos que nunca vieron a la original Tina Turner les pueden acercar perfectamente a su figura en cuerpo, sudor y poder.