"Siempre sentí que los valores de la lengua española eran los míos"
En declaraciones a Europa Press desde su residencia en Austin (Texas, Estados Unidos), la poeta ha indicado desconocer "por qué" recibe este galardón si bien pesa "una cierta relación con Lorca obviamente" pues "llegué al mundo leyendo a la Generación del 27" la cual tiene muy presente "como tradición propia".
Con ascendencia española entre sus antepasados, "más que los lazos familiares" fueron las obras de Federico García Lorca y el resto de autores de la Generación del 27 las que constituyeron "el mundo en que yo entré en la literatura" y, en concreto, "en la poesía, quizá por rebeldía".
"Hablaba español y no se me ocurría pensar que Uruguay estaba en América y lejos de España", ha resaltado Vitale para quien "lo más importante que nos une a la gente es la lengua".
Honrada de "venir después de Rafael Cadenas", en referencia al escritor mexicano que recibió la distinción el año pasado, y a punto de cumplir los 93 años de edad, la poeta prepara un "libro de gratitudes" con memorias de sus once años en México y expresa su deseo de "volver a Granada" a recoger personalmente el galardón cuyo jurado este año ha roto la regla no escrita de intercalar autores españoles e hispanoamericanos en sus ediciones anuales.
Al XIII Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca - Ciudad de Granada, dotado con 30.000 euros, optaban 47 candidaturas españolas, hispanoamericanas y de los Países Bajos.
El Premio García Lorca reconoce el conjunto de la obra de un autor vivo que, por su valor literario, constituye una aportación relevante al patrimonio de las letras hispanas.
El jurado, presidido por el alcalde de Granada, Francisco Cuenca, ha valorado en Ida Vitale su "preciso uso del lenguaje que aúna música y sentido en la tradición de la vanguardia española".
Ida Vitale es "punta de lanza" de las voces "más renovadoras" de la poesía en español en la segunda mitad del siglo XX, según ha añadido Levya que ha dado lectura al acta del jurado en la que se resalta a la poeta uruguaya como "heredera de la Generación del 27 y del Siglo de Oro español".
Fue alumna de José Bergamín de quien "le viene el legado directo" de la Generación del 27, ha resaltado Carlos Pardo, representante de la Fundación Federico García Lorca en el jurado que también ha subrayado que aún "muy joven" fue recogida en la antología de poesía hispanoamericana que preparó Juan Ramón Jiménez, formando parte de una "generación dorada, muy potente, de la gran literatura uruguaya de los 40" denominada Generación Crítica y en la que también se puede incluir a Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti o Idea Vilariño.
La poesía de Ida Vitale, que recibió en 2015 el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, logra "forzar el lenguaje para que diga más de lo que dice", ha añadido Pardo incidiendo en que su lenguaje "muy rico, hereda algo del Barroco español" y, en concreto, de escritores como Luis de Góngora.
Vitale estudió Humanidades en Uruguay y ejerció la profesión docente. Empujada por la dictadura en su país, se exilió en 1974 en México donde conoce a Octavio Paz que la introdujo en el comité asesor de la revista 'Vuelta'.
Volvió a Uruguay en 1984 y dirigió la página cultural del semanario 'Jaque' trasladándose cinco años más tarde a Estados Unidos aunque viaja muy frecuentemente a Montevideo donde fue nombrada doctora Honoris Causa por la Universidad de la República en 2010.
Sus tres últimos libros, editados en España, son 'Reducción del infinito' (2002), 'Trema' (2005) y 'Mella y criba' (2010) reuniendo parte de su primera obra el volumen 'Sueños de la constancia', editado en México en 1988.