Sobre ’20 canciones’ (ed Libros del KO), su último libro

Jorge Decarlini: “En el libro abundan los clásicos que conectan con la memoria sentimental del lector”

Cultura - JTG - Domingo, 26 de Marzo de 2023
Entrevista con el autor de ’20 canciones’, un libro que te recomendamos y que deberían leer los amantes de la música, de todas las músicas.
El autor contando canciones en la librería Inusual.
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El autor contando canciones en la librería Inusual.
Haciéndole un guiño a Neruda, el periodista y escritor gaditano (ahora granadino) Jorge Decarlini ha escrito sobre veinte canciones sin ningún poema añadido, y menos desesperado. Porque cada canción, al menos las más importantes de la historia de la música, suelen responder a una experiencia previa, un historia vivida, imaginada o leída. Maldita la gracia que le haría a Frank Zappa saber que, cuando se le quemó el equipo, Deep Purple solo veían ‘Humo en el agua’; de un abucheo en directo Ricky Nelson sacaría esa preciosidad que es ‘Garden Partypor ejemplo, o que… Cada canción tiene una intrahistoria, que es donde ha investigado Decarlini para armar este trabajo de contador de canciones: ’20 canciones’ (ed Libros del KO).

Por sus páginas aparecen Dylan y Springsteen, Silvio Rodríguez o doña Concha Piquer, como Nirvana, Aute, Mercedes Sosa Oasis, Sabina Serrat o The Cranberries etc. Y entre las veinte piezas descubre el suceso fronterizo que inspiró aquella inmortal ‘María la Portuguesa’, con la firma de Carlos Cano; como también busca el común denominador que unió en el espacio y el tiempo a Lorca con Leonard Cohen y Morente. Un texto apasionado, de los que fomentan el amor a la música y su disfrute.

- Su libro… Tiene toda la pinta de ser hijo de la cuarentena ¿voy bien?

"Yo llevo toda la vida escuchando las letras de las canciones de manera especialmente atenta, reflexiva, buscando referencias o connotaciones"

- Si hacemos una racionalización a posteriori, podría decirse que sí. Yo llevo toda la vida escuchando las letras de las canciones de manera especialmente atenta, reflexiva, buscando referencias o connotaciones. Todo eso cristalizó durante el confinamiento: acababa de terminar mi primer libro, las colaboraciones en prensa se frenaron, y pasé más tiempo del habitual en Twitter, donde me familiaricé con el formato hilo. Fue entonces, quizás ante la necesidad de evasión frente a las terribles noticias de esa época, cuando empecé a escribir sobre letras de canciones que me gustaban. Para mi sorpresa, esos hilos tuvieron una gran aceptación y atrajeron a miles de lectores. Había pulsado la tecla adecuada. Con eso en mente, decidí arrancar el proceso de escritura de ’20 canciones’.

- ¿Cada historia tiene una canción, y viceversa? ¿O no necesariamente?

- No tiene por qué. Ni siquiera es necesario conocer la intrahistoria de una canción para disfrutarla plenamente, pero es cierto que hay muchos aficionados a la música, entre los que me incluyo, que siempre quieren saber un poco más, rascando en la superficie, y a ellos va dirigido este libro. También para un público más generalista, por supuesto. Me estoy encontrando con lectores de todo tipo.

- Porque se acerca a Silvio Rodríguez… Y saber que aquellas maravillosas canciones mayormente las compuso pescando por Canarias en el Playa Girón, no sé si rompe algo la magia…

- En realidad, lo que hacía Silvio a bordo del Playa Girón era componer día y noche y actuar para la tripulación de jóvenes marineros cubanos. Lo único que pescaba eran canciones. Ventajas de intelectual, como él mismo dijo. Y aquel ambiente, echando de menos a su novia, le sirvió para componer esa maravillada llamada ‘Ojalá’, que le salió un día de Navidad.

- Por cierto ¿usted es de los de ‘nieve’ o del francotirador Nievi?

- Buena parte del capítulo que dedico a ‘Ojalá’ trata esa teoría alternativa, surgida en internet, que defiende que la peculiar pronunciación de Silvio de la palabra ‘nieve’ en el estribillo es un guiño a ese francotirador soviético. Dejo que el lector lo descubra en el libro, pero sí diré que mi posición es intermedia: para mí, efectivamente, Silvio pronuncia ‘nievi’ y desconozco por qué lo hace, pero desde luego no lo conecto de ninguna manera con la teoría del francotirador que, si investigas un poco, como hice yo para el libro, compruebas que no tiene base alguna.

"Aclaro que estas no son mis veinte canciones favoritas, ni siquiera mis veinte bandas o cantantes preferidos, aunque lógicamente cumplen el requisito mínimo de gustarme"

- Hurgando en los ‘capítulos anteriores’ de cada canción ¿se ha sentido más unido a ellas?

- La verdad es que sí. Aclaro que estas no son mis veinte canciones favoritas, ni siquiera mis veinte bandas o cantantes preferidos, aunque lógicamente cumplen el requisito mínimo de gustarme. Pero sí, ahora por ejemplo estoy en un bar y cuando suena alguna de estas ’20 canciones’ siento un cariño distinto.

- Algunas tienen explicaciones muy célebres: ‘Smoke on the water’, ‘Master of War’, ‘Eve of destruction’, ‘Garden Party’, ‘Hurricane’, y así miles ¿cuál ha sido su criterio: gusto previo por la pieza, en fondo o forma, éxito de dominio público o curiosidad por la trastienda?

"Te pongo un ejemplo concreto: citas ‘Hurricane’, de Dylan, y durante un tiempo estuve dudando entre esa y otra suya, que es la que finalmente elegí, ‘The Lonesome Death of Hattie Carroll’. Ambas denuncian el racismo estadounidense, pero la historia detrás de ’Hurricane’ es mucho más conocida"

- Gustarme me gustan todas, aunque algunas más que otras. Pero el criterio determinante ha sido la potencia de la historia que hay detrás o alrededor de la canción, porque a veces no es solo que se inspirasen en un hecho real, sino que luego han surgido mitos y leyendas que, de alguna manera, pueden transformar la recepción de la obra. Además, había que pensar en la estructura general del libro, las temáticas tratadas, mi deseo de sorprender constantemente al lector… La lista resultante es fruto de una mezcla de factores. Te pongo un ejemplo concreto: citas ‘Hurricane’, de Dylan, y durante un tiempo estuve dudando entre esa y otra suya, que es la que finalmente elegí, ‘The Lonesome Death of Hattie Carroll’. Ambas denuncian el racismo estadounidense, pero la historia detrás de ’Hurricane’ es mucho más conocida. Es cierto que en este libro abundan los clásicos que conectan con la memoria sentimental del lector, pero ya digo que cada capítulo es distinto, no siempre he optado por el mismo criterio.

-  Se lo pregunto también porque cada una es de su padre y de su madre, en el espacio, cultura y tiempo…

-  Es una selección muy ecléctica, pero porque no se ha pensado como una playlist (aunque en la primera página hay un código QR que te lleva a una lista de Spotify para acompañar la lectura). Se ha pensado como un libro, un conjunto de historias apasionantes que orbitan alrededor de una canción. Y a mí me encanta sorprender, cosa que creo que se consigue mezclando a Rocío Jurado y a Nirvana, por ejemplo. También busco la sorpresa, o al menos espolear la curiosidad, con la alternancia de estructuras narrativas en cada capítulo: uno es crónica, otro entrevista, otro glosario, en un capítulo hablo brevemente en primera persona, o me apoyo verso a verso en la letra de la canción, o bien ni la menciono, depende. Siempre al servicio de la historia, pero sabiendo que la previsibilidad mata a cualquier libro.

"También busco la sorpresa, o al menos espolear la curiosidad, con la alternancia de estructuras narrativas en cada capítulo: uno es crónica, otro entrevista, otro glosario, en un capítulo hablo brevemente en primera persona, o me apoyo verso a verso en la letra de la canción, o bien ni la menciono, depende"

-  Hay muchas canciones muy obvias (¡qué le voy a decir de Shakira, jajajaja!!), y otras absolutamente crípticas, en las que el oyente completa a su manera lo que se le escapa ¿es tan válido para usted el original como lo añadido?

- Por supuesto. Este libro no se compone de interpretaciones personales mías, sino que es periodismo narrativo, donde aporto contexto, referencias y detalles contrastados. Por eso he seleccionado estas canciones, porque cumplían esos requisitos. Pero también me encantan las letras que no puedo entender, más alegóricas, menos pegadas a la realidad. Uno de los grupos de mi vida es Extremoduro, y por más que me gusten no encuentro en su discografía nada que sirva para el ejercicio que he llevado a cabo en los capítulos del libro.

- Otras que son una emotiva crónica de sucesos… Se lo digo  por la de Carlos Cano, que solía declarar que hacía periodismo cantando…

- Carlos Cano es de mis artistas preferidos del libro, y es verdad que hay varios ejemplos en su cancionero donde practicó ese periodismo cantado. La canción que yo he elegido es ‘María la portuguesa’, que parte del asesinato real de un marinero de Ayamonte en la frontera con Portugal. Diría que es el capítulo que más me gustó escribir, porque fui allí, al lugar de los hechos, y hablé con fuentes directas del suceso, y eso siempre es un valor añadido. Andar y contar, que decía Chaves Nogales. Además, es un capítulo que encierra su propio misterio, pero ya adelanto que es una historia maravillosa.

"Carlos Cano es de mis artistas preferidos del libro, y es verdad que hay varios ejemplos en su cancionero donde practicó ese periodismo cantado"

- ¿Y de él saltó a la copla?

- En mi caso no fue así, aunque es un recorrido vital perfectamente posible. Siempre me han atraído esas historias trágicas, con inicio, nudo y desenlace, que escribían los letrista de copla, como los letristas de tangos. Carlos Cano se empeñó en quitarle al género la capa de caspa que se le había adherido durante la dictadura, y lo hizo con versiones y reivindicaciones. Y también componiendo, claro, porque ‘María la portuguesa’ es la última gran copla escrita hasta ahora.

-  Don McLean dijo en una entrevista que a ‘American pie’ le debían, él y sus hijos, no tener que volver a trabajar nunca… ¿Es para tanto?

- ‘American Pie’ es, además de uno de los capítulos del libro que más me costó escribir, un billete de lotería premiado que su autor lleva cobrando medio siglo. Le ha extraído beneficios desde cualquier ángulo imaginable, vendiéndolo todo, hasta su manuscrito, por una millonada. Así que yo diría que tiene razón en su frase, porque además es la única canción por la que se le sigue recordando.

- Y tirando para casa, el ‘Omega’ ha dado para un libro entero de Bruno Galindo… ¿cómo encaja usted los nombres de Lorca, los Arias, Morente y Alcover?

"Ese es un capítulo eminentemente granadino y, según me cuentan, de los favoritos de los lectores. En él se traza un largo recorrido que arranca con Lorca llegando a Nueva York, describe el viaje literal y metafórico del poema ‘Pequeño vals vienés’ y todos sus vaivenes hasta llegar a los ojos y las manos de un joven en Montreal llamado Leonard Cohen..."

- Ese es un capítulo eminentemente granadino y, según me cuentan, de los favoritos de los lectores. En él se traza un largo recorrido que arranca con Lorca llegando a Nueva York, describe el viaje literal y metafórico del poema ‘Pequeño vals vienés’ y todos sus vaivenes hasta llegar a los ojos y las manos de un joven en Montreal llamado Leonard Cohen, y cómo la música que él le puso llegó a oídos de Enrique Morente, que a su vez había sido convencido por Jesús Arias para volverse roquero. Es un capítulo muy especial.

- Le quería preguntar por una concreta, por ‘La mano de Dios’ de ‘El potro’ Rodrigo Bueno… ¿Lo suyo es ascendencia futbolera o folclórica, porque aquí es bastante desconocido?

- Mi familia paterna es argentina, así que siempre he procurado conservar una fuerte conexión con aquel país, algo que he ido alimentando con la literatura, el cine, la música o el fútbol. Es, de nuevo, una nota diferente dentro del libro, que creo que le da un punto de color. No es la única canción argentina, ya que también está ‘Alfonsina y el mar’, de Mercedes Sosa, y ‘Dieguitos y Mafaldas’, de Sabina.

- Entiendo que había que parar alguna vez, y se plantó en veinte, pero habrá tenido que seleccionar mucho ¿habrá segundo volumen?

- Hice una primera selección de treinta canciones, y fui descartando por varios motivos, como te he dicho antes, pensando en la estructura general del libro. Me quedé en veinte porque me permitía llevar a cabo esa diversidad estructural y temática que he comentado, y una lista más amplia dificultaría el propio espíritu del libro. Sobre un hipotético segundo volumen, ahora mismo estoy escribiendo otras cosas, pero quién sabe. Material hay.

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