Gol en el Legado Andalusí
A perro flaco todo se le vuelven pulgas. O de árbol caído todo el mundo hace leña. Los dos refranes valen para ir perfilando el próximo finiquito de Sebastián Pérez al frente del Partido Popular de Granada. Quizás, también como Caballero XXVII en el Ayuntamiento de Granada.
Se están registrando puñaladas en tanto llega el Congreso del PP y se reorganiza un partido en descomposición. Dicen que son tantos los muertos sin matar dejados en el costado de la huella (la vera del camino, en andaluz) que a Sebas le persigue un verdadero ejército de zombis con sed de venganza. Ya lo hemos comprobado con Onofre Miralles
Más que anécdotas, se están registrando puñaladas en tanto llega el Congreso del PP y se reorganiza un partido en descomposición. Dicen que son tantos los muertos sin matar dejados en el costado de la huella (la vera del camino, en andaluz) que a Sebas le persigue un verdadero ejército de zombis con sed de venganza. Ya lo hemos comprobado con Onofre Miralles.
La última en subirse al carro -o a la chepa- ha sido su queridísima Concha de Santa Ana. Ésa que se ha prodigado los últimos días predicando las bondades del Legado Andalusí y su amor por la cultura andaluza. Vamos, la que se ha alzado con un premio gordo en la repelea de cargos y carguillos
Resultaba que Concha de Santa Ana gozó de paseante en Cortes desde 2008 hasta 2019. Sin que se le reconozcan grandes méritos para esta provincia, ni se la haya conocido por la geografía provincial. Hasta que en Madrid le cortaron el chollo y la colocaron en el número tres de una lista de un solo número. La dieron por amortizada. Y a tu trabajo de ingeniera, o al paro, como decenas de diputados y millones de españoles.
Pero hete aquí que ya no siendo diputada, ni nada, se presentó a los Premios Carlos V de Yuste (Badajoz). Presidía el Rey. Llenaban los salones decenas de ex diputados españoles y parlamentarios de la UE.
-“Muá, muá”, “Encantada de verte”, “Estás imponente”…
-“Y tú no menos ¿A qué te vas a dedicar ahora?”
-“Chica, pues no sé… ¿No tienes algo para mí, aunque sea en Granada?”
La conversación (idealizada por quien suscribe) se produjo entre la cesada Concha de Santa Ana y María Esperanza Macarena O’Neill, a la sazón Secretaria General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura.
“Ven, que te voy a presentar a media Europa”. Y Concha le presentó y representó a conocidas y conocidos diputados/as europeos/as (el lenguaje inclusivo lo primero). Claro que conocía a muchos, muchísimos de su anterior cargo como vocal en la Comisión de Exteriores del Congreso y en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
Lo que no sabía ninguna de las interlocutoras (o si lo sabían, lo ignoraron) era que esas cosas deben pasar antes por los órganos directivos del PP de Granada. Y este cargazo con el sueldecillo ya lo tenía apalabrado Sebastián Pérez, el presidente menguante, con su cuñado Jaime Sánchez Illescas, el hombre de la mala suerte que siempre se cae de las quinielas
“¡Qué poderío”!, ésta tiene relaciones con media Europa. Eso debió pensar la señora O’Neill. Pero no había nadie de la orilla andalusí.
“Pues dándole vueltas a tu petición -seguimos inventándonos palabras de O’Neill- tengo por ahí un carguillo muy vistoso, en Granada precisamente”.
Concha preguntó “¿Y eso qué es?”, cuando su interlocutora le sopló al oído: “Directora del Legado Andalusí”.
A falta de pan, buenas son tortas. Concha dio palmas con las orejas y aceptó el carguillo con el sueldazo.
Lo que no sabía ninguna de las interlocutoras (o si lo sabían, lo ignoraron) era que esas cosas deben pasar antes por los órganos directivos del PP de Granada. Y este cargazo con el sueldecillo ya lo tenía apalabrado Sebastián Pérez, el presidente menguante, con su cuñado Jaime Sánchez Illescas, el hombre de la mala suerte que siempre se cae de las quinielas. Eso sí, después de unas semanas de quitarse a otros pretendientes de enmedio.
Concha calló su secreto durante tres semanas, hasta que la obnubilada de Yuste llevó el nombramiento al BOJA. Y Concha -gran experta de la Historia y Cultura andaluzas- corrió a los periódicos a contar que ¡por fin! había conseguido el sueño de su vida: ser gestora cultural, no ingeniera de caminos. Sólo había tenido que esperar once años de aburrimiento en los pasillos del Congreso.
Y Sebastián Pérez se enteró por la prensa de cómo le están creciendo los enanos en tanto llega Marifrán Carazo a poner orden.