Diputación publica un libro-catálogo sobre la Historia y el Museo de Ciencias del IES Padre Suárez

Cultura - IndeGranada - Sábado, 25 de Noviembre de 2017
La publicación, obra de los profesores Luis Castellón Serrano y José Szmolka Vida, fue presentada esta viernes con Andrés Sopeña como maestro de ceremonias.
El Instituto aparece casi acabado, aunque aún le faltaba instalar la cerca del patio y rematar la acera.
El Instituto aparece casi acabado, aunque aún le faltaba instalar la cerca del patio y rematar la acera.

El Museo de la Ciencia del IES Padre Suárez ya tiene un libro-catálogo. Se titula Los instrumentos de Física y Química del antiguo Instituto Provincial de Granada. Es obra de los profesores Luis Castellón Serrano y José Szmolka Vida. Ha sido editado por la Diputación Provincial en un lujoso volumen en color. El libro fue presentado la tarde de ayer 24 de noviembre con Andrés Sopeña como maestro de ceremonias.

Podría decirse que las casi 800 fichas que contiene, con sus respectivas fotografías, más la introducción histórica de la institución y del museo, son fruto del trabajo de Luis Castellón durante media vida como docente y director-conservador, y de las miles de fotografías de su compañero fotógrafo. Aunque el Museo de Ciencias del Padre Suárez ha acumulado, en su más de siglo y medio de vida, otras muchas piezas que están en almacenes y cajones. 



Linterna mágica (1860), primitivo proyector de imágenes.

“El antiguo Instituto Provincial de Granada no es ni más ni menos que el actual IES Padre Suárez”. Con esta frase arranca el libro para ubicar los orígenes y la trayectoria de esta institución por la que ha pasado lo más granado de las personalidades de Granada y parte de Andalucía. El Instituto se ha llamado de varias maneras durante el siglo y medio largo de existencia: General y Técnico, Nacional de Enseñanza, de Bachillerato e Instituto de Enseñanza Secundaria. El apellido de Padre Suárez le fue añadido en el año 1934, poco después de dar por acabadas las obras, tras treinta años de trabajos, y se decidió separar a los niños de las niñas. La consecuencia inmediata fue dejar a los chicos en el Padre Suárez y crear el Instituto Ángel Ganivet para las chicas.

El origen del Instituto General se encuentra en 1845, cuando el Plan Pidal desgajó la enseñanza secundaria de la universitaria

El origen del Instituto General se encuentra en 1845, cuando el llamado Plan Pidal desgajó la enseñanza secundaria de la universitaria. Se pretendía que los institutos fuesen la antesala de la universidad, lo que Luis Castellón llama “universidades de provincia”. Por eso a los institutos provinciales se les dotó de una plantilla de catedráticos -en algunos casos compartidos con las universidades-. 

Y como desde la fundación de los institutos provinciales se pretendió que tuvieran un marcado carácter experimental y práctico, se les dotó de una especie de gabinetes pedagógicos que no eran otra cosa que los instrumentos de física y química que desde entonces han ido acumulando. Este es el principal objetivo del catálogo. 



Gramófono “La voz de su amo” (1914-15)

Los autores del libro, una vez adentrados en la historia del Instituto, repasan las figuras de los catedráticos que con su dedicación y esfuerzo han hecho posible que el Padre Suárez tenga uno de los museos de ciencias más completos de España. Un museo que ha sido muy visitado en años anteriores y que, a pesar de la jubilación de Luis Castellón, todavía es posible visitar con cita previa. Por sus páginas desfilan científicos del prestigio de Rafael García y Álvarez, Fernando González Graffión, Luis Morón y Laminiana, su hijo Luis Morón García, el ayudante Mariano Díez y Alonso, Juan Mir y Peña, Taboada Tundidor, Fernando Mascaró, Rafael Martínez Aguirre… Se trató de una serie de catedráticos de las ramas científicas que se preocuparon durante sus mandatos de acopiar el material que ahora forma parte de este museo. No obstante, en sus mejores tiempos también hubo otras muchas colecciones (como la botánica, hoy cedida a la Universidad), parte de ellas perdidas o dañadas con los trasiegos de los tiempos. Las piezas del Instituto formaron parte de dos exposiciones universales en Barcelona (en 1888 y 1929), donde obtuvieron consideración y reconocimiento.

Las obras comenzaron en 1904 con la presencia de Alfonso XIII, pero una serie de contratiempos las prolongaron hasta 1931, cuando el arquitecto Fernando Wilhelmi extendió el certificado final de la obra

Porque el Instituto y sus colecciones científicas estuvieron dando tumbos en varios lugares, a partir de su fundación en 1845. Primero estuvieron en unas aulas del Colegio Mayor Bartolomé y Santiago, también en una parte de la actual Facultad de Derecho (colegio San Pablo de jesuitas), en la Sociedad Económica de Amigos del País de la calle Duquesa, para acabar en el viejo edificio del actual Conservatorio Victoria Eugenia. Finalmente, ante las malas condiciones del edificio, se optó por buscar un solar de la zona del Triunfo-Gran Vía para levantar un edificio nuevo; el encargado del primer proyecto fue el arquitecto Juan Montserrat (1904). Las obras comenzaron en 1904 con la presencia del rey Alfonso XIII, pero una serie de contratiempos hizo que se prolongaran hasta 1931, en que el arquitecto Fernando Wilhelmi extendió el certificado final de obra. 



1904. Nada más abrir los cimientos para construir el Instituto apreció un manantial que hubieron de canalizar. Al fondo se ven las casas donde poco después fue levantado el edificio Americano.

Entre 1904 y 1931 habían ocurrido muchos inconvenientes: en 1910 murió Juan Montserrat; poco después el contratista de obras; la Diputación, que financiaba parte de las obras, tuvo problemas administrativos y quedaron paradas; una huelga de escultores de la fachada obligó a nueva paralización y cambio de artesanos. Hasta tuvo que intervenir, desde Madrid, Natalio Rivas, en su calidad de ministro. No obstante, y sin que las obras estuviesen completamente acabadas, las clases comenzaron en el edificio en el curso 1918. Dentro de poco se cumplirá el primer centenario del Instituto en este edificio por ahora definitivo.



1910. Habían muerto el arquitecto Juan Montserrat y el contratista de las obras, y Diputación no tenía dinero. Las obras (imagen sobre estas líneas) estuvieron paradas durante mucho tiempo. Abajo, el solar que esperaba a la Escuela Normal.





En esta manifestación de los años veinte ya se aprecia colocada la verja de la zona deportiva.

El libro es sobre todo un catálogo que reflexiona sobre el patrimonio científico acumulado. Contiene casi 800 piezas, clasificadas en veintiocho vitrinas, el taller, cinco mesas, piezas sobre los armarios y el espacio central. Cada una de las fichas consta de los siguientes elementos: una foto al menos, nombre de la pieza, definición de uso o aplicación, año de fabricación, número de inventario y bibliografía, donde se puede ampliar más información sobre el aparato o experimento.

El catálogo está cerrado a fecha 5 de noviembre de 2014.

Luis Castellón ha sido catedrático del IES Padre Suárez. Inició el rescate de este patrimonio ahora catalogado en 1993, con el que se acabó conformando el Museo de Ciencias, del que ha sido su responsable hasta su jubilación en 2015. En 2007 ya publicó Guía Didáctica sobre la visita a las salas de Ciencias Naturales de este Museo; en 2009, editó Historia y actualidad de un Museo científico. Instituto Padre Suárez 1845-2009. En la actualidad preside la Asociación Nacional para la Defensa del Patrimonio de los Institutos Históricos.
José Szmolka Vida es biólogo y experto en fotografía, discípulo de Castellón. Fue profesor del IES Padre Suárez, años en que realizó las fotografías de los instrumentos catalogados, además de otras aportaciones para las fichas. Continúa ejerciendo como profesor de enseñanza secundaria.
MÁS DATOS 

Título: Los Instrumentos de Física y Química del antiguo Instituto Provincial de Granada.

Autores: Luis Castellón Serrano  y José  Szmolka Vida.

Editorial: Diputación Provincial de Granada.

Páginas: 360.

Encuadernación rústica con solapas. Todo color.

Precio: 15 euros. (Se puede adquirir en librerías, en el Centro Guerrero o en el servicio de publicaciones de Diputación de Granada).