SILLERIA DE LA CATEDRAL DE TOLEDO (1489-95)

Crónica de la Conquista de Granada narrada en respaldos de sillas

Cultura - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 19 de Mayo de 2019
Te ofrecemos una singular mirada a la reconquista de Granada: la que ofrecen los 54 paneles de las sillas del coro de la Catedral de Toledo, en un interesante reportaje que, seguramente desconocieras, con la firma del investigador Gabriel Pozo Felguera.
Respaldo dedicado a la rendición de Granada. Es quizás el más fiel de todos los bajorrelieves con el paisaje real: una ciudad amurallada, la Alhambra sobre la colina, los Alijares, el Darro y Boabdil entregando las llaves de la ciudad.
Indegranada
Respaldo dedicado a la rendición de Granada. Es quizás el más fiel de todos los bajorrelieves con el paisaje real: una ciudad amurallada, la Alhambra sobre la colina, los Alijares, el Darro y Boabdil entregando las llaves de la ciudad.
  • El Gran Cardenal Mendoza ordenó grabar la guerra de Granada en 54 paneles de las sillas en el coro de la Catedral de Toledo, como una crónica en tiempo real (1489-95)

  • Las ropas, las armas, las caras de los personajes son muy reales; las descripciones de castillos y ciudades fueron inventadas por el maestro Rodrigo Alemán

Sólo con este titular ya saben a qué me refiero: a los relieves de la guerra de Granada en la sillería de la Catedral de Toledo. En los respaldos de 54 asientos quedaron narrados, prácticamente en tiempo real, las conquistas de ciudades y principales acontecimientos guerreros acaecidos entre 1482 y 1492. El cronista inspirador de las estampas fue el Gran Cardenal Mendoza, quien vivió presencialmente muchas de las batallas; el autor material fue el tallista Rodrigo Alemán. El resultado fue una crónica muy idealizada en lo geográfico, pero muy meticulosa en los aspectos personales. La sillería es una especie de “documental” de aquella guerra para dominar a los musulmanes de España. Se trata de una crónica gráfica digna de ser visitada. Y todo pensado y pagado por el tercer rey de España: Pedro González de Mendoza.

El poder y la riqueza acumulada por la familia Mendoza en la segunda mitad del siglo XV no tiene parangón con ninguna de la actualidad. Los reyes Isabel y Fernando lo fueron gracias su apoyo; las mesnadas de los Mendoza fueron las más numerosas entre el ejército que fustigó a Granada en la etapa de guerra final; fue el Cardenal Mendoza quien consiguió y mantuvo las bulas de cruzada para poder financiar la Guerra de Granada. Y quizás también se debiera a él la idea de acabar con el poder musulmán en la Península.



Retrato del Cardenal Mendoza, pintado tras su fallecimiento.

Pedro González de Mendoza, principal figura religiosa del siglo XV, fue algo más que arzobispo y cardenal primado de España. Se trató de un personaje curiosísimo, a caballo entre lo religioso y lo militar. Entre lo divino y lo humano: lo mismo construyó catedrales y abadías, que actuó como general militar. Y en medio, tuvo varios hijos con dos mujeres, con el beneplácito del Papado.

Pero para lo que atañe a este artículo voy a centrarme en la presencia del Cardenal Mendoza en la guerra de Granada y su crónica de militar esculpida en las sillas de la Catedral de Toledo. El inicio del acoso final comenzó en 1482 con la toma de Alhama por tropas de los Reyes Católicos. Después continuaron diez años de estrechamiento del cerco hasta culminar con la entrega de la capital en 1492.



Bulas de Cruzada. Sixto IV e Inocencio VIII concedieron y renovaron varias bulas de Cruzada a la guerra de Granada. Muchos caballeros europeos no tuvieron que ir a Jerusalén, sino que vinieron a Granada. Con estas bulas de 1482 y 1484 fueron recaudadas ingentes cantidades para guerrear en Granada y construir la Basílica de San Pedro en Roma.

No existe la certeza de que el Cardenal Mendoza estuviese presente en las primeras escaramuzas de 1482. En aquel mismo año fue nombrado Arzobispo de Toledo y se afanaba en  enviar hombres y dinero al frente de guerra de Granada. Sí se tiene la constancia de que su presencia en tierras de la frontera granadina comenzó en la campaña de 1486, con la toma de las fortalezas de Loja y Moclín. Asistió en calidad de general de sus propias tropas. Ya nunca más faltaría su presencia al lado de los guerreros en las siguientes campañas, es decir, la ofensiva del Oeste por tierras malagueñas, la de tierras del Este-Almería y la etapa final en la Vega-Capital.

No existe la certeza de que el Cardenal Mendoza estuviese presente en las primeras escaramuzas de 1482

El Cardenal Mendoza era el encargado de bendecir y cristianizar las iglesias y catedrales que iba creando en las ciudades recién conquistadas. De paso, intentando incluirlas en el extenso patrimonio del Arzobispado de Toledo, su arzobispado particular, el más rico y poderoso de toda España. De hecho, Toledo poseyó durante un tiempo las iglesias y abadías de las comarcas de Guadix y Baza; incluso el arciprestazgo de Huéscar lo retuvo en su poder hasta el año 1953, hace prácticamente cuatro días.



Archidiócesis de Toledo, 1681. Las tierras del Cardenal Mendoza se extendían desde Segovia  hasta Benamaurel y Castillejar.

No hubo nombramiento de nuevo obispo o abad en la tierra recién conquistada que no pasara por las manos de Pedro González de Mendoza. Este poder era explicable debido a la ingente aportación económica, tanto personal como de las arcas del Arzobispado de Toledo, que aportó el Cardenal Mendoza a la guerra. El ejército de los Mendoza siempre estuvo formado por una media próxima a 1.000 caballeros y otros tantos peones durante los diez años que duró la conquista de Granada. Ningún otro ejército nobiliario o concejil se le aproximaba ni lejos.

Crónica esculpida en la sillería

El 30 de diciembre de 1489 fue conquistada la ciudad de Guadix. El final del reino nazarita se veía cercano. Fue el momento en que el Cardenal Mendoza tomó la decisión de comenzar la construcción de la sillería baja del coro de la Catedral de Toledo, prácticamente acabado en lo referido a obra civil. Cada uno de los 54 respaldos de canónigos estaría dedicado a narrar, casi de manera cronológica, la toma de las principales ciudades y castillos del reino musulmán de Granada.

Cada uno de los 54 respaldos de canónigos estaría dedicado a narrar, casi de manera cronológica, la toma de las principales ciudades y castillos del reino musulmán de Granada.

Del trabajo de esculpido se encargaría un tallista alemán de nombre Rodrigo. El artista centroeuropeo llegó a España en busca del abundante trabajo que ofrecía la configuración del nuevo estado unificado por los Reyes Católicos. De Rodrigo no han quedado muchos datos biográficos, sólo que procedía de la baja Alemania y que era muy bueno con las gubias. Los documentos le nombran como “maestre”, “el maestro” y “alemán”. Sin apellido. Al final acabaron apellidándolo Rodrigo Alemán.

El esculpido de la primera silla comenzó en 1489 y se dio por finalizada la serie en 1495, justo con el fallecimiento del Cardenal Mendoza.

La primera impresión que se obtiene al echar una rápida mirada a los respaldos de la sillería es la similitud entre todas las ciudades descritas. Esto nos lleva a la conclusión de que Rodrigo Alemán jamás estuvo en ciudad alguna del Reino de Granada ni se basó en unos dibujos esquemáticos aportados por otra persona. La mayoría de castillos son estructuras similares y repetitivas; seguramente de fortalezas idealizadas de Castilla o extraídas de dibujos centroeuropeos. No aparece un solo arco de herradura. Sólo hay referencias específicas a edificios de un reducido número de ciudades, como son los casos de Málaga, Santa Fe y Granada. Incluso esculpió toma de ciudades amuralladas que no contaban con murallas. Para su identificación casi siempre grabó en una de las torres el nombre de la ciudad en concreto.

Si Rodrigo Alemán no estuvo en Granada ¿En qué se inspiró? Buena parte de los acontecimientos narrados en la sillería eran de dominio público a través de juglares que los iban expandiendo por los pueblos

Si Rodrigo Alemán no estuvo en Granada ¿En qué se inspiró? Buena parte de los acontecimientos narrados en la sillería eran de dominio público a través de juglares que los iban expandiendo por los pueblos. También narrados por las huestes que regresaban a la invernada. No es demasiado probable que se inspirase en las crónicas de los autores (Pulgar, Valera, Alonso de Palencia y Andrés Bernáldez) que participaron directamente en los combates puesto que no estaban publicadas en el momento en que el escultor trabajaba en el vaciado de la caoba.

La conclusión es bien sencilla: Rodrigo Alemán se inspiró en narrar en sus bajorrelieves las historias que le iba contando el Cardenal Mendoza cada vez que regresaba a Toledo. Es decir, la fuente principal de los hechos fue Pedro González y lo que hoy podemos ver es la guerra de Granada interpretada por el mismísimo Cardenal. Idealizada por el Cardenal primado, tanto si vio las ciudades y castillos personalmente, o se guió por lo que le contaron otros capitanes.

Lo que sí resalta es la intención de que la sillería narrase, además de la guerra de Granada, el importante papel jugado por el Cardenal Mendoza en aquel hecho histórico de gran magnitud. Su figura aparece en primer plano, siempre acompañando a la reina Isabel, en varios de los paneles.



Plano del coro bajo, Catedral de Toledo. Disposición de las 54 escenas narradas de las ciudades y castillos tomados entre 1482 y 1492. En ambos largueros figuran, más o menos ordenados temporalmente, los lugares conquistados en las distintas campañas. El cabezal se reserva al apresamiento de Boabdil  (1483) en Lucena y toma de Granada y lugares de la Vega (1491). Hay siete tableros en los que no se indica el lugar concreto de que se trata. No sabemos si porque la muerte del Cardenal Mendoza dejó inacabada la obra. En el caso del tablero 28, algunos autores creen ver una escaramuza en Málaga, otros, en cambio, sostienen que se trata el campamento de Santa Fe.


Alhama, 1482. Los asaltante suben por las murallas; el de la derecha debe ser Juan Ortega de Prado. Se aprecia un repertorio de armas de la época: lombarda a punto de ser disparada, otro rellena su carga, ballestas, espingardas, etc. En la torre del fondo ya hay cristianos levantando la cruz y la bandera.


Loja, 1486. La escena representa dos momentos distintos: la batalla en la parte derecha y la entrada del rey Fernando tiempos después, atravesando ya el rastrillo tras la barbacana.


Moclín, junio de 1486. El grupo del Cardenal Mendoza aparece por la izquierda; el religioso viste capa pluvial de obispo en campaña. A la derecha, el grupo de la reina Isabel va compuesto también por la infanta Juana. Se aprecia el castillo en llamas y con daños producidos por las piedras arrojadas por la artillería.


Baza, diciembre de 1489. La ciudad estuvo asediada durante medio año, de ahí que se vean tiendas del campamento cristiano con sus lombardas. Una comitiva mora sale a entregar la llave del castillo al rey Fernando tras la rendición.


Guadix, diciembre de 1489. El Zagal ha entregado también Guadix y Almería, tras la caída de Baza, y las tropas cristianas acceden al interior sin batallar. A la derecha del rey Fernando cabalga el rey nazarita Zagal. Les acompaña Pedro Hurtado de Mendoza, hermano del Gran Cardenal, que quedó como gobernador de la ciudad.


Santa Fe, 1491. En esta escena se representan varias acciones: el campamento militar amurallado, con iglesia y campana en su interior, diseñado a partir del plano de Briviesca; un puente sobre el Genil comunica un campamento de tiendas en la Vega. A l fondo, izquierda, figura una ciudad en alto, amurallada y con castillo arriba, que debe simular Granada. También a su lado parece esbozarse la zona palaciega de los Alijares. Un moro con su burro y con aparentes prisas parece indicar la huida del territorio. La zona de tiendas pudiera representar el lugar de Churriana donde se negociaban las Capitulaciones. Esta escena ocupa un lugar preeminente de la sillería, a continuación de la de la rendición de Granada capital.