Más viejos, pero no más sabios, disfrutamos con las canciones que forman parte de la banda sonora de nuestras vidas y asistimos al ceremonial de que nuevas generaciones se sumaron a la ceromanía, para perpetuar un legado sonoro que dejaron en forma de cd y vinilo, con DVD y la reedición de toda su obra.

 

Tras 40 conciertos, en todos los escenarios y festivales, también nos dejaron esa amarga sensación de haber vivido un hermoso sueño a duermevela, a la espera, quien sabe, de una nueva maniobra de resurrección. Paciencia, nos sobra para esperar, si es preciso, otros 20 años.

 

Desde aquel 15 de noviembre de 2015 al 17 de diciembre de 2016, en su último y memorable concierto para la historia del rock, El Independiente de Granada prestó máxima atención a los Cero, con todo merecimiento, como la mejor noticia cultural del año que acaba, con la colaboración especial de José Luis Martínez Clares, que nos ofreció reflexiones para conservar, junto a las camisetas, entradas y fotos de los conciertos.

 

091 brilló con luz propia en la ciudad del rock, un proyecto cultural y turístico que avanza, pero que todavía necesita integrar a más bandas, solistas y estilos y a más locales, cuando aún no se ha resuelto el grave problema de los conciertos en directo. Planta Baja pudo reabrir tras el susto del incendio, con una espectacular programación.

 

El Festival Internacional de Música y Danza celebró una nueva edición, con un Fex que crece y tiene vida propia. Nuevos aires buscan las instituciones con el relevo del director, Diego Martínez, al que no se le renovó el contrato y que el año próximo culminará su trayectoria de cinco años. Una sorpresa a medias.

 

Sigue cerrado el Museo Arqueológico, y la plataforma ciudadana mantiene la reivindicación todos los últimos sábados de cada mes. Recientemente, el Gobierno anunció –al fin de todos los fines- que procedía a destinar su partida comprometida para reformar lo que asumió hace tanto ya.

 

También avanza la candidatura de Granada a la Capitalidad Europea de la Cultura para un lejano 2031, aunque aún sin un claro proyecto definido. Nació sin consenso la comisión técnica municipal de la candidatura, en la que sobran arribistas y se echa de menos a más figuras relevantes.

 

Nos queda el José Guerrero, las exposiciones más o menos afortunadas en los edificios institucionales y, por supuesto, el Museo de Bellas Artes en la Alhambra, estandarte y bandera del patrimonio cultural de Granada, que vio sentada en el banquillo a su anterior directora, Mar Villafranca, por el fraude de las entradas. Un triste final a una época de dirección, que tuvo su colofón en el monumental rechazo por parte de la Unesco al Atrio, el megalómano proyecto de Álvaro Siza y  Juan Domingo Santos, de nuevos accesos, que ahora la Junta quiere reformular, con la colaboración del arquitecto portugués.

 

Los festivales de jazz volvieron a completar el aforo, con magníficos carteles, y el Festival de Otoño de Flamenco demostró que Granada debe dar un paso más, porque es territorio del cante y del baile, y pide a gritos más que un Festival una Bienal, que sitúe a la ciudad, a la provincia en el mapa internacional de este arte.

 

Enfilado por sus detractores, el Zaidín Rock cumplió con creces su objetivo, mientras busca una ubicación definitiva que garantice la supervivencia del festival de música gratuito más antiguo de España.

 

En un año de despedidas internacionales, sobre todo en el mundo de la música, se marchó Leornard Cohen, unido inseparablemente a Lorca, como Alfonso Alcalá, el director del Patronato de la Diputación que vela por el legado de Federico, que dejó una imborrable huella.