La plaza de las naranjas (antes de las Palomas)
La Plaza de las Palomas, en el Zaidín, donde se encuentra la histórica biblioteca municipal que lleva el nombre de la escritora Almudena Grandes, va camino de tener que cambiar su nombre por plaza de las naranjas.
La plaza está rodeada de naranjos -ese árbol frutal que ha proliferado en los últimos años por numerosas calles y plazas de la capital con dudosa utilidad, pues da poca sombra y llena el pavimento de sus frutos durante varios meses cada año- y desde hace muchos días las naranjas ocupan el suelo de toda la plaza, algunas ya espachurradas, sin que nadie las recoja ni limpie la zona.
Este periódico ya recogió hace un par de semanas las quejas por la 'invasión' de naranjas en las vías del metro y otras zonas de la ciudad, incluida la Plaza de las Palomas, muchas ya podridas y sin recoger.
Más de 15 días después, las naranjas siguen pudriéndose en la 'antigua' Plaza de las Palomas del Zaidín, hoy 'plaza de las naranjas', en un proceso que se acelera con el fuerte calor de estos días y que, además del problema estético y de salubridad, puede provocar caídas en una zona con una gran presencia de personas mayores.