El profesor y memorialista Alfonso Martínez Foronda, imparte en la Biblioteca del Centro dos charlas al alumnado de 4º de la ESO del IES Albayzín para conmemorar las movilizaciones del 4 de diciembre de 1977 y la aprobación y desarrollo de Constitución Española de 1978. El Director del IES Albayzín, Rafael Pérez Milena, que ha coordinado esta actividad, glosó la figura de Alfonso Martínez no sólo como memorialista, sino como profesor jubilado del Centro, comprometido con las libertades democráticas en su docencia realizando múltiples actividades como recitales poéticos, la creación de grupos de teatro o itinerarios educativos por Granada sobre la historia de la resistencia antifranquista o de personajes como Lorca, Ganivet o Falla, entre otros.

El profesor Martínez Foronda inició su intervención mostrando su preocupación por los nuevos vientos intolerantes que están aflorando en casi todo el mundo y, especialmente, en España, con la aparición de discursos de odio que nos retrotraen a lo peor de nuestra historia

El profesor Martínez Foronda inició su intervención mostrando su preocupación por los nuevos vientos intolerantes que están aflorando en casi todo el mundo y, especialmente, en España, con la aparición de discursos de odio que nos retrotraen a lo peor de nuestra historia. Le recordó al alumnado no es inevitable reabrir las páginas del terror, ni que tengamos que convivir en un círculo infernal de paz y guerra, mostrando su inequívoca repulsa de las guerras de siempre y, sobre todo, el genocidio de Gaza. Y derivado de ello, su preocupación porque se está alimentado desde las redes y desde no pocos medios de comunicación un discurso de intolerancia que es incompatible con los valores democráticos. Criticó que no pocos dirigentes públicos, para enriquecer su imagen tienden a defenestrar al contrario sobre todos los viejos chivos expiatorios que se han dado a lo largo de la historia, judíos, negros, comunistas, hipotéticas conspiraciones y ahora el fantasma de la inmigración.

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Distintas imáganes de la conversación con el alumnado del IES Albayzín.

Una introducción que le sirvió para exponer cómo la Constitución Española de 1978 fue la expresión de la necesidad de acabar con la confrontación anterior, con el fantasma de las guerras civiles y proyectar hacia el futuro un modelo de convivencia basado en la convicción de que todos tenemos verdades relativas, la evidencia de que los contrarios tenían que buscar puntos de encuentro que nos permitieran crear una sociedad más justa y más igualitaria. Precisamente, donde más se detuvo fue en el Título VIII de la Constitución, “De la Organización Territorial del Estado”, uno de los más polémicos, retrotrayéndose al día 4 de diciembre de 1977 y las manifestaciones multitudinarias que llevaron a las calles a más de 2 millones de andaluces que dijeron que querían tener los mismos derechos que las comunidades históricas. Para él esa movilización, nunca vista y en la que él mismo participó en Granada siendo estudiante universitario, fue un punto de inflexión no sólo para la historia de Andalucía, sino para todo el país, pues demostró que había que buscar un nuevo encaje territorial para todas las comunidades de nuestro territorio.

Llegado a ese punto rindió un homenaje a Manuel García Caparrós, un joven de 19 años, militante de CCOO de Málaga, al que mataron de un tiro esa noche de fiesta reivindicativa y que mostraba que había todavía sectores reaccionarios que seguían defendiendo la dictadura

Llegado a ese punto rindió un homenaje a Manuel García Caparrós, un joven de 19 años, militante de CCOO de Málaga, al que mataron de un tiro esa noche de fiesta reivindicativa y que mostraba que había todavía sectores reaccionarios que seguían defendiendo la dictadura. Y Martínez Foronda ese tiró fue no sólo para Caparrós, que nunca volvió a su casa, sino a toda Andalucía, pero gracias al tesón y a la confianza en un futuro mejor, esa reivindicación y todo lo que ella llevaba aparejado, significaba que se había iniciado un camino sin retorno para seguir conquistando las libertades democráticas que hoy gozamos. Y terminó pidiendo al alumnado que no se dejen llevar por bulos, por falsas informaciones, por discursos de odio que, como ha demostrado la historia, acaban en tempestades. Y les pidió algo fundamental: el conocimiento riguroso de la historia para ellos sigan siendo los protagonistas de la la misma y advirtió sin la participación real de la ciudadanía, cada vez se irán restringiendo las libertades individuales, se creará una mordaza sutil a la libertad de expresión y se vaciarán las instituciones democráticas en favor de nuevos césares. Eso, para el profesor, era la antesala de la tiranía y, desde luego, el fin de la libertad.