El Gobierno garantiza que "no se va a parar" hasta llegar a la "última de las exhumaciones" en el Barranco de Víznar
Junto a la fosa de víctimas del franquismo que se está excavando en el Barranco de Víznar, Lugar de Memoria Democrática de Andalucía, donde yacen los restos de las personas que fueron arrojadas a ese pozo tras su ejecución a tiros por los golpistas en 1936 y ante las familias que han acudido a la visita, el ministro de de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, se ha comprometido a seguir adelante con esos trabajos y a colaborar en la puesta en marcha de un centro de interpretación.
"No se va a parar hasta la última de las exhumaciones que sea necesaria aquí en el Barranco de Víznar y en cualquier lugar" de España, ha trasladado el ministro, que ha acudido acompañado por Dolores Delgado, la fiscal de Sala de Derechos Humanos y Memoria Democrática y el secretario de Estado de Memoria, Fernando Martínez.
La visita tenía como objetivo conocer los trabajos que lleva a cabo un equipo de la UGR bajo la coordinación del profesor Francisco Carrión. Desde que comenzó la primera campaña de excavaciones hasta este año, en el que está en marcha la cuarta, se han recuperado los restos de 114 personas. Como hoy el ministro y las personas que han acudido a la visita han podido comprobar, en los cráneos se pueden ver las huellas de los disparos. Agujeros de bala perfectamente visibles.
Torres ha seguido las explicaciones de Carrión y ha escuchado también con respeto y atención a familiares de víctimas del franquismo. Quienes han acudido al Barranco tienen la esperanza de que los restos de sus familiares estén entre los exhumados y anhelan que los restos puedan ser identificados mediante el ADN, que se suma a otras técnicas para llegar a la identificación.
"Mi madre no va a tener tiempo de saber dónde están sus familiares", traslada Agustín Linares al ministro para solicitar que no haya parones en los trabajos de exhumación
"Mi madre tiene 95 años y está al final de sus días. He venido a pedir justicia" en su nombre, ha explicado Agustín Linares al ministro. Ella, como ha trasladado Linares, "no va a tener tiempo de saber dónde están sus familiares", por ello pide que "se siga adelante". Sería "muy duro" tener que "echar tierra" sobre las fosas y que la política de exhumaciones se frenara con otros gobiernos.
Linares también ha reclamado que se aceleren las pruebas de ADN, que van muy retrasadas en Andalucía. Son trabajos muy laboriosos que está llevando a cabo el Laboratorio de Identificación Genética de la UGR, encargado no solo de las identificaciones de Víznar, también de otras fosas como las de Pico Reja. Muy emocionado, ha elogiado la Ley de Memoria y ha pedido también "seguridad" para los familiares que acuden a visitar las fosas de Víznar y a los propios arqueólogos y resto de profesionales que trabajan en las exhumaciones. Porque, como también ha recordado, recientemente un familiar fue agredido brutalmente.
Torres ha conversado también con María Ángeles Martín Soriano. Su abuelo, Francisco Soriano, que trabajaba en labores del campo en Fuente Vaqueros y también en la Perra Gorda, en Granada, puede ser una de las víctimas que yacen en el Barranco. "Lo que queremos es cerrar heridas", le ha transmitido al ministro, a quien ha contado que su madre "no cantó" en su vida, porque siempre estuvo "muerta de miedo". Su abuelo, ha agregado, era "leído y culto" y ese fue su delito, "que sabía", que leía. Y con ese miedo que la familia tuvo, se deshicieron de todos sus libros. Quemando página a página para que no se vieran ni las pavesas.
María Ángeles Martín, su tía Amor y su hermana han entregado muestras de ADN y tienen "mucha esperanza" de que algunos de los restos localizados en el Barranco puedan ser los de su abuelo, Francisco Soriano
A su abuelo se lo llevaron un 18 de septiembre de 1936, cuando tenía entre 46 y 48 años. Cuenta que a ella se le han quedado grabadas las palabras que le dijeron a su abuela, preocupada por el calzado que llevaba: "adonde va no le van a hacer falta zapatos". Días después le entregaron a su abuela el reloj de Francisco.
Como ha explicado después a los periodistas, su madre, que quería hacer Magisterio, tuvo que dedicarse a cuidar a sus hermanas mientras la madre buscaba trabajo donde podía. Planchando o vendiendo en Granada lo que encontraba en Fuente Vaqueros. Muchas puertas no se abrían.
Una tía de Ángeles, Amor, la hija menor de Francisco, aún vive. Era la pequeña y tiene ahora 90 años. "Niña, tú eres el legado. No me pienso morir sin lograr aunque sea un hueso de mi padre". Amor ha entregado su ADN, como María Ángeles y su hermana. Tienen "mucha esperanza" en que se puedan encontrar sus restos.
El ministro ha garantizado que no se va a parar, que habrá fondos para seguir adelante. El propio equipo de Carrión ya tiene planificados nuevos trabjos Toda aquella persona que se defina demócrata "no le puede dar la espalda a esto", ha resaltado el ministro tras reivindicar la Ley de Memoria Democrática, un mensaje con más significado aún en una jornada en la que finalmente se ha producido la renuncia del nuevo director nombrado por el gobierno provincial del PP para el Patronato Lorca por sus vergonzosos calificativos a la Memoria con unos mensajes en redes que extendió también a la familia del poeta.
"Si la Universidad es algo, es memoria", resalta la vicerrectora Margarita Sánchez
Torres ha pedido la implicación de otras administraciones para "caminar de la mano" en la tarea de recuperación de la Memoria. En la visita estaban el alcalde de Víznar, David Espigares (IU), la alcaldesa de la vecina Alfacar, Fátima Gómez (PSOE), así como el de Fuente Vaqueros -localidad natal de Lorca-, José Manuel Molino (PSOE). Junto a ellos la vicerrectora Margarita Sánchez y otros miembros del gobierno de la UGR, institución implicada en la recuperación de la Memoria Democrática, no solo en el Barranco, con un equipo de sus investigadores y especialistas, sino también con el firme propósito de reparar a los miembros de la comunidad universitaria que fueron represaliados por el franquismo. "Si la Universidad es algo, es memoria", ha subrayado Margarita Sánchez para añadir que la "mejor forma de reivindicar" esa Memoria era "saber lo que pasó".
Al Barranco de Víznar han acudido también representantes del movimiento memorialista, como el presidente de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, Rafael Gil Bracero, colectivo que forma parte también de este trabajo, así como el historiador y profesor de la UGR Miguel Ángel del Arco Blanco, entre otros.
Y en eso trabajan los integrantes del equipo de Carrión. El trabajo de campo con las exhumaciones tiene su continuidad en el laboratorio instalado en el Molino de Víznar, donde se documentan y estudian los restos y los objetos recuperados en cada campaña. Como la hebilla y parte de la piel de un cinturón extraído junto a los restos. También a las instalaciones del Molino, cedido por el Ayuntamiento de la localidad para llevar a cabo este trabajo, se ha desplazado el ministro.
De entrada, los propios restos hablan. Como ha afirmado el ministro ante los periodistas, cada vez que se abre una fosa se evidencia que hubo "una barbarie", de ahí la importancia de mostrar lo que ocurrió. "Es un gesto de restitución de la verdad, de la democracia", ha resumido.