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Artículo de Opinión por Francisco Vigueras y Juan Antonio Díaz, de Granada Abierta

"¡Fuera los moros!"

Ciudadanía - Francisco Vigueras y Juan Antonio Díaz - Martes, 18 de Junio de 2019
Francisco Vigueras y Juan Antonio Díaz, de Granada Abierta, recurren a una letra de Carlos Cano para titular un artículo en el que critican la investigación de la UGR sobre el rastro genético de Al Ándalus.
Letra de Carlos Cano y dibujo de Ángel Peña
Letra de Carlos Cano y dibujo de Ángel Peña

El Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada ha publicado un estudio sobre el rastro dejado por los moros en los genes de los andaluces, que nos deja boquiabiertos. Con una ridícula muestra de apenas 150 varones andaluces, llega a la temeraria conclusión de que granadinos, almerienses y malagueños no llevamos sangre mora que contamine nuestras venas y somos descendientes de repobladores castellanos o gallegos. 

Vienen a decir que la expulsión de los moriscos, iniciada por los Reyes Católicos en 1502, continuada por Felipe II tras la rebelión de la Alpujarra (1568-1571) y concluida por Felipe III en 1609, resultó un éxito rotundo. Al parecer, consiguieron echar del suelo patrio a toda la morisma e imponer la pureza de sangre en el sur de España, pues al Andalus fue un paréntesis histórico que duró sólo ocho siglos. Eso sí, nos dejó la Alhambra, la Giralda y la Mezquita como botín de guerra, al que los vencedores están sacando un buen beneficio turístico.

"Y para más despropósito, los autores del estudio relacionan genética con antroponimia para decirnos que, de los 150 apellidos andaluces analizados, la mayoría son de origen castellano"

Y para más despropósito, los autores del estudio relacionan genética con antroponimia para decirnos que, de los 150 apellidos andaluces analizados, la mayoría son de origen castellano. Cuestionan así las investigaciones de historiadores como Américo Castro, Mohamed Azuz Hakim o Elena Pezzi, que nos hablan de los moriscos que no se fueron o, dicho de otro modo, los que se quedaron aquí: "pues les causaba más dolor perder su patria que su libertad personal". Es decir, aquellos moriscos que, obligados por la cruz y la espada, optaron por castellanizarse antes que exiliarse, y cambiaron su nombre de Mohamed por el de Fernando, con tal de permanecer en su tierra, que sus familias llevaban habitando durante siglos.  

Según el estudio eugenésico de la UGR, los andaluces no podemos presumir de mestizaje. Nuestros genes son blancos y bien blancos, aunque no nos guste. Ahora resulta que somos de pura raza aria. Que nos parecemos más a los suecos, que a los moros de Marruecos. Más que una investigación científica, parece un panfleto del grupo ultraderechista VOX, que estará frotándose las manos con semejante regalo de la Universidad de Granada. Sin duda, un estudio que anima a los nostálgicos del franquismo a continuar con su nueva cruzada nacional católica. Recomendamos a tan insignes científicos granadinos que escuchen la canción de Carlos Cano: "Fuera los moros, gritan los loros. Y yo tan campante en mi elefante, con mi chilaba y mi turbante".