Condenados por la reyerta de Motril con heridos de mordeduras de perros a los que azuzaron
La Audiencia de Granada ha condenado a tres años de cárcel por homicidio en grado de tentativa a uno de los cuatro acusados por la reyerta ocurrida en Motril que comenzó cuando dos de ellos azuzaron a sus perros para dañar al resto, lo que terminó en una pelea en la que todos sufrieron lesiones.
La resolución de la Sección Primera de la Audiencia de Granada, que es firme tras haber sido adoptada este viernes de conformidad entre las partes, también impone a este acusado, Francisco L.G., la prohibición de comunicarse o acercarse a menos de 100 metros de sus víctimas durante cinco años, además del pago de las responsabilidades civiles.
Otro de los acusados, Miguel Ángel V.S., ha sido condenado a tres meses de cárcel por un delito de lesiones y a no acercarse a las víctimas durante un año, además de al pago de las responsabilidades civiles, según su abogado, Carlos J. González.
Los otros dos acusados han sido absueltos pues se retiraron los cargos contra ellos.
Según expuso en su momento la Fiscalía en el escrito de acusación, los hechos ocurrieron en la plaza de Santa Clara de Motril, donde estaban dos de los acusados, que azuzaron a los perros contra los otros dos adultos. Esto originó la pelea en la que se usaron una carlanca de púas, una navaja con la que se asestaron varias puñaladas, además de intercambiod de golpes y puñetazos. A consecuencia de la reyerta entre los cuatro acusados, que además dañaron al menor, hubo heridas y lesiones que precisaron hasta hasta dos meses en sanar.
En un principio la Fiscalía calificó los hechos como homicidio en grado de tentativa, otro delito de lesiones y tres faltas también por lesiones. Y pidió para el acusado Francisco L.G. una condena a ocho años de prisión por el homicidio y el pago de mil euros de multa por dos faltas de lesiones, junto a la prohibición de comunicarse o acercarse a menos de 500 metros de sus víctimas durante nueve años. Para Miguel Ángel V.S., solicitó dos años y nueve meses de cárcel por un delito de lesiones y también la prohibición de acercarse a sus víctimas durante cuatro años. Los otros dos acusados se enfrentaban a la petición del pago de 500 euros de multa y la prohibición de acercarse a sus víctimas por las faltas de lesiones.