Compañeras del grupo de terapia de mujeres maltratadas apoyan a Juana Rivas y las asesoras en una emotiva carta

Ciudadanía - IndeGranada - Lunes, 28 de Agosto de 2017
Las compañeras del grupo de terapia de mujeres maltratadas del Centro Municipal de Información a la Mujer de Maracena, a la que asiste Juana Rivas, han mostrado hoy su apoyo a la madre, vecina de esta localidad que finalmente ha entregado esta mañana a sus dos hijos en dependencias de las Guardia Civil.
Concentración en apoyo de Juana Rivas.
P.V.M.
Concentración en apoyo de Juana Rivas.
En una carta enviada a El Independiente de Granada -antes de que se conociera la entrega de los menores-, recuerdan que son un grupo de víctimas de violencia de género de Maracena y Albolote que asisten a terapia junto a Juana Rivas desde que regresara hace más de un año de Italia y denunciara el "infierno" sufrido junto a sus hijos por culpa supuestamente de su expareja, Francesco Arcuri.
 
"Ante tanta crítica de la sociedad vemos que desde fuera comprender el complejo círculo de la violencia es muy difícil", señala el grupo de mujeres en su carta, en la que se refiere a la necesidad de alejar a los hijos de la situación de violencia que es igual a la de las víctimas directas.
 
"Queremos que se escuche nuestra voz frente a tanta locura y tanta injusticia en el caso de nuestra compañera Juana Rivas. ¿Para qué tanta campaña de sensibilización ante la violencia de género, para qué el Pacto de Estado y tanto hablar del interés y la protección al menor?", se preguntan estas mujeres en el escrito.
 
El grupo considera igualmente que la forma de actuar de Juana Rivas ha respondido "al intento desesperado de una madre por proteger a sus hijos" y cree que la justicia, antes de dictar sentencias, debería de resolver su situación como víctima de maltrato y escuchar a su hijo.
 
"Nosotras sabemos que los hijos se convierten en el canal que ellos usan para seguir haciendo daño, por venganza, por ira, por machismo, en su afán de seguir ejerciendo su dominio sobre algo que les pertenece", indica el grupo, que también muestra su agradecimiento a las profesionales del Centro Municipal de la Mujer.
 
Esta es la carta:
 
CARTA DEL GRUPO DE TERAPIA DE MUJERES MALTRATADAS DEL CMIM DE  MARACENA 

Estimad@s señor@s:

Somos un grupo de mujeres víctimas de violencia de género de Maracena y Albolote que asistimos a terapia grupal puesta en marcha por el Centro Municipal de Información a la mujer de Maracena. Grupo al que asiste nuestra compañera Juana Rivas desde hace un año cuando llegó de Italia y denunció el infierno que habían estado sufriendo ella y sus hijos.

Nosotras la conocemos personalmente, con ella hemos compartido todos las sesiones de cada mes, en esta gran familia en la que nos hemos convertido, nuestras vivencias, nuestros dolores, nuestras esperanzas. Aquí y solo aquí nos permitimos desnudarnos, abrirnos la piel y mostrar nuestras heridas en toda su crudeza. Aquí y solo aquí , por no romperles el alma a nuestros seres queridos y porque sabemos que aquí vamos a ser comprendidas y no vamos a ser juzgadas. Juntas, de la mano de nuestra psicóloga, que se ha convertido en nuestra luz, hemos trabajado por comprendernos a nosotras mismas y dilucidar  cómo ha podido sucedernos esto, por perdonarnos el sentimiento de culpa o la vergüenza de haber soportado tanta humillación y no haber sido capaces de reaccionar antes, intentando reconstruir nuestras vidas y volver a ser las personas que éramos antes.



Ante tanta crítica de la sociedad vemos que desde fuera comprender el complejo círculo de la violencia es muy difícil , pero hay que saber que los primeros pasos hacia el infierno son muy sutiles y vienen entremezclados con signos de amor, rodeados de ilusiones, de expectativas de una vida en común feliz. Poco a poco sin apenas darnos cuenta, igual que sube la marea el control se extiende y llega el aislamiento, la pérdida de autoestima y nos hemos visto ahogadas en un mar de abuso, inmersas en una violencia repetida e intermitente, paralizadas en esa alternancia entre el refuerzo de nuestro amor y el castigo por razones que no alcanzábamos a comprender. Para entonces, en nuestra mente ya distorsionada, el vínculo  traumático, la dependencia con nuestro agresor y la creencia de que el amor todo lo puede nos ha llevado en muchos casos a creer en promesas de cambio que nunca llegarán, a dar mil y una oportunidades sin sentido, a retirar denuncias, a declarar a favor ante el juez  antes de la condena y tantas cosas que a veces se nos reprocha desde la incomprensión y el desconocimiento. Estamos ciegas dentro de un Síndrome de Estocolmo Doméstico que en realidad nos ayuda a sobrevivir dentro de la locura y al mismo tiempo nos congela y nos impide salir de ella. Sin hablar del miedo, un miedo que nos paraliza, miedo a denunciar y a huir ,sobre todo miedo ante la reacción imprevisible y brutal de aquel que nos somete con agresividad y amenazas. Y a pesar de todo hemos sido valientes y llega el día en el que despertamos y sacamos el coraje para  huir, para decidir volver a ser libres, para luchar por una nueva vida, por nosotras y sobre todo por proteger a nuestros hij@s. Por alejar a nuestros niñ@s de la situación de violencia porque son al igual que nosotras victimas directas.

Queremos que se escuche nuestra voz frente a tanta locura y tanta injusticia en el caso de nuestra compañera Juana Rivas.¿ Para qué tanta campaña de sensibilización ante la violencia de género, para qué el Pacto de Estado y tanto hablar del interés y la protección al menor? si al final solo se la está culpabilizando y cuestionando a ella. Su forma de actuar  responde al intento desesperado de una madre por  proteger a sus hijos. Por favor la justicia  antes de dictar sentencias, debería de resolver su situación como víctima de maltrato y  escuchar a su hijo. Juana ha estado y está protegiendo a sus hijos por encima de todo. Nosotras sabemos mejor que nadie que un hombre que maltrata a una mujer  no es un buen padre, pero por lo que vemos esto para la justicia  no es así y en una supuesta defensa del bienestar de los hij@s se mantiene o se impone la relación con la persona que ha maltratado a su madre. Estamos hablando de hombres violentos y a nosotras ya  nos han demostrado que no van a cambiar fácilmente, lo van a seguir siendo, o con sus nuevas parejas o incluso con sus hijos directa o indirectamente. Además nosotras sabemos que los hijos se convierten en el canal que ellos usan para seguir haciendo daño, por venganza, por ira, por machismo, en su afán de seguir ejerciendo su dominio sobre "algo" que les pertenece. Esta es nuestra realidad.

Por otro lado queremos hacer saber, a todos aquellos que lo cuestionan, que gracias a  la ayuda de las profesionales del CMIM de Maracena, estamos de pie, que desde el minuto en que hemos entrado por sus puertas  perdidas y asustadas, tanto su asesora Paqui Granados ,como su psicóloga Maite Sanz y las demás trabajadoras del centro, nos han hecho sentir de verdad lo que en tantas campañas publicitarias se repite: Que no estamos solas. Gracias Paqui Granados, Gracias Maite Sanz, Gracias a Mercedes García, la psicóloga que acompaña al grupo de terapia, por habernos tratado con tanta sensibilidad y profesionalidad como lo habéis hecho, por acompañarnos y ayudarnos en nuestro camino. No encontramos palabras para expresar la importancia de la labor que hacéis ni el valor de la huella que habéis dejado en nuestras vidas: Gracias.
 
Sabemos que la lucha de Juana Rivas  por proteger a sus hijos, sus denuncias, sus lágrimas, sus  gritos, su desesperación, su rostro de dolor, no son falsos. En nuestras reuniones alrededor de la mesa de esa sala que se ha convertido en nuestra propia casa no hay lugar para el engaño, la falsedad o el fingimiento. Y queremos gritarlo desde lo más profundo de nuestro dolor y nuestra indignación.
 
Nosotras en este grupo de terapia intentamos curarnos ayudándonos las unas a las otras después de este duro camino, conscientes de que mientras, otras mujeres o sus hij@s pierden la vida en el intento. Nos ha costado mucho llegar hasta aquí y como ustedes comprenderán no nos vamos a rendir ahora, lucharemos hasta que se haga justicia.
 
Porque todas somos Juana.