La calle Molinos se ensancha
Ha comenzado el derribo de la casilla número 10 de la calle Molinos. Es el único edificio que quedaba de la antigua y estrecha calle proveniente del siglo XVIII. Esta pequeña edificación estrechaba la calle en su comienzo, aproximadamente hasta la mitad de su anchura. Con su demolición y reforma se va a permitir realinear toda la acera de los números pares. Esta vía ganará en anchura en este punto.
En los años setenta del siglo pasado también se aprovechó para realinear la fachada de enfrente con motivo del derribo de la Casa de los Siete Moros. Son pocos los rinconcillos que aún quedan en esta vía
La vieja calle Molinos de etapa renacentista ha venido siendo ensanchada desde principios del siglo XX, cuando se instaló la primera línea de tranvía hasta las Vistillas y se aprovechó para remodelar algunos edificios. Toda la línea de fachada entre la Plaza del Realejo y la calle Sor Cristina Mesa (antiguo Corral del Paso) se fue retranqueando durante el primer tercio del siglo XX, a partir del incendio de las corralas en 1915 y reconstrucción de todos esos edificios. Posteriormente, con el derribo del Presidio de Belén se ensanchó la parte central de la calle, frente a los Hotelitos o Huerta de Belén.
En los años setenta del siglo pasado también se aprovechó para realinear la fachada de enfrente con motivo del derribo de la Casa de los Siete Moros. Son pocos los rinconcillos que aún quedan en esta vía.
La cara de esta casa que mira al Este exhibe desde hace años el mural del Pensador, obra de El Niño de las Pinturas.