'La buena educación'

La mirada del rico hacia el pobre es benevolente. Ellos, los ricos, toleran al pobre con suficiencia, con desdén, condescendientes, casi perdonando su existencia, no por compasión o por afecto, ni siquiera por esa caridad cristiana que abanderan cada domingo, los toleran porque los pobres son necesarios. Necesitan al pobre para reafirmar su calidad de rico, de la misma manera que el flaco necesita al gordo para saberse flaco y el bello necesita al feo para saberse bello. El rico, además, necesita al pobre para seguir siendo rico, lo necesita para que el sistema no se rompa.
Hubo un tiempo en el que el rico daba por hecho la mala educación del pobre, disculpaba los modales porque ese era, y debía ser, su rol
Hubo un tiempo en el que el rico daba por hecho la mala educación del pobre, disculpaba los modales porque ese era, y debía ser, su rol. Pero el pobre, para ocultar su condición de pobre, cuidaba en exceso el comportamiento y se empecinaba en inculcar a sus hijos un proceder ejemplar, para no sentir sobre ellos la vergüenza de la mirada inquisitiva y benevolente del rico; mientras que el rico presuponía que la riqueza y el poder, por sí solos, transmitían valores suficientes a sus vástagos. Luego el hijo del pobre, fatalidad para el rico, llegó a la universidad y, además, de educación, adquirió conocimiento, mientras el hijo del rico, se dedicó a disfrutar de la riqueza, olvidando las formas más elementales, jactándose soberbio de su falta de educación y de conocimiento. Y el dios cristiano (ya que parece que el resto de los dioses están tan confundidos en los tiempos que vivimos) me libre de generalizar en este relato.
Intento comprender el sentido, si lo tiene, de la mala educación y el mal gusto de un partido político que supuestamente representa a la clase exquisita, a aquellos a los que se les presuponía la educación
Intento comprender el sentido, si lo tiene, de la mala educación y el mal gusto de un partido político que supuestamente representa a la clase exquisita, a aquellos a los que se les presuponía la educación. Intento explicar lo inexplicable, porque no tiene razón de ser denostar al oponente político con el insulto más burdo y alentar a la masa para que vocifere al presidente del gobierno, lo hayan votado o no, llamándolo "perro". ¿Qué tipo de gente, sobre todo si tiene perro y lo quiere, consideraría al can animal propicio para el desprecio? Los que hoy utilizan "perro" como insulto al presidente, son los mismos que defienden a capa y espada a Israel y, lo que es peor, justifican lo que ni el rey de los judíos nacido en un pesebre admitiría, la masacre en Palestina. Son los mismos que enaltecen (en Granada cada 2 de enero) los tiempos de Isabel la Católica, y por ende los tiempos de Tomás de Torquemada, "martillo de los herejes, relámpago de España, protector de su país, honor de su orden"; los mismos que desde el siglo XIV, ¡vive dios con la casualidad!, vienen utilizado la expresión "perro judío" para insultar. Los mismos podencos eficaces y predispuestos que en los tiempos del nazismo actuaron como excelentes cazadores de judíos en fuga para la Alemania de Hitler.
Llaman perro al presidente de su país, lo llaman "hijo de puta", un agravio machista y ultrajante para la mujer, por lo que no tiene ninguna gracia el "me gusta la fruta" con el que la señora Ayuso se regodea exhibiéndose autocomplaciente y satisfecha de su cinismo
Llaman perro al presidente de su país, lo llaman "hijo de puta", un agravio machista y ultrajante para la mujer, por lo que no tiene ninguna gracia el "me gusta la fruta" con el que la señora Ayuso se regodea exhibiéndose autocomplaciente y satisfecha de su cinismo. Porque arremeter contra el presidente es arremeter contra la institución que representa; es denostar la democracia que en el fondo les molesta, les ha molestado siempre, y el señor Miguel Tellado lo dejó claro cuando declaró: "Aquí podemos empezar a cavar la fosa donde reposarán los restos de un gobierno que nunca debió haber existido en nuestro país". Si la opinión pública demócrata se echó las manos a la cabeza ante semejante disparate al mencionar las fosas, yo me las echo, además, al escuchar "no debió haber existido en nuestro país", una afirmación rotunda propia de estados totalitarios que consideran que no puede haber otra forma de gobierno que no sea la suya. Actitudes tan distantes de aquellas de Zapatero con Hugo Chávez defendiendo a la institución democrática que había representado Aznar como presidente: "¡Respeto! Se puede estar en las antípodas de una posición ideológica, no seré yo el que esté cerca de las ideas de Aznar, pero el expresidente Aznar fue elegido por los españoles, exijo ese respeto por una razón: hay una esencia y un principio en el dialogo y es que para respetar y ser respetado debemos procurar no caer en la descalificación".
No caer en la descalificación es difícil si no se posee argumentación para rebatir ideas opuestas, creatividad para proponer las ideas propias, respeto al otro
No caer en la descalificación es difícil si no se posee argumentación para rebatir ideas opuestas, creatividad para proponer las ideas propias, respeto al otro. Lo único que queda es el insulto grosero, impropio de la clase que les apoya. El secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano, llama "gentuza" a los manifestantes pro-Palestina, pero no le parece un comportamiento propio de gentuza corear insultos al presidente. Parece que desconocen cualquier opción que no sea colocarse en el no si el otro está en el sí o viceversa, aunque contradecir por contradecir les aleje de sus principios. Apoyan a Israel porque el gobierno apoya a Palestina, y en el fondo a quien apoyan es a Torquemada, no les importan ni judíos ni musulmanes. La explicación titubeante y burda del portavoz del PP de la Asamblea de Madrid, Carlos Díez-Pache en la que niega el genocidio sobre Gaza con la increíble argumentación: "curioso genocidio en el que Israel avisa antes de atacar, porque intenta no causar ningún daño a la población civil", no provoca risa porque se impone el respeto a los más de 65.000 muertos.
Escucho los improperios de los dirigentes del PP, de Vox, la desesperación que arrastran sus palabras, hasta sus movimientos, el ansia que les provoca no tener el control, escucho a la señora Ayuso, observo su extraña mirada, escucho a Feijóo, ciertas expresiones inquietantes en el rostro de Miguel Tellado, veo la brutalidad que transmite Abascal, y, en esos extraños juegos de la memoria, me viene el recuerdo de los personajes del film de Bernardo Bertolucci, Novecento, los terroríficos Attila Mellanchini y Regina, y caigo en la cuenta de que en este cortijo que es España, los capataces, que nunca quisieron saber de educación, son ahora los que están desplazando al señorito y amenazan con zaherir, vejar y humillar al campesino, que de eso sí saben.
Ha publicado: Peces en la Tierra. Antología de mujeres poetas entorno a la Generación del 27 (Vandalia. Fundación José Manuel Lara, 2010), Con un traje de luna. Diálogo de voces femeninas de la primera mitad del siglo XX (Vandalia. Fundación José Manuel Lara, 2022), Rafael Guillén. Del conocimiento al asombro (Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, Junta de Andalucía, 2022), El haza de las viudas (Espuela de Plata. Renacimiento, 2008), Todos los cuentos, el cuento (Col. Narrativa, Diputación de Cádiz, 2007); entre las ediciones críticas destacan: El diván del Tamarit de Federico García Lorca (Cátedra, 2018), Una sombra entre los dos de Elisabeth Mulder (Renacimiento. 2018), El retablo de Salomé Amat de Elisabeth Mulder (Renacimiento, 2021) y Sinfonía en Rojo de Elisabeth Mulder (Tigres de papel, 2022).
Cofundadora de la editorial ELENVÉS EDITORAS, dirige la colección Bernal de narrativa.
Foto: Luis Serrano