'30 lecciones que nos enseña esta pandemia'
¿Qué hemos aprendido de las necesidades que nos ha dejado la pandemia?
1. Necesitamos sistemas de salud resilientes
2. Necesitamos invertir en difusión y protocolos de vacunación
3. Necesitamos defender la integridad de la ciencia y plantear la importancia de la creencia en expertos/as
4. Necesitamos abolir la retórica y adherirnos a la verdad, desde el punto de vista de la unidad de acción
5. Necesitamos centrarnos en la equidad
6. Necesitamos cuidar la salud desde una perspectiva global con refuerzo de la salud pública
7. Necesitamos apoyar el enfoque de "un mundo, una salud" con una visión de protección de los más vulnerables
8. Necesitamos hacer de las tecnologías sanitarias digitales un canal más para la prestación de atención primaria de salud y reforzarla
9. Necesitamos proteger a los trabajadores de la salud
10. Necesitamos estar preparados para situaciones especiales en la pandemia
10 cuestiones a destacar de las ideas que nos han pasado durante la covid-19:
1.- Poco aprendido de ola a ola
2.- Rapidez en el desarrollo de las vacunas
3.- Poco interés en reformas a nivel global
4.- Falta de liderazgo a nivel autonómico e internacional
5.- Polarización de análisis de medidas: alarmismo vs no pasa nada
6.- Poco interés en fortalecer el sistema de salud
7.- Falta de visión, con la necesidad de vacunar globalmente
8.- Abandono y ataques hacia profesionales salud
9.- Poco interés en involucrar a la población en el diseño de medidas y la comunicación de riesgos
10.- Poco interés en evaluar respuestas y prepararnos futuras amenazas desde visión multisectorial
10 lecciones en profundidad, en la línea de lo planteado por diversos expertos:
Número 1:
En un mundo globalizado, donde el trasiego de personas es enorme, una epidemia severa se extiende a una velocidad inimaginable. Ello requiere de acciones drásticas para contener su diseminación, las cuales son más eficaces cuanto más tempranas.
Necesitamos tener más capacidad anticipatoria, más instrumentos jurídicos de carácter vinculante, mejor preparación pandémica, mejores planes de contingencia y una mejor gobernanza internacional, autonómica y nacional
Por tanto necesitamos tener más capacidad anticipatoria, más instrumentos jurídicos de carácter vinculante, mejor preparación pandémica, mejores planes de contingencia y una mejor gobernanza internacional, autonómica y nacional.
Hay que invertir más en recursos humanos, tecnológicos y organizativos dedicados a la prevención y anticipación de emergencias sanitarias internacionales, como una Agencia Estatal de Salud Pública..
En las comunidades autónomas, los servicios de salud pública reciben habitualmente menos del 2% del presupuesto destinado a sanidad, y con una proporción mayoritaria de este (pudiendo llegar hasta el 80%) destinado a la compra de vacunas. Esta desatención se ha plasmado en ocasiones en la disolución de instituciones de formación e investigación de salud pública en varias comunidades autónomas. Todo ello no nos debe hacer olvidar que algunos de los que critican a la Organización Mundial de la Salud (OMS) son los mismos que han ido reduciendo su presupuesto. Pero si aspiramos a una salud pública solvente y socialmente deseada, con capacidad de influencia y acción en todo su potencial, es preciso revisar críticamente la parte atribuible, a los que conformamos el sistema o la comunidad de salud pública. Y también que recordemos, quizás ahora más que nunca, que la salud pública no es solo vigilancia y control de brotes infecciosos.
Número 2:
La evolución de la pandemia ha revelado que los paradigmas clínicos y epidemiológicos en los que estaban basadas las recomendaciones técnicas para controlar la diseminación de enfermedades transmisibles respiratorias quedaron desbordados y han tenido que ser revisados, a veces a marchas forzadas.
Desde la transmisión también por aerosoles, pasando por la recomendación sobre el uso de mascarillas y, muy especialmente, el hecho de que existe una enorme transmisión silenciosa por personas infectadas que son asintomáticas, lo cual obliga a hacer muchas más pruebas diagnósticas para detectar tempranamente, así como fortalecer los rastreos y aislamientos
Desde la transmisión también por aerosoles, pasando por la recomendación sobre el uso de mascarillas y, muy especialmente, el hecho de que existe una enorme transmisión silenciosa por personas infectadas que son asintomáticas, lo cual obliga a hacer muchas más pruebas diagnósticas para detectar tempranamente, así como fortalecer los rastreos y aislamientos. Esto no se comprendió en un principio y ha tardado mucho tiempo en ponerse en práctica.
Se recomienda reformar las estrategias de vigilancia y prevención de las próximas pandemias y poner de relevancia los aprendizajes de las redes comunitarias.
Número 3:
La pandemia nos ha mostrado la enorme fragilidad de las personas mayores de 75 años, antes del advenimiento de la vacuna.
A ello, se ha sumado la tremenda vulnerabilidad que suponen las residencias de ancianos, donde se han generado un altísimo número de contagios y una elevada proporción de fallecimientos.
Es necesario blindar de manera eficaz las residencias geriátricas y modificar los modelos de atención sociosanitaria
Es necesario blindar de manera eficaz las residencias geriátricas y modificar los modelos de atención sociosanitaria.
Número 4:
Se ha producido en momentos de la pandemia, un colapso asistencial con graves consecuencias sobre la atención de las personas afectadas por covid-19 y sobre personas con otras patologías, produciendo desatención, falta de oportunidad en procedimientos diagnósticos, intervenciones quirúrgicas y atención médica y de enfermería.
Necesitamos fortalecer los sistemas públicos de salud
Todo ello ha generado una mortalidad excesiva. Eso nos dice que necesitamos fortalecer los sistemas públicos de salud.
Número 5:
Las llamadas medidas no farmacológicas son fundamentales para disminuir los contagios y sus consecuencias en la población.
Los toques de queda amplios, los cierres tajantes y los confinamientos severos son medidas que bajan la incidencia y reducen el número de fallecimientos
Los toques de queda amplios, los cierres tajantes y los confinamientos severos son medidas que bajan la incidencia y reducen el número de fallecimientos. Además terminan por ser medidas, y más si se aplican con prontitud, que permiten restablecer con más prontitud, la actividad económica y social. Este tipo de medidas deben ser acompañadas de apoyos económicos y mecanismos de apoyo social.
Número 6:
Hubo una gran cooperación científica internacional, con más de 300.000 artículos publicados sobre la covid-19, que permitió, la secuenciación del genoma del virus y desarrollar con prontitud pruebas diagnósticas sensibles y específicas, además de vacunas en tiempo récord. Sin embargo las vacunas siguen siendo un bien escaso y no accesible en todos los países. Ello está permitiendo oportunidades para que el coronavirus siga circulando y eventualmente mutar.
La ausencia de mecanismos efectivos de gobernanza sanitaria mundial sigue pasando una pesada factura
La ausencia de mecanismos efectivos de gobernanza sanitaria mundial sigue pasando una pesada factura.
Número 7:
Se requieren instrumentos y medios para hacer posible la seguridad sanitaria mundial, como pruebas diagnósticas, EPIs, respiradores, y medicamentos específicos o en investigación.
Todos estos instrumentos deben ser aplicados y distribuidos con criterios de equidad. Es necesario fortalecer la salud pública y la atención primaria
Número 8:
Nuestras sociedades no han internalizado que en este tipo de situaciones, lo individual es colectivo y lo colectivo es también individual. Un ejercicio de responsabilidad es al mismo tiempo individual y social. Nos hemos quedado cortos en el compromiso de protegernos y proteger a los demás.
No hemos sabido poner en práctica una comunicación y una pedagogía social para revertir la tendencia basada en la reticencia a cumplir con las restricciones
No hemos sabido poner en práctica una comunicación y una pedagogía social para revertir la tendencia basada en la reticencia a cumplir con las restricciones.
Número 9:
La prolongada duración de la pandemia ha generado un gran impacto psicosocial que ha afectado a la salud mental de las personas, generando la fatiga pandémica.
Esto hace más difícil apelar a la resistencia, la paciencia y la disciplina necesarias para proseguir la lucha contra la pandemia.
La prolongada duración de la pandemia ha generado un gran impacto psicosocial que ha afectado a la salud mental de las personas, generando la fatiga pandémica
Es necesario prestar atención prioritaria a este problema, con soluciones imaginativas.
Número 10:
Las decisiones de las autoridades sanitarias para enfrentar la pandemia, afectadas en gran medida por la “fatiga pandémica”, no se han apoyado suficientemente en las recomendaciones de los profesionales expertos.
La confrontación político-partidista ha entorpecido la lucha contra la pandemia. La pandemia ha agrandado la brecha de las desigualdades en salud
No se ha construido el diálogo, además de la cogobernanza necesaria, mediante la participación de quienes puedan asesorar con mayor objetividad, con espíritu crítico y sin sujeción a posicionamientos político-electorales.
La confrontación político-partidista ha entorpecido la lucha contra la pandemia. La pandemia ha agrandado la brecha de las desigualdades en salud.
En definitiva:
─ Es imprescindible trabajar con paciencia y humildad.
─ Es importante reaccionar a tiempo y rectificar el rumbo cuando sea necesario.
─ Es necesario reforzar la salud pública y apostar por la atención primaria. Imprescindible hoy y de cara al futuro.