14 de Abril honra la memoria de los motrileños deportados a campos nazis
La Asociación 14 de Abril ha honrado la memoria de los motrileños que fueron deportados a campos nazis, donde murieron algunos de ellos, con la colocación de veinte piedras en su recuerdo.
El colectivo ha trabajado durante los últimos años en el proyecto 'Stolpersteine' para colocar en las calles de la ciudad veinte 'piedras de la memoria' en recuerdo de los motrileños que fueron confinados en campos de concentración nazis donde les fueron arrebatadas sus vidas.
Con la participación de su creador, el artista alemán, Gunter Demnig, la Asociación 14 de Abril ha colocado este domingo las primeras cinco piedras y a lo largo de las próximas semanas, con la colaboración del Ayuntamiento de Motril, se instalará el resto.
Finalmente las placas serán veinte, ya que la placa de Francisco Casares se colocará en la localidad catalana de Sant Just Desvern a propuesta de su Ayuntamiento, de acuerdo con la familia Casares.
La primera piedra ha sido la de Antonio Estévez, en la calle del Santísimo, frente al número 10; a estas le han seguido las correspondientes a Antonio Medina, calle Algarrobillo, 8; Antonio Fernández, calle Tito,5; Antonio González, plaza de San Agustín y, por último, la de José Constán, en la calle Paulino Bellido, frente al número 2.
El proyecto Stolpersteine en Motril está siendo financiado con fondos propios de la Asociación 14 de Abril, si bien estaba inicialmente aprobado por la Diputación de Granada y pendiente de resolución definitiva.
Stolperstein, un proyecto artístico y memorial con reconocimiento internacional
Las 'Stolperstein' son pequeñas placas de latón conmemorativas que se incrustan en las aceras frente a las últimas residencias conocidas de personas que fueron perseguidas y asesinadas durante el régimen nazi en Europa con la colaboración de la dictadura franquista.
El objetivo de este proyecto es mantener viva la memoria de las víctimas individuales del Holocausto y recordar la tragedia que representó este sombrío capítulo de la historia
Según explica 14 de Abril, el objetivo de este proyecto es mantener viva la memoria de las víctimas individuales del Holocausto y recordar la tragedia que representó este sombrío capítulo de la historia. Cada piedra lleva grabado el nombre de la persona, su fecha de nacimiento, la fecha de deportación o arresto y la fecha y lugar de su muerte.
Estas piedras funcionan como pequeños recordatorios y testimonios concretos de la persecución sufrida por millones de personas durante el Holocausto. Son colocadas con el consentimiento de los residentes actuales del edificio, de manera que el proyecto también involucra a la comunidad local y promueve una reflexión sobre la historia y la responsabilidad colectiva.
Gunter Demnig es un artista alemán nacido en Berlín el 27 de octubre de 1947. Se formó como ceramista y trabajó en distintos proyectos artísticos antes de desarrollar las "Piedras de la Memoria". El proyecto comenzó en 1992 como una iniciativa artística personal de Demnig para conmemorar a las víctimas del Holocausto y ha crecido desde entonces hasta convertirse en un fenómeno a nivel internacional.
Demnig ha sido honrado con numerosos premios y reconocimientos por su labor en mantener viva la memoria de las víctimas y por su contribución a la cultura y la historia de Europa. Su obra ha sido fundamental en el desarrollo del arte conmemorativo y la conciencia histórica en la sociedad contemporánea.
El proyecto de las "Piedras de la Memoria" ha tenido un impacto significativo en diversas comunidades y ha llevado a una mayor comprensión y reflexión sobre el Holocausto y sus consecuencias. Demnig ha continuado trabajando en nuevas instalaciones y expandiendo el proyecto a lo largo de los años, generando un importante legado artístico y social.
En relación con las víctimas que son objeto de este reconocimiento, desde la Asociación se ha informado de que en su mayoría eran republicanos que habían cruzado la frontera francesa en los últimos meses de la Guerra de España y que pasaron a formar parte del Ejército francés o se integraron en la Resistencia para combatir del lado de los aliados contra el ejército nazi, contribuyendo de manera decisiva a su derrota final.
Muchas de estas personas refugiadas fueron confinadas en más de una veintena de campos por todo el suroeste francés, de los Pirineos orientales a los Pirineos atlánticos y, abandonados y despreciados por el régimen franquista, acabaron siendo trasladados a diferentes campos de exterminio nazis, en los que a muchos de ellos les fue arrebatada su vida.
