Por tercera vez en esta legislatura se ha aprobado un proyecto de Presupuestos Generales del Estado por el gobierno de coalición progresista, (utilizo este término en contraposición al de social-comunista que, de manera machacona, utilizan de manera despectiva, los que aún no han asumido el resultado de las últimas elecciones generales). En las dos ocasiones anteriores consiguió, posteriormente, el apoyo de las Cortes Generales y los presupuestos salieron adelante. 

Malas noticias para los del “cuanto peor, mejor”, para los que han confiado su éxito electoral a que la cosa vaya mal, (y sobre todo a que pinte muy mal), como si los problemas mundiales sólo fueran locales y la culpa de todo fuera de Pedro Sánchez, al que toda la estrategia destructiva de la oposición, y de sus potentes y numerosos aliados mediáticos, va dirigida

No es momento, ni mi intención, hablar de la importancia de que un gobierno, cualquier gobierno, en cualquier circunstancia, cuente con unos Presupuestos para llevar adelante sus iniciativas políticas pero, incluso para los menos conscientes de esta necesidad, a nadie se le escapa que en el escenario social y económico internacional actual que vivimos, (o sufrimos, según se mire),  es muy necesario contar con esta herramienta que fija un cuadro macroeconómico y que supone una garantía de estabilidad, seguridad y eficiencia económica. En nuestro caso y a pesar de las incertidumbres y la ‘liquidez’ de cualquier escenario que podamos dibujar, estamos en una senda de crecimiento fuerte y sostenido, en comparación con los países de nuestro entorno europeo, y sin síntomas de desaceleración económica (toquemos madera). Malas noticias para los del “cuanto peor, mejor”, para los que han confiado su éxito electoral a que la cosa vaya mal, (y sobre todo a que pinte muy mal), como si los problemas mundiales sólo fueran locales y la culpa de todo fuera de Pedro Sánchez, al que toda la estrategia destructiva de la oposición, y de sus potentes y numerosos aliados mediáticos, va dirigida.

Ahora la tramitación parlamentaria será transmitida por parte de gran parte de los medios de comunicación, con angustia, como lo han sido otras votaciones parlamentarias, minuto a minuto, y como si fuera la Champions League; pero lo cierto es que, a pesar de la compleja situación de esta legislatura, con pandemia y guerra incluidas, y de lo fragmentado del Congreso de los Diputados, (y que el gobierno no cuenta con una mayoría absoluta), se han ido aprobando, no sólo los diferentes presupuestos, sino también una batería de medidas del gobierno y de iniciativas legislativas, de gran calado social muchas de ellas. 

El 70 por ciento de las normas con rango de ley ha tenido una mayoría igual o mayor de 195 votos, lo que quiere decir que el llamado gobierno débil e inestable, se ha mostrado bastante fuerte y goza de mayor solidez de la que sus detractores pregonan, y quisieran

Aunque es cierto que algunas de estas ‘finales’ han sido de infarto (especialmente el de la reforma laboral en el que el gobierno consiguió la victoria con un gol en propia puerta del PP, en el último minuto), en la mayoría de las ocasiones la victoria ha sido holgada, (algunas por goleada, incluso), obteniéndose un amplísimo respaldo de diferentes grupos parlamentarios que se ha sumado al bloque de los socios de gobierno. El 70 por ciento de las normas con rango de ley ha tenido una mayoría igual o mayor de 195 votos, lo que quiere decir que el llamado gobierno débil e inestable, se ha mostrado bastante fuerte y goza de mayor solidez de la que sus detractores pregonan, y quisieran.

Estas mayorías se han conformado de manera asimétrica, en unas ocasiones con los grupos de la llamada ‘mayoría de investidura’, en otras ocasiones con mayorías formadas o reforzadas con otras formaciones diferentes, incluida la oposición de derechas. También es verdad que para los asuntos sociales y económicos, claves de este mandato, el gobierno no ha contado con el tridente de derechas, ni antes con Casado ni ahora con Feijóo, en esto tampoco hay mucha diferencia.

Pero aparte de ‘necesarios’ considero que estos PGE deben calificarse como ‘justos’ y confirman que hay una manera diferente de abordar una crisis económica, y de plantear la salida, de la que padecimos anteriormente y en la que muchos opinadores decían que eran inevitables los recortes sociales y los sacrificios de los trabajadores

Pero aparte de ‘necesarios’ considero que estos PGE deben calificarse como ‘justos’ y confirman que hay una manera diferente de abordar una crisis económica, y de plantear la salida, de la que padecimos anteriormente y en la que muchos opinadores decían que eran inevitables los recortes sociales y los sacrificios de los trabajadores. Son los mismos que dicen que no es conveniente la subida de impuestos a los muy muy muy ricos, los que decían que subir el Salario Mínimo Interprofesional iba a provocar más paro o los que ahora se rasgan las vestiduras con la subida de las pensiones acorde con el IPC.

Y digo que son justos porque lo más destacado de estos Presupuestos es que suponen el mayor gasto social de la historia de nuestro país: 6 de cada 10 euros están destinados a reforzar el Estado del Bienestar; frente a los que quieren derribarlo a martillazo limpio o poco a poco, que es la única diferencia entre derecha extrema y extrema derecha, entre PP y Vox en temas económicos, el gobierno blinda la protección social y refuerza las partidas dirigidas a servicios públicos, jóvenes, mayores... Por eso me ha llamado la atención la primera reacción de Feijóo, el nuevo/viejo líder del PP tildando de antisociales estas cuentas públicas. Podría criticar por otras cuestiones, pero con unos presupuestos con este perfil tan marcadamente social, unas declaraciones de este tipo muestran que está instalado en el no a todo y en una oposición histriónica.

Simultáneamente los PGE tienen un gran potencial inversor y están enfocados para las grandes transformaciones, ecológica, digital y de modelo productivo que se están abordando en los últimos años y que debieran haberse iniciado hace bastante tiempo

Simultáneamente los PGE tienen un gran potencial inversor y están enfocados para las grandes transformaciones, ecológica, digital y de modelo productivo que se están abordando en los últimos años y que debieran haberse iniciado hace bastante tiempo. Ello es posible porque la previsión de ingresos va en aumento, fundamentalmente por el crecimiento económico, el mayor de nuestro entorno europeo, y por el apoyo de los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.   

Yo que acabo de rebasar la barrera de los sesenta me he fijado especialmente en un dato de estas mareantes cifras: por primera vez en 13 años hay una aportación a la hucha de las pensiones, la que dejó vacía Rajoy, que asciende casi a 3.000 millones de euros. Como empleado público he echado un ojo también al incremento incluido para la subida salarial del 2,5% acordada con los sindicatos para el próximo año, que se sumará al 2+1,5% de este 2022. La ministra de Hacienda ha señalado que la mejora retributiva podría aumentar un punto adicional, en función de cómo evolucione la inflación y el crecimiento económico.

Por mi parte yo soy más de balances que de previsiones, de estudio de la ejecución de los presupuestos que de análisis de las partidas contempladas en los proyectos

En lo que respecta a Granada el proyecto de Presupuestos Generales del Estado conocido esta semana podemos decir que, como siempre, habrá división de opiniones, según el cristal del color con que se miren, y ya hay más pre-juicios que juicios, porque ¿quién de verdad se ha leído este tocho? Y, en su caso, ¿quién sabe manejarse ante este inmenso volumen de cifras? Por mi parte yo soy más de balances que de previsiones, de estudio de la ejecución de los presupuestos que de análisis de las partidas contempladas en los proyectos.

Los más de 220 millones de euros destinados a nuestra provincia suponen la cifra más alta de los últimos 5 años

En todo caso, como primera aproximación, podemos saludar y felicitarnos como granadinos porque los ‘números’ previstos son el doble de las inversiones provincializadas de los Presupuestos del 2022; los más de 220 millones de euros destinados a nuestra provincia suponen la cifra más alta de los últimos 5 años.

Las ‘letras’ de estos Presupuestos también nos favorecen contemplándose importantes partidas para infraestructuras como la Variante de Loja, y la doble vía, del AVE y para la autovía de Atarfe como principales inversiones

Las ‘letras’ de estos Presupuestos también nos favorecen contemplándose importantes partidas para infraestructuras como la Variante de Loja, y la doble vía, del AVE y para la autovía de Atarfe como principales inversiones; pero también nos encontramos casillas concretas contempladas, de diferente cuantía para el 2023 (y siguientes), para el acelerador de partículas, las canalizaciones del sistema Béznar-Rules, los espigones de la Costa, Puerto de Motril, Aeropuerto Federico García Lorca…  

Concluyamos por tanto que estos Presupuestos Generales del Estado son justos y son necesarios y sin llegar, como en la liturgia, a considerarlos nuestra salvación, sí que es nuestro deber, si no ‘santificarlos’, si dar gracias a Dios si al final del trámite parlamentario podemos contar con su aprobación y, sobre todo, si podemos dentro de un año hacer balance de su ejecución satisfactoria.